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5 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Héroes de Malvinas: Miguel Soldevila, el soldado salteño que ilustró la revista Siete Días

La publicación daba cuenta de lo que pasaba en las trincheras en plena guerra. El joven, vecino de Cerrillos, supo de la publicación tiempo después. Estuvo bajo fuego enemigo. Fue capturado por los ingleses y luego liberado. Luego trabajó para que Patricio Guanca tenga una plaza que lo recuerda.
Miércoles, 03 de abril de 2024 09:09
Miguel Soldevila junto a una publicación de la Revista 7 Dias

Miguel Soldevila (61) se alistaba hoy, desde muy temprano, para participar en Cerrillos de los actos en honor al héroe de Malvinas, Patricio Guanca. Fue uno de los impulsores de que el nombre del salteño esté acuñado en una plaza de su tierra, que lo recuerda.

Miguel no solo fue vecino del joven caído bajo fuego enemigo el 3 de abril de 1982, sino que también fue protagonista de la gesta. Con solo 18 años participó de la recuperación de las islas y estuvo en el frente de batalla durante poco más de un mes, hasta caer prisionero cerca del 11 de junio.

Por el azar o tal vez porque la historia quiso retratar aquellos duros días en el Atlántico Sur, una fotografía con su rostro ilustró las páginas centrales de la Revista Siete Días. El artículo periodístico titulaba: “Los hombres que fueron al frente”, y expresaba: “No es fácil decir gracias. Cuando detrás de esta palabra miles de caras y de nombres vivieron situaciones de heroísmo limite y otras se fueron para siempre. Nos es fácil escribir sobre ellos después de haber compartido con muchos de los que no volvieron sonrisas y lágrimas juntos. Pero esta vez y más que nunca hay que decir gracias…(sic)”.

Soldevila supo de aquella publicación mucho tiempo despúes, al regresar al continente, cuando un amigo se la enseñó. “No lo podía creer. Era yo y mis compañeros. En el momento que tomaron la foto estábamos preparando el desayuno bien temprano, calculo que fue unos días antes del 11 de junio, fecha en la que nos tomaron prisioneros”, contó a El Tribuno.

Luego recordó: En 1982 me encontraba cumpliendo con el servicio militar. El 24 de marzo de ese año salí de baja, pero unos días después me convocaron para ir a la guerra. Fue entonces que pasé a formar parte de la Compañía de Comunicaciones Mecanizada 10”.

 

 

Soldevila recordó con emoción y con angustia: “Fui testigo de cómo izaron el pabellón nacional en las islas y después ver como, lamentablemente, la bajaron y arriaron la bandera inglesa”.

 

Fueron jornadas muy duras en el frente de batalla. La mayoría en trinchera y sufriendo los bombardeos, padeciendo el frío, la falta de provisiones y de armamento. Precisamente, cuando resistían en Monte Kent fueron capturados por el enemigo. “Nos habíamos quedado sin municiones y nos tomaron prisioneros. Nos llevaron primero hacia el aeropuerto donde había un campo de concentración. Allí nos interrogó un traductor”, recordó.

Luego admitió que, pese a las circunstancias, se sentía más tranquilo.

 

“Después de estar tanto tiempo bajo fuego, con tanta tensión por lo menos me sentí más a salvo. Tenía las manos congeladas. Los dedos morados. En vez de salir sangre salía como agua. También padecía una infección en las encías. Nos trataron bien”, detalló.

 

Fue así que Soldevila fue liberado unos días después y trasladado en el buque Bahía Paraíso, que durante la guerra de Malvinas se había transformado en un verdadero hospital en el mar.  

 

De regreso a Salta

De regreso al continente se quedó un tiempo en Buenos Aires, donde el salteño antes de la guerra, trabajaba en una fábrica de pastas y jugaba al fútbol. “Yo paraba en la casa de un amigo, que se transformó en una verdadera familia para mí. Carola Corte de Baigorria era mi tutora y  Marcelo Baigorria, mi gran amigo con el que aún nos mantenemos en contacto”.

Cuando volvió a la provincia, recordó, había muchas actividades en torno a los 4 siglos de Salta. “Tuve muchos compañeros fallecidos. Gente que no vi más. Después de cada bombardeo siempre hay bajas”, relató.

Abril es un mes muy especial para los argentinos por su connotación histórica, y sobre todo para Miguel, para los veteranos de guerra y sus familias. Ayer participó de un festival homenaje en La Merced, brindará charlas en la Técnica San Ignacio de Loyola, hoy honrará a Patricio Guanca en Cerrillos.

 

“Es nuestro máximo héroe. Junto a un grupo de vecinos fuimos los promotores de colocar un busto y que el joven cerrillano tenga una plaza en su pueblo. Trabajamos mucho con Mario Abalos, Hipolo Morales, con el centro vecinal Ramón Rojas, Marcelo Chocobar, Miguel Antel López, Elio Moya, y la fundación Malvinas, entre otros”, señaló.

 

Soldevila vive actualmente en el barrio San Isidro, Cerrillos, camino a La Merced. Hoy viste orgulloso su traje de gala y en su pecho cuelgan las medallas que recuerdan su paso y su lucha por Malvinas, momentos que jamás olvidará. 

 

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