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Zelensky en el Capitolio

Por Juan Uriburu Quintana, Ph.D. en Estudios de Asia- Pacífico.
Sabado, 24 de diciembre de 2022 15:11

Mientras la Unión Europea intenta cumplir con su promesa de dar educación, trabajo, acceso a la vivienda y atención médica a millones de refugiados ucranianos (muchos de los cuales, sobrecualificados para el trabajo que realizan, vuelven a sus hogares y a otros les cuesta adaptarse o sentirse bienvenidos en las comunidades en las que se asientan), el Congreso de los Estados Unidos de América recibió esta semana al "valiente y heroico presidente Volodymyr Zelensky".

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Mientras la Unión Europea intenta cumplir con su promesa de dar educación, trabajo, acceso a la vivienda y atención médica a millones de refugiados ucranianos (muchos de los cuales, sobrecualificados para el trabajo que realizan, vuelven a sus hogares y a otros les cuesta adaptarse o sentirse bienvenidos en las comunidades en las que se asientan), el Congreso de los Estados Unidos de América recibió esta semana al "valiente y heroico presidente Volodymyr Zelensky".

Así lo saludó la presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelossi, que agregó sentirse orgullosa de recibirlo y comparó ese orgullo con el que sintió su padre, congresista, ochenta y un años atrás y en ese mismo recinto, cuando Winston Churchill visitó Estados Unidos para pedir el apoyo necesario para "combatir la tiranía en Europa y respaldar la causa de la libertad para el mundo entero", subrayando que "eso es exactamente lo que el pueblo de Ucrania está haciendo ahora… Durante los últimos 10 meses, usted, señor presidente, y el pueblo ucraniano se han enfrentado a la brutalidad de Putin con férrea decisión. Su visita nos honra y se produce cuando este Congreso se prepara para aprobar nuevamente otra remesa de asistencia económica, humanitaria y de seguridad dentro de las próximas 48 horas".

La visita, envuelta en el hermetismo y secreto más absolutos hasta último momento, se concreta a 300 días de la invasión rusa a Ucrania y cuando Rusia refuerza el frente con tropas e intensifica un salvaje ataque aéreo contra objetivos civiles ucranianos. De borceguíes y buzo verde militar, Zelensky se presentó como un líder en tiempo de guerra mientras el presidente de EEUU, Joe Biden, lo recibía con una corbata con los colores de la bandera de Ucrania y, a su turno y en el Congreso, la vicepresidenta Kamala Harris y Nancy Pelosi sostenían una bandera azul y amarilla firmada por soldados ucranianos mientras Zelensky hablaba.

Con retórica de combate, con la soltura y persuasión que le son propias y hablando en inglés para evitar el desapego que impone un traductor, Zelensky ilustró las situaciones que planteaba con ejemplos similares de la historia estadounidense, desde la decisiva batalla de Saratoga hasta la Batalla de las Ardenas en la Segunda Guerra Mundial. Con énfasis, subrayó lo asegurado por Pelosi minutos antes: "La batalla no es solo por la vida, la libertad y la seguridad de los ucranianos o de cualquier otra nación que Rusia intente conquistar … esta guerra definirá en qué mundo vivirán nuestros hijos y nuestros nietos" y, para despejar cualquier duda que pudiera tener alguien sobre gastar millones de dólares en una guerra que se libra a miles de kilómetros de distancia, remató diciendo que "su dinero no es caridad, es una inversión en seguridad global y en la democracia que sostenemos con la mayor responsabilidad" y apeló a ambos partidos, conociendo la resistencia de algunos republicanos a seguir mandando "dólares sin restricciones".

El discurso fue calificado como "extraordinario" por la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, quien se sintió identificada por la conexión que establecio Zelensky entre la lucha del pueblo ucraniano con la propia revolución americana. Para Clinton, el discurso del presidente ucraniano "fortaleció tanto a demócratas como a republicanos que entienden perfectamente lo que está en juego en esta lucha contra Putin y ahora también con su aliado, Irán. Ucrania no está pidiendo un cheque en blanco. No nos piden que vayamos a luchar su guerra, la están librando ellos mismos. Nos piden a nosotros y a nuestros aliados los medios no solo para defenderse, sino también para ganar," y calificó la decisión del presidente Biden de enviar una batería de misiles Patriot como "absolutamente correcta y espero que envíen más de una… hubo cierta reticencia en el pasado, pero hemos visto con nuestros propios ojos cuán efectivo es el ejército ucraniano."

"Estamos en guerra"

"Necesitamos municiones, no una evacuación", había dicho Zelensky cuando EEUU ofreció evacuarlo de Kiev al comienzo de la invasión rusa. Y hace diez meses que EEUU y otros aliados proveen a Ucrania de las municiones solicitadas.

En su primera salida de Ucrania desde que comenzó la guerra, Zelensky aterrizó el pasado miércoles en Washington a bordo de un avión militar estadounidense que era custodiado por una flota de aviones espías y cazas de combate alemanes de la OTAN; Biden lo recibió en la Casa Blanca, donde anunció una ayuda adicional de 2.000 millones de dólares y el sofisticado sistema de defensa Patriot que Zelensky había solicitado durante meses, y luego fue recibido en el Capitolio por senadores y representantes (diputados), en sesión conjunta de ambas Cámaras.

Tanto la visita del presidente ucraniano como la ayuda de Estados Unidos señalan un importante cambio en la relación entre los dos aliados aún cuando, como comandante en jefe de un ejército en guerra, Zelensky fue totalmente sincero al declarar (parado junto a Biden y lo reiteró ante el Congreso) que la ayuda no era suficiente: "¿Es suficiente? Honestamente, en realidad no. Nos gustaría tener más Patriots… Lo siento, pero estamos en guerra".

El cambio entre los aliados no oculta tensiones derivadas de una nueva fase en el curso de la guerra, que se complica con la llegada del invierno y los ataques rusos a las estructuras civiles que agravan aún más la provisión y encarecimiento de energía en Europa, los Estados Unidos y el mundo, debido, en parte, a las duras sanciones impuestas a Moscú.

Tampoco logra ocultar ni disimular las diferencias entre demócratas y republicanos sobre el tema: algunos legisladores republicanos no asistieron al discurso de Zelensky y ya han adelantado que no aprobarán algunas de las solicitudes de ayuda realizadas por Biden para Ucrania, aún cuando la suspensión de ayuda parece totalmente infundada y el tratamiento de una partida de 50 mil millones de dólares sea inminente, por lo que Biden reiteró que la ayuda se mantendría durante meses aún luego de que el 3 de enero de 2023 los republicanos tomen el control de la Cámara de Representantes, como resultado de las elecciones del pasado noviembre.

Tal vez precisamente por eso Zelensky eligió este momento para lanzar un nuevo pedido de ayuda internacional a Ucrania, y aceptó la invitación de Biden, quien consideraba "importante para el pueblo estadounidense y para el mundo escuchar directamente de usted, señor presidente Zelensky, sobre la lucha de Ucrania y la necesidad de continuar unidos."

Y mientras el ciudadano común estadounidense sigue admirando el nuevo logro de sus funcionarios de traer en secreto a suelo americano al presidente Zelensky cumpliendo con todas las exigencias para garantizar su seguridad, al verlo en el Capitolio vuelve a preguntarse cómo fue posible que, en enero de 2020, una horda de incivilizados antisistema haya podido colarse hasta la misma Cripta del Congreso, con las Cámaras sesionando, y durante el recuento de votos de la elección presidencial, recorriendo sus enormes dimensiones, las exhaustivas barreras de seguridad y los infinitos controles diarios que no decaen ni un segundo, ni de día ni de noche. Y con el temor latente de que escenas similares se repitan.

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