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La hora de las regiones

Hoy se reúnen en Puerto Madryn los seis gobernadores patagónicos, para conmemorar la Batalla de Carmen de Patagones y reafirmar la soberanía patagónica. Justamente, en medio de un conflicto aún no resuelto con el poder central.
Jueves, 07 de marzo de 2024 01:08

Desconozco el contexto, ni cuándo Hipólito Yrigoyen lanzó aquello de las "efectividades conducentes"; sí me parece antecedente de aquel personalizado "íArgentinos, a las cosas!", de J. Ortega y Gasset. Sí me parece que los gobernadores patagónicos ya entraron en esta instancia virtuosa.

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Desconozco el contexto, ni cuándo Hipólito Yrigoyen lanzó aquello de las "efectividades conducentes"; sí me parece antecedente de aquel personalizado "íArgentinos, a las cosas!", de J. Ortega y Gasset. Sí me parece que los gobernadores patagónicos ya entraron en esta instancia virtuosa.

Este jueves se reúnen en Puerto Madryn, en la provincia del joven Nacho Torres (repentino challenger presidencial), los seis gobernadores patagónicos, de norte a sur: Sergio Ziliotto -La Pampa, PJ-; Alberto Weretilneck –Río Negro, Juntos Somos Río Negro, singular cuenca electoral rionegrina-; Rolando Figueroa –Neuquén, MPN-; el anfitrión -Chubut, Propuesta Republicana, tributario de JxC-; Claudio Vidal -Santa Cruz, Somos Energía para Renovar Santa Cruz, justicialista provincial-, y Gustavo Mellella –Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (la más extensa provincia argentina), Partido de la Concertación FORJA, tributario de UxP-.

¿Por qué tanto detalle?, pues para resaltar su abigarrada procedencia personal y política y rastrear los meandros de sus respectivos recorridos, ahora convergentes en un trascendente objetivo estratégico conjunto.

Ese encuentro fue anunciado el 27 de febrero último, en conferencia de prensa en el Senado nacional (todo un símbolo), días antes del desconcertante unipersonal de Javier Milei en el Congreso argentino, raro jefe de Estado que apostrofa contra la "organización criminal" que él preside.

Los 7 de marzo se conmemora la Batalla de Carmen de Patagones, otro símbolo, ocurrida en el hoy confín bonaerense enfrente de la ría de Viedma, ese mismo día de 1827, entre las milicias de las Provincias Unidas, comandadas por Martín Lacarra y Sebastián Olivera, para frenar las pretensiones expansionistas del Imperio de Brasil sobre nuestro territorio austral. Quizás entonces inició la reafirmación de nuestra soberanía patagónica, comienzo de una identidad regional singular que desde entonces procura su integración total con el resto del país desde su condición marítima-andina.

Los gobernadores ya se habían reunido el pasado 12 de enero en Villa La Angostura para fijar posición ante la ley ómnibus, cuyos vericuetos y abrupto final se conoce. O sea, los máximos funcionarios patagónicos sienten la necesidad de una agenda colectiva para el inmenso territorio vacío de 930.638 km² continentales (1.911.605 km² sumando al Sector Antártico Argentino), poblado por apenas 2.257.161 de habitantes (1,47 hab./km²).

La agenda regional patagónica cuenta con marco institucional, el Tratado Fundacional de la Región Patagónica, adoptado el 26 de junio 1996 en Santa Rosa, habilitado por el artículo 124 de la Constitución Nacional introducido en la reforma de 1994. Precedió en casi tres años al Tratado de Creación de la Región del Norte Grande Argentino (Salta, 9 de abril 1999).

Desde entonces hasta hoy, como también ocurrió el Norte Grande, su funcionamiento fue poco atendido e inconstante, salvo urgencias coyunturales. La urdimbre patagónica procura ahora reafirmar su identidad regional, consolidar su integración, defender un federalismo cooperativo de concertación, que reafirme las particularidades culturales y potencie el desarrollo de sus pueblos.

Las cosas han cambiado en una región imprescindible para el destino nacional, la que participa con más de la mitad del ingreso de divisas por exportaciones provenientes de su productividad hidrocarburífera y la pesca. Allí, como también en el Norte Grande, y para decirlo con tono borgeano, el combustible movilizador todavía es el espanto… ante un esquema de país etnocéntrico - portuario visiblemente agotado. La Patagonia cuenta con 18 senadores y 30 diputados; el Norte Grande 30 y 65; esas voluntades reclaman sinergia política en el Congreso Nacional frente a la persistencia de los problemas estructurales de siempre.

Sus gobernadores han anunciado que concretarán en esta ocasión una Agencia de Desarrollo Regional, centrada en la reactivación de la producción hidrocarburífera, energética, minera y pesquera, de aprovechamientos ilimitados.

La Región Patagónica cuenta también con un Parlamento que la precedió en cinco años, cuyo Estatuto fue adoptado en la capital neuquina, el 1 de noviembre 1991. Se integra con todos los legisladores provinciales de las seis provincias, respetando una representatividad amplia y pluralista, sin exclusiones ideológicas o partidarias, promoviendo los valores humanos ínsitos en la identidad patagónica.

Tanto el Estatuto como el Tratado han sido aprobados por los seis legislativos provinciales, requisito sine qua non.

Reitero entonces lo expresado en varias notas: la Argentina está de hecho fragmentada en tres partes: la Región del Norte Grande y la Patagonia, separadas por una franja privilegiada (en escala argentina) que integra lo que describí como cornucopia del Mercosur. Los desequilibrios existentes entre esa franja y los otros dos tercios del país son todavía difíciles de disminuir; y no se podrán resolver o siquiera mitigar sin políticas de estado con certera clarividencia geopolítica.

En este siglo oceánico y espacial, la península sudamericana juega papel central por su extensión, su proyección antártica y recursos de poder inconmensurables si trabajamos con eficacia.

Llegó el tiempo de las regiones y, como toda construcción, hay mucho por hacer. Para nuestras provincias es la posibilidad de equilibrar el país, considerando que hay bastante dirigencia que tampoco "la ve", muy cómoda con el centralismo que nos asfixia de a poco. Esta concepción de las cosas no parece estar en el radar de castas atónitas, menos de La Libertad Avanza.

Por supuesto, Milei fue invitado. Fino detalle; aunque dudo que asista.

 

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