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5 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Las repercusiones que dejó en Salta la marcha por la defensa de la Universidad Pública

Diversos actores de la comunidad universitaria se expresaron tras la movilización del 23 de abril. Concluyeron que fue un "hecho histórico".
Miércoles, 24 de abril de 2024 12:23

El director del IEM, Julio Paz, habló esta mañana, luego del izamiento de la bandera, sobre la marcha que realizaron ayer en defensa de la Universidad Pública Argentina.

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El director del IEM, Julio Paz, habló esta mañana, luego del izamiento de la bandera, sobre la marcha que realizaron ayer en defensa de la Universidad Pública Argentina.

Los estudiantes y sus padres, los docentes y los no docentes del colegio, que depende de la UNSa, fueron protagonistas de la manifestación callejera en el reclamo por el desfinanciamiento universitario que mantiene como política de educación superior el Gobierno de Javier Milei.

"Yo les quería agradecer la participación y seguir con el trabajo de conceptos y contenidos vinculados a la democracia. Para nuestra comunidad educativa el centro de ello es la vinculación entre Educación Pública y Justicia. Y nosotros entendemos que si el presidente dice que el Estado no existe más es porque ataca directamente a un sistema, ataca a la educación pública y con eso ya se hace justicia porque la educación debe estar al alcance de todos; es un derecho de todos", dijo Paz.

Y dijo algo que se vio en la calle durante la convocatoria: hubo participación de todos los sectores de la sociedad.

Para los organizadores de la marcha, ayer marcharon unas 20 mil personas aproximadamente, integrantes de una diversidad de organizaciones vinculadas a la universidad entre sindicales, de derechos humanos, científicas y técnicas, artísticas, de investigaciones, políticas, sociales y barriales.

"Hubo una diversidad impresionante de banderas y de pensamientos, todos unidos por la Universidad Pública. Pero lo que me parece más significativo fue la participación de estudiantes. Eso no se venía dando y ayer fue masiva la concurrencia. Acompañaron también trabajadores, familias de los chicos y personas sueltas sin banderas, con sus libros, porque nos dimos cuenta del enorme capital que es la Universidad en la sociedad", dijo Víctor Notarfrancesco, Subsecretario de Comunicación de la Universidad Nacional de Salta, y que fue uno de los que estuvo en la organización de la medida y confirmó que no hubo ningún tipo de incidente.

"Participaron hasta los músicos de la Orquesta Sinfónica, grupos teatrales y de danzas. Nos conmovió a todos y todas y nos obligó a repensar la libertad como movimiento para que vaya más allá de lo que se plantea ahora con una libertad de mercado y llevarla a una libertad para enseñar, para estudiar, para investigar", concluyó.

"Es verdad que la cantidad fue imponente, pero la diversidad fue lo más importante", dijo la decana de Facultad de Humanidad de la UNSa, Mercedes Vázquez. "Hemos visto a trabajadores con sus uniformes, a familias completas marchando y hasta jubilados reclamando no sólo por el presupuesto para la universidad sino también para el Conicet. Reclamaron por la calidad, por la inclusión, por la ciencia y la tecnología. Sabemos que ningún país del mundo se desarrolla sin su propia ciencia y acá el punto fue crucial porque nadie quiere que se privatice el desarrollo de la ciencia", dijo Vázquez.

"Fue una marcha que nos llenó de esperanza a todos porque vimos que había muchos sectores que estaban presentes. Fue también un gran catalizador de algo que ya estaba en la sociedad y que necesitaba expresarse. Fue multitudinaria y sentimos la alegría de juntarnos a luchar por el derecho a la educación pública y la necesidad de establecer límites que no se pueden cruzar. Vemos un ataque a la universidad pública, a la ciencia y a la técnica como también a la posibilidad de la movilidad social. Hubo también muchos jubilados que unieron su reclamo ante el ajuste que sufren; todos nos unimos con enorme alegría", dijo la decana de Ciencias Naturales de la UNSa, Cristina Sanz.

El rector Daniel Hoyos estuvo en la marcha de Buenos Aires donde se congregaron todos los rectores del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) para leer el documento consensuado. "Fue muy emocionante, tuvimos que caminar por al menos 10 cuadras atravesando la muchedumbre para llegar a los palcos. Como en esa caminata por entre la multitud nos aferramos entre todos, así de compacto está el CIN para defender a la Universidad Pública y nos sentimos acompañados por toda la comunidad universitaria y sociedad en general", dijo Hoyos.

"Caminamos bastante para abrir nuestra Universidad y hoy exigimos que el camino siga siendo abierto plural, nacional, que sea laico y relacionando la formación con la investigación y la extensión", concluyó la pedagoga Ana de Anquín.

 

 

 

El documento del CIN

 

La universidad pública: base de la democracia y el desarrollo social

La universidad pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional.

Agradecemos las manifestaciones de la sociedad en apoyo del sistema universitario público y convocamos a la ciudadanía a trabajar para sostener las universidades abiertas haciendo docencia, investigación y extensión.

Las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales. Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en los denominados gastos de funcionamiento: la partida que mes a mes el Poder Ejecutivo envía a las universidades para que puedan funcionar (mantener edificios, realizar obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar el desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos de investigación, y pagar servicios básicos, alquileres, seguros y la protección de sus sedes).

Llegamos a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70 % de estas partidas, dispuesto para el mes de marzo y aún no abonado, más el reciente anuncio, en el marco de esta convocatoria, de un 70 % adicional, constituyen un aliciente aún insuficiente en tanto la inflación fue de un 300 % en el mismo período de tiempo. Además, las obras del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria, que habilitaban la posibilidad de desarrollar infraestructura incorporando obras que, por su envergadura, es imposible afrontar con propio presupuesto, se encuentran paralizadas y no hay certezas ni información respecto de su continuidad. Cabe destacar que más del 90 % de lo que el Estado invierte en la educación superior se destina al pago de salarios de quienes trabajan como docentes y nodocentes en las universidades.

En estos últimos meses, el salario de las trabajadoras y los trabajadores ha perdido 50% respecto de la inflación. Este deterioro salarial se hermana con el del resto de los sectores del mundo del trabajo. Ello lleva a retomar consignas de hace más de 20 años: ¡Ningún trabajador o trabajadora de las universidades nacionales por debajo de la línea de pobreza! Reivindicamos los convenios colectivos sectoriales -docentes y nodocentes- y el espacio paritario nacional con participación plena del Gobierno nacional, quien hasta ahora malversa su participación, imponiendo aumentos paupérrimos de manera unilateral. De esta manera, se cancela de hecho la negociación colectiva, pilar del diálogo social, y uno de los principios y derechos fundamentales del trabajo reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo.

Exigimos paritarias libres, sin techos, para garantizar salarios acordes a la situación inflacionaria y que permitan recuperar con urgencia lo que se ha perdido. Sin salarios dignos de docentes y nodocentes, la universidad pública es inviable. También, es indispensable que se mejore de manera urgente la situación de las jubiladas y los jubilados que atraviesan otro período de pérdida salarial, y que se restituya inmediatamente el Fondo Nacional de Incentivo Docente para toda la docencia inicial, primaria, media, terciaria y preuniversitaria. Rechazamos la política de ajuste y disciplinamiento. La comunidad universitaria se organiza, resiste y se solidariza con todos los sectores que hoy atraviesan una situación similar o peor por afrontar despidos masivos.

La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad. Defender esta concepción de la educación es de vital importancia y, más aún, en una universidad argentina en la que sus estudiantes se enfrentan al aumento generalizado de precios que impacta sobre salarios, servicios, alquiler y transporte, poniéndose en jaque el acceso, la permanencia y el egreso. Las y los estudiantes trabajan y cuidan sus familias. En ese contexto, las políticas de becas son fundamentales para democratizar.

Sin embargo, su recorte es alarmante: tanto así que al retraso respecto de la inflación que sufren las Becas Progresar y Manuel Belgrano se le suman recortes en términos de montos, requisitos y período de inscripción. Estas decisiones del Gobierno nacional hacen que el desguace sobre las herramientas conquistadas sea prácticamente total. Hoy las universidades carecen del presupuesto suficiente para sostener becas propias. Se necesitan presupuesto y políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar.

Ante esto, asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la educación de las grandes mayorías. No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la universidad argentina; somos la universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos. Por otra parte, los sectores científico-tecnológicos y de investigación nacionales atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia.

A través de las universidades y centros de investigación distribuidos federalmente, la Argentina se ha caracterizado por ser una referencia de ciencia y tecnología en el mundo entero, dotando de desarrollos de punta y profesionales de excelencia al sector público y privado. Nuestras científicas y científicos son desprestigiados respecto de la calidad de sus trabajos, cuestionados respecto del valor que la ciencia y la tecnología tienen para el desarrollo nacional y privados del reconocimiento que poseen su arduas labores, muchas veces de dedicación exclusiva. La ciencia y la tecnología forman parte de la universidad pública ya que la investigación es uno de sus pilares. Muchas investigadoras e investigadores no llegan a fin de mes y carecen de información cierta sobre la posibilidad de continuar con sus proyectos por los recortes en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, así como en institutos dependientes de las universidades.

La ciencia y tecnología son aspectos sustanciales para la producción de soberanía, desarrollo y progreso. “Un país que no invierte en ciencia renuncia a su soberanía”. El desfinanciamiento de la universidad y del sistema científico va en desmedro de los declamados objetivos de lograr el crecimiento económico. Es un retroceso para la economía del país que puede tener en las exportaciones basadas en la economía del conocimiento un sustento significativo. Gracias a su sistema universitario y científico, Argentina es el primer país de América Latina en I+D+I.

En este país se fabricó uno de los diez reactores de energía más importantes del mundo. Entre 2018 y 2022, la producción de software generó 19.500.000.000 de dólares. Más de cien nuevas empresas en biotecnología han puesto al país, también, en el primer puesto de América Latina. Gracias a la investigación aeroespacial en la universidad pública, Argentina es uno de los diez países que tienen capacidad para diseñar y producir satélites.

Defendemos el acceso a la educación superior pública como un derecho. Creemos en la capacidad igualadora de la educación pública y gratuita, en el poder transformador de la universidad como formidable herramienta de movilidad social ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción científica hace en la sociedad del conocimiento. Todos los problemas que tenemos se resuelven con más educación y universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología. Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que le permitan a la Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la soberanía. La educación nos salva y nos hace libres.

Convocamos a la sociedad argentina a defenderla.

 

Buenos Aires, 23 de abril de 2024

Frente Sindical de Universidades Nacionales

Federación Universitaria Argentina (FUA)

Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)

 

 

 

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