¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
2 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Cuando la Argentina se sumó a la era del uso pacífico de la energía nuclear

Nuestro país fue pionero en el hemisferio sur y en Latinoamérica.  
Domingo, 24 de marzo de 2024 02:02

¡No fue hace cien años! Fue el 20 de marzo de 1974, cuando los trabajos y las investigaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) dieron frutos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

¡No fue hace cien años! Fue el 20 de marzo de 1974, cuando los trabajos y las investigaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) dieron frutos.

Ese día y por primera vez en el hemisferio sur y en Latinoamérica, nuestro país logró que la electricidad proveniente de la fisión nuclear fuese utilizada con fines pacíficos. Este suceso tan significativo para la ciencia nacional, permitió que la Argentina ingresara a la era del aprovechamiento de la energía atómica.

Pero fueron las idas y vueltas de nuestra historia política, las que hicieron que el presidente Juan Domingo Perón fuese quien oficialmente bajase la palanca de Atucha y pusiese en marcha la primera central nuclear del país.

Fue un acto de justicia, algo que pocas veces brinda la Historia. Es que este mismo mandatario había creado el 31 de mayo de 1950 -contra vientos y mareas- la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Se replicó en el exterior

Lo hizo bajo un clima políticamente adverso pues había quienes sostenían que esa Comisión perseguía fines bélicos. Una desmesura que se replicó en el exterior y cuando el mundo aún se encontraba sensibilizado por las bombas atómicas que cinco años antes habían borrado del mapa a Hiroshima y Nagasaki, en Japón.

Pero más allá de la creación de la CNEA, el gobierno de Perón había sido el responsable de que más tarde se sumara a ese organismo el eminente científico y doctor en física, el cordobés José Antonio Balseiro. Y más aún, en enero de 1955 avaló la creación del Instituto de Física de Bariloche, -convenio CNEA y Universidad de Cuyo- donde el doctor Balseiro fue su primer director, cargo que ejerció hasta su muerte en 1962. Actualmente, y por un acto de estricta justicia, ese Instituto lleva su nombre.

Estado crítico

Pero volviendo al logro de Atucha (I), digamos que antes de su inauguración oficial, la central nuclear había sido colocada en "estado crítico" como dicen los técnicos, es decir, en estado de producción interna, permitiendo que por primera vez se pudiese controlar el proceso completo.

Este hecho histórico para la ciencia argentina y latinoamericana, ocurrió exactamente a las 6.38 del 13 de enero de 1974, momento en que se estableció la reacción de fisión nuclear en cadena autocontrolada en el reactor de la usina. Luego de ese evento, los técnicos calcularon que en noventa días como máximo, la usina podía comenzar la producción de energía eléctrica con fines comerciales. Pero por la urgencia impuesta por la emergencia energética mundial por la crisis del petróleo, el plazo se acortó a 60 días.

Y así fue que en la mañana del 20 de marzo de 1974, el fluido eléctrico proveniente de la central nuclear Atucha, fue conectado a la red general de interconexión del Litoral, entregando inmediatamente electricidad a la ciudad de Buenos Ares, Entre Ríos, Santa Fe, La Pampa y parte de la provincia de Córdoba.

Historia

La historia del proyecto de Atucha (I) se inició en 1965. Fue cuando el presidente Arturo Humberto Illia rubricó el Decreto 485/65 por el que autorizaba a la CNEA para que "encarase en un plazo de 14 meses, los estudios de preinversión de una central nuclear que suministrase electricidad al área de gran Buenos Aires-Litoral".

La obra comenzó en 1968 durante el gobierno de facto de la autodenominada Revolución Argentina y que sucesivamente encabezaron los generales Juan Carlos Onganía, Roberto Lévingston y Alejandro Agustín Lanusse, realizándose la parte final de la usina en la etapa constitucional inaugurada el 25 de mayo de 1973.

Capacidad técnica

Técnicamente la capacidad energética de Atucha I era considerablemente menor a la potencia prevista para el complejo hidroeléctrico de El Chocón, de 1.600 megavatios y del aprovechamiento de Salto Grande y Apipé, de 1.400 y 2.100 megavatios, respectivamente. Pero la sustancial diferencia entre las centrales nucleares y las hidroeléctricas era que las primeras eran más económicas y se podían construir en un tiempo significativamente menor. Además, el combustible, uranio natural, provenía de yacimientos del interior del país.

Otro aspecto técnico era que Atucha I tenía una capacidad energética un 50% menor que la que generaría la central nuclear número II que, según el anuncio del gobierno de Perón, se construiría en la localidad cordobesa de Río Tercero.

Temas de la nota

PUBLICIDAD