Vilma Rosa Estopiñán es de esas mujeres que no baja los brazos. La vida la puso en cientos desafíos, como a todas. El trabajo, los hijos, llevan adelante la casa -con o sin crisis-,la familia, y ahora la salud.
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Vilma Rosa Estopiñán es de esas mujeres que no baja los brazos. La vida la puso en cientos desafíos, como a todas. El trabajo, los hijos, llevan adelante la casa -con o sin crisis-,la familia, y ahora la salud.
En 2021, en plena pandemia, Vilma padeció COVID. Se contagió en marzo de ese año, hizo los días aislamiento, y una vez que tuvo el alta, decidió volver al médico por una fuerte molestia en la espalda. "No me sentía bien, tenía dolores en varias partes del cuerpo. Pedí incluso turno con un neurólogo, por el dolor de cabeza tan fuerte que tenía", relató Vilma a El Tribuno.
En aquel momento nada hacía pensar que Vilma tuviera otra complicación. Los síntomas y secuelas que su cuerpo sentía eran compatibles con un paciente que había padecido COVID, pero por la dudas, Vilma le pidió a su médico un chequeo completo. Sus últimos estudios ginecológicos y de mamas habían sido en 2018. Y así fue que comenzó la lucha. "A duras penas conseguí los turnos, y cuando llegó el momento de la ecografía mamaria, el doctor Federico Cornejo la alertó sobre la presencia de un pequeño tumor debajo del pezón de la mama derecha. "No es para asustarte, pero hay que hacer más estudios", recuerda Vilma que le dijo el doctor y fue derivada a un mastólogo.
"El doctor en aquel momento me dijo que no me preocupe pero que había que hacer los estudios y sacarse todas las dudas. Era una tortura para mí, porque por más que te digan que te quedes tranquila, vos no podés", confesó Vilma.
Análisis, ecografías, mamografías y demás fueron solo parte de una serie de estudios que comenzó a realizarse en marzo, y que finalmente completó en noviembre.
Y es por eso que cuando se habla de cáncer se habla de tiempos. Puede que sea reiterativo, cansador y hasta parezca que está de más, pero la conocida frase de "un diagnóstico a tiempo salva vidas", es clave en la lucha contra el cáncer.
El momento de la cirugía
En noviembre de 2021, Vilma logró entrar al quirófano para que le extirpen el tumor que tenía en la mama derecha. En ese momento, no se sabía si era maligno o no. "En aquel momento la doctora que me operaba me dijo que era una cirugía rápida. Qué si todo estaba bien, en una hora y media ya iba a estar en la habitación. Me fui al quirófano, a las 8. Cuando desperté eran las 11 de la mañana. Y entonces la doctora me dijo que habían sacado el tumor y que el estudio daba positivo. Era cancerígeno", recordó Vilma. A esta mujer también le extrajeron algunos ganglios y se realizó una nueva biopsia.
Unos 20 días después, la biopsia del tejido de la mama derecha dio positivo al cáncer y le informaron que debía operarse y sacar toda la mama derecha. "Ese día fui con mi hermana, y me dijeron que tenía que decidir qué iba a hacer: si me operaba o no. Tomé la decisión ese mismo día y el 2 de diciembre entré de nuevo al quirófano. Ahí empezó todo", rememoró Vilma, quien recordó que tuvo días de mucha depresión, de no saber porqué le estaba pasando esto.
"Era duro pero me decía que no tenía que caerme, que la tenía que pelear", reflexionó esta mujer que hoy ya cursa sus 53 años, con dos hijos, uno de 27 y una adolescente de 16. "El más grande ya trabaja y la más chica está todavía en la escuela. Y ahora, yo no puedo trabajar porque con los tratamientos y las cirugías es difícil", afirmó esta mujer que entre medio de la charla confesó que no puede hacer mucha fuerza, que su cuerpo ya no es el de antes y que cuando levanta algo muy pesado, le duele el lado derecho. "Además cuando vas a una entrevista de trabajo y decís que estás en tratamiento, te dicen que no te pueden tomar porque si me pasa algo, es una complicación", agregó.
Los medicamentos
En 8 febrero de 2022, Vilma inició su primera quimioterapia. El 26 de febrero comenzó a perder el cabello. En abril finalizó su quimio, y realizó radioterapia. Vilma todavía no tiene todavía al alta médica. "Mi doctor me pide cada cierto tiempo los estudios y, entre medio de todo, van saliendo otras cosas", detalló.
En medio de todo esto, Vilma además, lleva adelante la lucha por la entrega de medicamentos para las pacientes oncológicas. A fines de 2022, Vilma vio la necesidad de crear un grupo de acompañamiento entre pacientes. "El grupo se creó para darnos una mano entre nosotras. Pasarnos los remedios, que alguna tenía y la otra no, hablar de lo que nos pasa, darnos contención".
Pero además de luchar contra el cáncer, Vilma y el grupo de 20 pacientes que logró reunir, está lucha contra la desidia. "Lamentablemente en las oficinas del hospital Del Milagro, donde hacen la entrega de los medicamentos para los pacientes con cáncer, las demoras son increíbles. Hay retrasos de medicamentos de más de un mes", alertó Vilma.
Contra el cáncer cada minuto cuenta. Entre las máximas de la lucha contra esta enfermedad, además de una diagnóstico a tiempo, como ya se mencionó unos párrafos antes, está la adherencia al tratamiento.No abandonar.
Y en este no abandonar, no es solo que el paciente se resista al tratamiento, sino que el paciente cuente con esos medicamentos. "Sobre este tema ya nos reunimos con el médico Esteban, que era ministro en aquel momento. Si un paciente tiene que hacer las quimio cada 20 días no puede esperar dos meses los medicamentos. Son tratamientos que no se pueden cortar", alertó.
"Sabemos que los medicamentos son caros, pero nosotros no tenemos la culpa de tener cáncer. Los pacientes con cáncer queremos vivir pero necesitamos que nos atiendan", expresó Vilma.