Cuando la semana pasada recordamos la caída del "Puente i´ Fierro" en Salta, contamos que con el cambio de la luna del 12 de febrero de 1974, había comenzado un inusual temporal de lluvias. El fenómeno abarcó gran parte del noroeste argentino y se extendió hasta mediados de marzo. Según los meteorólogos de entonces, aquel febrero fue uno de los más lluviosos del siglo XX, arrebatándole ese año el cetro a enero. Por otra parte, técnicos de Agua y Energía Eléctrica de la Nación pronosticaron que por las intensas lluvias de ese verano, el llenado del dique Cabra Corral, calculado en cinco años, ocurriría antes de tiempo. Y así fue que a fines de febrero la altura del agua en el murallón alcanzó los 50 metros de altura.
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Cuando la semana pasada recordamos la caída del "Puente i´ Fierro" en Salta, contamos que con el cambio de la luna del 12 de febrero de 1974, había comenzado un inusual temporal de lluvias. El fenómeno abarcó gran parte del noroeste argentino y se extendió hasta mediados de marzo. Según los meteorólogos de entonces, aquel febrero fue uno de los más lluviosos del siglo XX, arrebatándole ese año el cetro a enero. Por otra parte, técnicos de Agua y Energía Eléctrica de la Nación pronosticaron que por las intensas lluvias de ese verano, el llenado del dique Cabra Corral, calculado en cinco años, ocurriría antes de tiempo. Y así fue que a fines de febrero la altura del agua en el murallón alcanzó los 50 metros de altura.
De todos modos, a solo cinco días de iniciado el temporal, los evacuados en la provincia de Salta superaban las diez mil personas, lo que de inmediato disparó un operativo de salvataje nunca antes visto y por suerte, tampoco después. A poco, el gobierno nacional declaró "zona de desastre" a las provincias de Salta, Santiago del Estero y Jujuy, región donde lluvias e inundaciones arrojaban un saldo de 60 muertos y 50 mil evacuados.
Interior
En el Valle de Lerma la creciente del río Toro inundó Campo Quijano, Rosario de Lerma, Cerrillos y La Merced. Fue entonces que por primera vez se apreciaron los graves perjuicios ocasionados por el taponamiento clandestino de alcantarillas en el terraplén del ramal C-13, clausurado en 1971. Desde entonces, ese terraplén, en el tramo Cerrillos-La Merced, se transformó en muro de contención de todas las aguas que provenían del oeste y consecuentemente, causando inusuales inundaciones en ambas localidades, además de comenzar a destruir el "Camino de los vallistos" o RP49.
En la zona de Las Lajitas, Rio del Valle, Apolinario Saravia y General Pizarro, en el departamento de Anta, las lluvias promediaron los 600 milímetros. Esto hizo que ríos y arroyos inundaran casi todos los centros poblados. Según el Ferrocarril Belgrano, en Piquete Cabado había llovido en 24 horas 118 milímetros, en Senda Hachada 231 y Río del Valle 225.
Y así es que a pocos días de iniciado el temporal, el panorama provincial se presentaba sumamente complejo pues ya atravesaban serias dificultades los pobladores de El Quebrachal, Talavera, Macapillo, Gaona, Joaquín V. González, El Galpón, Metán, Tartagal, Embarcación, Hipólito Yrigoyen y Orán.
En la RN34, altura de Campichuelo, tres automóviles y un colectivo de YPF cayeron en una zanja y murieron tres personas. Por su parte, el nivel alcanzado por el río Bermejo hizo que Vialidad Nacional prohibiera el paso de vehículos pesados por el puente carretero.
En los valles, las crecientes del río Calchaquí y arroyos, hizo que en San Rafael, departamento de San Carlos, más de 30 familias debieran abandonar sus casa al grito ¡A los cerros! ¡A los cerros! En Cachi, las lluvias causaron el derrumbe del icónico frontispicio del cementerio de esa localidad construido en 1948.
En Morillo, departamento Rivadavia, 60 familias debieron ser asistidas a consecuencia de las crecientes del Pilcomayo al igual que numerosas colonias de aborígenes que habían quedado aisladas en medio del monte.
Refugiados y gasoducto
El día que los salteños recordábamos el 161° aniversario de la Batalla de Salta, el número de evacuados en toda la provincia alcanzó la cifra de 40 mil personas. A ello se sumó una noticia más que preocupante, el poliducto Campo Duran-Buenos Aires había sido dañado a su paso por San Pedro de Jujuy. Las correntadas del río Grande le habían arrancado 300 metros de cañerías lo que dejó sin suministro de combustibles a Salta y a la provincia de Tucumán. El 22 de febrero, el panorama era aun más desalentador ya que pese a que las lluvias habían comenzado a menguar, el número de evacuados llegó a 60 mil en toda la provincia. Fue entonces que el piloto de uno de los cuatro helicópteros que operaban en el chaco salteño, informó haber visto en cercanías del pueblito de Rivadavia personas apeñuscadas en las copas de los árboles, ya que el agua lo cubría todo. Pese a ello, se pudieron evacuar 56 personas de la localidad.
El 23 de febrero, por gestiones del gobernador Miguel Ragone, el Ministerio de Defensa de la Nación declaró como "Area de Desastre" en la provincia de Salta a todo el departamento de Anta; la totalidad de Rivadavia Banda Sur; en Oran: sur del río San Francisco, Pichanal, Hipólito Yrigoyen y Colonia Santa Rosa. En el Departamento San Martín: Embarcación, Padre Lozano, Hickmann, Dragones, Misión Chaqueña, Campichuelo, Senda Hachada y todas las misiones aborígenes de la zona. También incluyó a los departamentos de Gral. Güemes, Capital, Valle de Lerma, San Carlos, Cafayate, Metán y Rosario de la Frontera.
Esta mera enumeración de las localidades nos da una idea aproximada del desastre y la calamidad que sufrió la provincia hace cincuenta años a causas de las intensas y reiteradas lluvias de febrero de 1974.
Operativos solidarios
La dramática situación imperante en la provincia conmovió la sensibilidad de los salteños, que de inmediato comenzaron a movilizarse para tratar de socorrer lo más urgente posible a las víctimas de las inundaciones más desastrosas que se tenga memoria.
Los organismos provinciales y nacionales y la Legislatura, fueron quienes primero reaccionaron ante los embates de las aguas que a su paso arrasaban e inundaban pueblos, caminos, puentes y sembradíos. Los aviones sanitarios (diez en total) de la provincia y del gobierno nacional, pronto comenzaron a trasladar personal de salud, medicinas, suero antiofídico, agua y alimentos para los pobladores de los lugares más alejados. Los cuatros helicópteros, uno de Salta, otro de Córdoba y dos de la Nación, trabajaron permanentemente rescatando enfermos y evacuados, la más de las veces desde techos y copas de los árboles.
Y paralelo a la actividad oficial, el sector privado también reaccionó y así fue que el 16 de febrero, los diarios El Tribuno y Norte y Radio Salta convocaron a todas los sectores de la provincia para que se sumen a una gran campaña solidaria y de ayuda a los damnificados. La respuesta fue inmediata y masiva. Pronto llegaron los aportes de la CGT-Regional Salta, la C.G.E Salta, la Cámara de Industria y Comercio, Cámara del Tabaco, Cámara de la Producción, Gas del Estado, Divisional Salta de YPF, Rotary Club, Club de Leones, Centros de Comerciantes de Oran y San Martín, Centros Vecinales, sociedades Italiana, Española, Sirio Libanesa, Centro Argentino, El Círculo, entidades deportivas, puesteros del Mercado San Miguel, empresas de colectivos, sindicatos, empresarios, paradas de taxis y miles de particulares. Todos hicieron llegar sus ayudas consistentes especialmente en agua, ropas, víveres y remedios. Hubo también quienes pusieron sus vehículos para transportar las ayudas a los evacuados al interior de la provincia. En las estaciones de las zonas afectadas, el Ferrocarril Belgrano puso a disposición vagones-cocinas y de carga para alojar evacuados, especialmente en la zona de Anta y Rivadavia.
Evaluación de los daños
El 16 de marzo, el Gobierno de la Provincia informó que los daños causados por las inundaciones eran de $600.000.000.- (Un dólar =$9.-) La cifra incluía los perjuicios causados en el sistema de riego (canales, acequias, defensas, tomas, encausamiento de ríos y maquinaria pesada). También contemplaba puentes, caminos, alcantarillas, pasarelas y muros de contención. Finalmente incluía los daños sufridos en las escuelas y municipios de la provincia. No incluyó los daños sufridos por los bienes nacionales: ferrocarril, poliducto, escuelas y rutas.