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Lo estafó una constructora y el responsable no recibe castigo

La casa se llueve toda porque la loza se hizo con una mezcla de cal reforzada. En Cerrillos hay dos casos. El responsable tiene decenas de denuncias.
Miércoles, 24 de enero de 2024 02:13

El chofer de colectivos de la empresa Saeta Cristian Nahueltripay (39) dijo ayer a El Tribuno que espera desde hace meses definiciones de la Justicia respecto a un estafador serial que lo timó en la construcción de su vivienda y que ahora incluso lo quiere demandar por rescisión de contrato por la suma de 3 millones de pesos, siendo que el sujeto tiene en su haber al menos cuarenta denuncias por estafa en la construcción de viviendas, utilizando diversas razones sociales para tal fin.

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El chofer de colectivos de la empresa Saeta Cristian Nahueltripay (39) dijo ayer a El Tribuno que espera desde hace meses definiciones de la Justicia respecto a un estafador serial que lo timó en la construcción de su vivienda y que ahora incluso lo quiere demandar por rescisión de contrato por la suma de 3 millones de pesos, siendo que el sujeto tiene en su haber al menos cuarenta denuncias por estafa en la construcción de viviendas, utilizando diversas razones sociales para tal fin.

Nahueltripay, apellido de araucano tehuelche que significa "tigre de mi país", según su poseedor, dijo que no solo el estafador le dejó la obra inconclusa, que se llueve todo, que tiene fallas técnicas imposibles de subsanar, sino que ahora le reclama un dinero adeudado.

Lo hemos denunciado en la justicia, trajimos peritos propios, vino la policía y los investigadores y vieron la deficiencia de la construcción, vieron como la loza de cal, arena y cemento se llueve como un colador y se cae de a pedazos, pero no obtuvimos respuesta.

Lo peor es que no tenemos dónde vivir y estamos haciendo un quincho en el fondo del terreno para amontonarnos, porque ni siquiera podemos tirar abajo la casa porque es prueba de la denuncia.

Hoy queremos definiciones, que nos manden peritos oficiales y que quede todo asentado en la Justicia para una futura demanda civil y que podamos reutilizar material que se rescate. Queremos demoler y volver a empezar, pero no hay una definición aún.

De qué nos sirve que vaya preso. Si al menos cuarenta familias perdieron sus ahorros como nosotros y el sujeto sigue estafando. Nosotros queremos que se haga cargo o que la Justicia evite más casos.

Esto es urgente, tenemos hijos y estamos condenados a vivir en un quincho, amontonados. Por favor, hagan algo por las víctimas de un estafador serial", dijo indignado.

El caso

Una joven chofer de colectivos de la empresa Saeta vio derrumbarse el sueño de su casa propia cuando los albañiles que la estaban techando le advirtieron sobre el inminente colapso de la losa de 88 metros que estaban llenando, ya que el supuesto ingeniero constructor y dueño de la empresa contratada les había ordenado llenar los 88 m2 con una mezcla hecha a base de cal, con el agregado de un mínimo porcentaje de cemento.

Los audios de los albañiles, que están a disposición de nuestros lectores, advierten sobre la dolosa decisión de la constructora. La mujer, en pánico, solicitó inmediatamente la presencia de un ingeniero civil para que corrobore lo que los albañiles le habían advertido. Apenas vio la losa, el profesional de la construcción le aseguró a la mujer que las falencias estructurales eran graves y que si se le sacaba el apuntalamiento podía colapsar.

"Busqué el asesoramiento de un ingeniero civil y lo confirmó, 'está mal hecha',  y con 'razonable posibilidad de que colapse', dijo. Lo denuncié por estafa pero nada le pasó al responsable, ahora cambió de razón social". 

A partir de allí intentó arreglar la situación con la empresa constructora El Hornero, sin obtener ninguna respuesta.

Antes del inicio del sueño de la casa propia celebraron un contrato con El Hornero Construcciones y le entregaron una camioneta a cuenta de cuatro millones de pesos, y dos millones más en efectivo, quedando un pequeño saldo de 12 a pagar.

"Cuando llegó el momento de losear, yo estaba entusiasmada y ya veía mi sueño de la casa propia casi hecho realidad. Pero una mañana los albañiles me llamaron y me dijeron que la losa estaba quebrada, que le habían ordenado hacerle una carpeta de concreto para que no se notara y que ellos pensaban que iba a colapsar, así que abandonaron la obra porque a simple vista estaba cayéndose. Me quise morir", afirmó su mujer.

 

 

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