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Una escuela sin sectarios ni iluminados

Domingo, 07 de abril de 2024 01:57

Las estadísticas educativas argentinas son abrumadoras.

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Las estadísticas educativas argentinas son abrumadoras.

El país está retrocediendo a pasos agigantados en un terreno en el que siempre estuvo en la avanzada regional.

Los indicadores de niveles del conocimiento adquirido, de deserción escolar y de fracaso universitario son el síntoma de un problema que debe ser abordado como cuestión de Estado, porque compromete la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos y el futuro de la Nación.

Es decir, la respuesta de los gobiernos - a nivel nacional y municipal - debería ser, en primera instancia, tomárselo en serio y designado como funcionarios a los mejores especialistas, con planes muy serios y a largo plazo.

Esta decisión depende del desarrollo intelectual, en primer lugar, de los gobernantes.

Con una mirada sesgada por la ideología, los dogmas economicistas o un credo religioso, no habrá educación pública e inclusiva.

La profesora Nac y Pop

El martes 2 de abril, en la localidad bonaerense de Verónica, una profesora de Historia, Soledad Reyes, indignó a los excombatientes de las Islas Malvinas con un discurso militante, donde pronunció una frase difícilmente verificable para quien realice un análisis histórico: "Los medios de comunicación convencieron a la sociedad que ir a la guerra estaba bien y que era necesario".

La decisión de recuperar por las armas el territorio austral fue tomada por la conducción de las fuerzas armadas de entonces, en secreto, y ningún medio había hablado antes del tema.

Durante los dos meses y medio que duró la guerra, los medios se adecuaron a la acción psicológica dispuesta por las autoridades, entre otras cosas, porque en todas las guerras las leyes militares no admitirían disidencias.

Y porque hubiera sido desaconsejable limar el frente interno mientras diez mil argentinos se encontraban bajo fuego.

La profesora Reyes honró su identificación en redes: "Militante Nac y Pop de Néstor y Cristina y de la educación Publica".

Es decir, no hablaba para los alumnos ni para los excombatientes, sino para Cristina.

Probablemente, la docente no sepa que Néstor Kirchner aparece en una foto, en los primeros días de la guerra, en el comando militar de Río Gallegos, con el que por aquel entonces mantenía fluidos contactos.

Es curioso. El canal infantil Paka Paka evoca al escritor chileno Ariel Dorfman, autor de "Para leer el Pato Donald" donde afirma que la obra de Walt Disney inspiró la cultura norteamericana y, de paso, el golpe de Estado de Augusto Pinochet.

Claro, su exilio lo vivió en Estados Unidos, donde se quedó a vivir.

Entre Zamba y Mickey

El pequeño Zamba de Paka Paka sería el prototipo de revolucionario y la contracara del Ratón Mickey.

Del mismo modo, el movimiento Nac y Pop es la contracara del anarco liberalismo.

Como respuesta a la profesora Reyes, el gobierno de Javier Milei anunció una reforma de la ley nacional de N° 26.206 para evitar el "adoctrinamiento ideológico".

Los seguidores del economista Friedrich Hayek quieren cambiar los artículos 11 y 126 de la ley.

El artículo 11 establece que escuela debe "asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades " y "garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para el acceso a estudios superiores".

Es decir, lo que hay que reformar, en todo caso, es la eficiencia educativa, lo cual requiere buenos funcionarios y buenos docentes.

La profesora Reyes habló en un discurso, pero a ella hay que evaluarla por lo que hace en el aula y por el rendimiento de sus alumnos.

El artículo ordena: "Asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las instituciones educativas de todos los niveles", lo cual sería todo lo contrario del adoctrinamiento. Además propone "Fortalecer la centralidad de la lectura y la escritura, como condiciones básicas para la educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una ciudadanía responsable y la libre circulación del conocimiento".

Solo una dictadura podría oponerse a este criterio.

Y el artículo 126 recuerda (recuerda, porque es esencial para la educación) que los alumnos deben "ser respetados/as en su libertad de conciencia, en el marco de la convivencia democrática".

Educación y libertad

La educación pública, gratuita y obligatoria fue una decisión fundacional a partir de la sanción de la Constitución de 1853/60.

El objetivo de construir una república, poner fin a las guerras civiles y encaminarse por la senda del progreso llevó a incorporar a la política los avances de la ciencia social.

Fue el Censo de 1969, que mostró indicadores alarmantes de analfabetismo y de pobreza, lo que llevó a Domingo Faustino Sarmiento a poner en marcha el proyecto educativo argentino.

La meta, plasmada luego en la ley 1420, sancionada durante la presidencia de Julio Argentino Roca, era la de educar al soberano.

Por eso sostenía una concepción laica, para que fuera inclusiva pero que llegara a todos, criollos e inmigrantes.

Esa escuela pública, que desde hace cuatro décadas está en crisis, tuvo una inspiración pedagógica - Sarmiento era un educador nato – y un objetivo estratégico nacional.

Por eso, junto con la enseñanza de la lengua, las matemáticas y las ciencias, la escuela transmite valores compartidos por toda la Nación, entre ellos, la libertad, el derecho al trabajo, a la salud y a la justicia social. Y no impone pancartas.

Y ese proyecto fue impulsado por estos liberales del siglo XIX, pero sostenido por la mayoría de las fuerzas políticas.

En la formación de los docentes, la idea de adoctrinamiento fue siempre inaceptable, simplemente, porque conspira contra la libertad del educando.

La educación libertaria

La reacción del gobierno de Javier Milei frente al discurso de la profesora Soledad Reyes es desmesurada, y de tinte ideológico.

Su discurso, inoportuno y antipedagógico, no expresa a la docencia argentina; ni siquiera habla de su calidad docente.

Proponer una reforma a la ley nacional de Educación por este episodio no genera confianza acerca de la depuración de la escuela en materia de adoctrinamiento.

El presidente, en varios discursos educativos ha mostrado una militancia "anticomunista" y un economicismo extremo que, en la escuela, podría convertirse en adoctrinamiento libertario, en lugar del "Nac y Pop".

En una conferencia ante empresarios y, también, en su visita al colegio privado donde estudió, Milei se refirió a la educación pública de todos los niveles como "un veneno" y celebró que los chicos pasen más tiempo fuera de la escuela y atrapados por las redes sociales, que son su medio favorito y su recurso electoral, se gún reconoció en ese Colegio.

Además, su descalificación a la UBA muestra desconocimiento, es decir, ignorancia, del verdadero espectro científico y filosófico de esa universidad, que tiene reconocimiento internacional.

Y la misma limitación reflejan sus opiniones y decisiones sobre el CONICET, al que descalifica sin desarrollar un análisis medular del funcionamiento de la institución.

Para la educación no hay mesianismo que valga.

Lo que hacen falta son políticas de Estado, ministros idóneos y docentes valorados y respetados.

Con impulsos y sin sabiduría política, recuperar la escuela es una utopía.

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