La inseguridad volvió a golpear a una escuela en la Ciudad de Salta. Los delincuentes aprovecharon los días sin clases por la Fiesta en Honor a la Virgen y el Señor del Milagro y desvalijaron y destruyeron la Escuela Fray Luis Beltrán ubicada en la Avenida Artigas, una de las más transitadas.
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La inseguridad volvió a golpear a una escuela en la Ciudad de Salta. Los delincuentes aprovecharon los días sin clases por la Fiesta en Honor a la Virgen y el Señor del Milagro y desvalijaron y destruyeron la Escuela Fray Luis Beltrán ubicada en la Avenida Artigas, una de las más transitadas.
Hoy, cuando la directora, los maestros y las ordenanzas abrieron las puertas del establecimiento educativo después de seis días se dieron con un panorama desolador. Ventanas y puertas rotas, el kiosko destruido y saqueado por los malvivientes; además estos se llevaron computadoras, una impresora, equipo de música que se utilizaba para los actos, y otros objetos de valor. “Nos hicieron mucho daño, destruyeron todo, saquearon el kiosko y todo lo que encontraron a su alcance. Creemos que los delincuentes ingresaron por el pasaje. Ahora está trabajando Criminalista de la Policía de Salta y el CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales). Una vez que nos dejen ingresar vamos a hacer el relevamiento de todo lo robado, pero se llevaron computadoras, impresoras, equipo de música y otros objetos de valor”, expresó Patricia directora de la Escuela Fray Luis Beltrán que fue saqueada por malvivientes.
El establecimiento educativo suspendió las clases del turno mañana, La escuela recibe a más de 480 alumnos. “Todo lo que teníamos lo habíamos adquirido con mucho esfuerzo de los padres, maestras y todos los que estamos al frente de la escuela. Lamentablemente no contamos con cámaras de seguridad y era una de nuestras prioridades. Estábamos por realizar rifas y otras cosas para recaudar fondos, pero esto que nos pasó nos deja muy mal”, señaló la directora Patricia.
Luciano, dueño del kiosko que existe dentro de la Escuela Fray Luis Beltrán, se dio con el saqueo cuando llegó a trabajar. “De este kiosko vivíamos con mi familia, está vacíos, nos destruyeron todo, nos robaron hasta la Virgencita que teníamos. Está vacío. El kiosko estaba lleno de mercadería, no nos quedó nada. No se cómo voy a hacer para reponer lo que me robaron. De esto vivo yo y le doy de comer a mi familia. Ahora tendré cerrar el kiosko por unos días hasta conseguir el dinero para volver a reponer todo”, indicó Luciano.