Tras peregrinar y participar de la procesión, miles de devotos emprendieron el viaje de regreso a sus hogares. Este fue el caso de 400 fieles de la Puna salteña que se alojaron hasta ayer en el centro vecinal del barrio 20 de Febrero, en la zona del Delmi.
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Tras peregrinar y participar de la procesión, miles de devotos emprendieron el viaje de regreso a sus hogares. Este fue el caso de 400 fieles de la Puna salteña que se alojaron hasta ayer en el centro vecinal del barrio 20 de Febrero, en la zona del Delmi.
Gracias a la solidaridad de empresas de transporte, mineras, autoridades y vecinos, recibieron comida, traslados, agasajos, juguetes y golosinas para los niños, ropa, zapatillas y hasta paseos en el Teleférico.
"Vine caminando desde mina Patito. Es mi décimo año. El lunes a la medianoche partimos desde San Antonio. Ya habían salido los hermanos de Tolar Grande, Salar de Pocitos, Olacapato, Antofagasta de la Sierra, otras minas y nos reunimos todos. Eramos 3.000 y se fueron sumando cada vez más", contó Jésica Gutiérrez, de 42 años, trabajadora en una empresa minera y miembro de la Comisión de Organización de la Peregrinación Grande de la Puna.
Unos 11 mil peregrinos de la Puna llegaron a la Catedral el jueves. "Al entrar al templo fue una sensación única, pura emoción. Esperábamos con tantas ansias ese momento. Más que nada venimos a agradecer al Señor y la Virgen del Milagro por lo que tenemos, la salud, la familia, el trabajo", expresó Jésica.
"Gracias a Dios recibimos la ayuda de una empresa de colectivos que nos trasladó en sus ómnibus y nos llevó hasta su sede, donde nos brindó el almuerzo y la cena para 180 peregrinos. Del resto nos encargamos desde la comisión, en el centro vecinal. Cocinamos a las brasas. Ahora nos estamos dando un gustito y vamos a hacer un asadito", contó la mujer a El Tribuno, ayer al mediodía.
Luego, alrededor de las 15 y tras compartir el exquisito asado, emprendieron el camino de regreso a sus hogares. Empresas mineras colaboraron con el transporte.
"Volvemos a casa con nuestros corazones llenos de amor para seguir trabajando y prepararnos nuevamente para el desafío del próximo año", finalizó Jésica.
Balance del Milagro
El vicario episcopal de la Catedral Basílica de Salta, Javier Romero, manifestó que el balance de este Milagro es sumamente positivo.
"La gente se ha volcado a la novena y ni que decir, ayer (por el viernes) a la procesión. A pesar del calor la gente se agolpó ante el Señor y la Virgen. Hubo más de 700 mil personas y más de 80 mil peregrinos llegaron a la ciudad. Entonces es un gesto muy grande e importante lo que se ha vivido en Salta con todos los devotos", expresó el padre.
Y añadió: "Esas son las respuestas también a una gran necesidad, sed de Dios. Como pueblo, uno está golpeado por muchos factores, cansando de que nos sigan mintiendo en la cara, esta descreído, pero no de Dios porque el no nos falla".
Sostuvo que el arzobispo (Mario Cargnello) en su mensaje este Milagro ha sido claro y respetuoso a la hora de la reflexión sobre la actualidad. "Tenemos que pensar desde el lugar que nos toca, porque todos estamos para el servicio de alguien, del otro, del prójimo", dijo.
Y destacó: "Que el milagro nos haga despertar como ciudadanos la conciencia de nuestra responsabilidad cívica, de nuestro deber, obligaciones. Eso es lo que debemos empezar a aprender. No podemos cancherear a nuestra Patria. Es hora de que todos hagamos un cambio para nuestra nación", finalizó.