Hace muchos años soy pediatra, he vivido muchos inviernos en guardias desbordadas con pacientes con bronquiolitis, en todos los niveles que tiene la salud, tanto pública como privada. Sé lo que es ver pacientes agravarse y no tener lugar donde derivarlos, o no tener camas en terapia intensiva para mover un paciente que empeoró de un momento a otro…. Esto no es nuevo en pediatría, y los pediatras que trabajamos todos los días lo sabemos muy bien.
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Hace muchos años soy pediatra, he vivido muchos inviernos en guardias desbordadas con pacientes con bronquiolitis, en todos los niveles que tiene la salud, tanto pública como privada. Sé lo que es ver pacientes agravarse y no tener lugar donde derivarlos, o no tener camas en terapia intensiva para mover un paciente que empeoró de un momento a otro…. Esto no es nuevo en pediatría, y los pediatras que trabajamos todos los días lo sabemos muy bien.
Estamos otra vez, como años atrás, prepandémicos, ante una explosión de casos de bronquiolitis. Es un tema tan hablado, tan estudiado y sin embargo, hoy y aquí, nos sigue sorprendiendo. Pero no son solo palabras, son hospitales y clínicas saturadas, médicos sobrepasados, trabajo arduo, guardias completas y, sobre todo, niños enfermos, familias sufriendo y muertes prematuras.
Hoy sabemos que en el Hemisferio Norte sufrieron, en la estación invernal del año pasado, esto que hoy recién empieza a transcurrir aquí. Hay artículos publicados sobre los picos de bronquiolitis asociados con otros virus o bacterias en el invierno 2022, pero ¿lo vimos venir?, ¿qué hacemos con esta información?
En medicina hay muchas cosas que no se pueden manejar, no es una ciencia exacta, pero hay muchas, muchísimas que sí. Se puede intentar mejorar la situación de años anteriores, aprender de lo que ya se vivió en otros países y de sus publicaciones, evaluar qué se hizo bien y qué no previamente, para evitar cometer errores que ya se cometieron, pero, sobre todo, anticiparse y humildemente tratar de mejorar la calidad tanto del equipo de salud como de los pacientes, vulnerables ambos cuando la situación de salud se sale de control.
Ante una temporada que se sabe, anticipadamente, va a ser así de compleja, se prevé con tiempo un plan, como para todo en la vida. El que tiene una guía se pierde menos, y esto no es la excepción: para las infecciones respiratorias bajas (IRAB), entre las que está la bronquiolitis, en muchos lugares del país y del mundo se trazan planes de contingencia para poder, en base a estadísticas anteriores, experiencias previas. Evaluando lo ocurrido en el mundo trazar los lineamientos, con los recursos disponibles del lugar, para sobrellevar una temporada que ya se sabe de antemano, va a ser difícil. El otro gran pilar de todo esto es la vigilancia, significa estar mirando permanentemente que pasa fuera y dentro del país, en cuanto a las infecciones, para detectar cualquier cambio precoz en el comportamiento de una enfermedad y actuar a tiempo.
La enfermedad
La bronquiolitis es también una enfermedad con un componente social que hay que considerar: el ambiente, el tabaquismo, el tipo de calefacción del hogar, cómo está alimentado el niño, etc., y que no hay que menospreciar y además tener muy claro que no es solo el contagio viral aislado, sino todo el contexto que también colabora, a favor o en contra de la evolución propiamente dicha.
Repito que esto que son palabras, que tratan de evocar solo una pizca de lo que significa tanto de un lado como del otro de la salud (equipo de salud- paciente), el gran dolor es lo que causa ver que otra vez estemos ante esta situación.
Hoy estamos más cerca de la vacuna, pero aún falta camino por recorrer, pero sí existe un anticuerpo monoclonal para el virus que más frecuentemente causa la bronquiolitis, anti VSR (Virus Sincitial Respiratorio), llamado Nirsevimab, que es costo - beneficio efectivo y estamos esperanzados en que podamos acceder pronto al mismo, que reduce las internaciones en un 80%. Se coloca en una dosis y en España, por ejemplo, ya está incorporado en el calendario de vacunación.
Pensar en planes de contingencia, vigilancia y anticuerpos monoclonales, todo esto es una visión positiva de la medicina, haciendo foco en la prevención de la enfermedad, y no solo en el tratamiento, y haciéndolo organizada y planificadamente, de forma responsable y competente.
No se trata solo de hablar de síntomas, o de cuestiones más técnicas, se trata de poner a trabajar la inventiva y todos los conocimientos en equipos idóneos, para saber con los recursos que se cuenta, y cómo se los puede utilizar de la mejor manera. Se trata de pensar en el bien común, en aprender del mundo, en liderar de forma positiva y de trabajo en equipo, multidisciplinario y holístico, de eso se trata la medicina de hoy, preventiva y positiva. Debemos escuchar, mirar y aprender humildemente, una vez más.