El economista Eduardo Antonelli advirtió que hay una fragilidad grande, dado que el Banco Central no tiene disponibilidad suficiente de moneda extranjera para atender toda la demanda. Precisó que, por un lado, las empresas se están volcando al dólar y, por otro, la gente ve que el dólar aumenta de precio y se apresura a comprarlo, lo que impulsa el alza. A ello se suma el temor de que el gobierno devalúe, detalló.
inicia sesión o regístrate.
El economista Eduardo Antonelli advirtió que hay una fragilidad grande, dado que el Banco Central no tiene disponibilidad suficiente de moneda extranjera para atender toda la demanda. Precisó que, por un lado, las empresas se están volcando al dólar y, por otro, la gente ve que el dólar aumenta de precio y se apresura a comprarlo, lo que impulsa el alza. A ello se suma el temor de que el gobierno devalúe, detalló.
Con relación a la oferta, Antonelli aclaró que "no hay dólares porque nadie quiere vender".
El economista consideró que la primera medida que debería tomar el gobierno es "sentarse frente al televisor, como hacían los ministros de economía de antes, con un plan de gobierno, aunque sea de coyuntura hasta diciembre, y sentarse también con referentes de la oposición y decirles al menos qué piensa hacer, porque muy probablemente alguno tomará la posta el 10 de diciembre próximo", sostuvo.
Hizo hincapié, además, en que se debe acompañar el diálogo con una serie de medidas que brinden tranquilidad al mercado, porque tiene que haber una corrección de cierta importancia al tipo de cambio. "Está claro que nadie sabe, o que habrá que hacer muchas cuentas para poder saber, cuál debería ser el valor razonable del dólar. Probablemente, será algo por debajo de esta cotización del blue, pero seguramente también bastante por encima de lo que es el tipo de cambio oficial", estimó.
Antonelli remarcó que, si bien el sinceramiento representaría una suba de precios, se daría por única vez y a partir de allí vendrían meses de transición. "Eso aplacaría un poco la ansiedad que tenemos todos", aseguró.
Sobre la propuesta de dolarizar la economía, consideró que "cualquier moneda que se use sería buena en la medida que la gente confíe en ella y que su manejo sea bien ejecutado. Tradicionalmente, y en todos los países, se confía esa tarea al Banco Central, que tiene que ser independiente. El problema nuestro es que no lo es", planteó.
Recalcó que el Banco Central, en Argentina, es simplemente un apéndice. "Es como una casa de la moneda cuya tarea consiste en imprimir billetes y dárselos al gobierno, que gasta sin freno. Esto, por sí solo, no es lo que genera inflación, sino que también la genera una estructura muy concentrada que permite que una expansión monetaria pueda ser respondida, sin ningún problema, con suba de precio", acotó.
"Uno de los componentes fundamentales del que nadie habla es que hay que abrir la economía para que la competencia internacional le ponga un freno también a la posibilidad de las empresas de cobrar lo que quieran", acotó.