El ministro de Economía, Sergio Massa, aprovechó la visita a la reunión del G20, que se está realizando en Bengaluru, India, para "pasar la gorra" ante las principales naciones del orbe.
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El ministro de Economía, Sergio Massa, aprovechó la visita a la reunión del G20, que se está realizando en Bengaluru, India, para "pasar la gorra" ante las principales naciones del orbe.
Al exponer ayer viernes en la Cumbre del G20 dedicada a ministros de Economía y gobernadores de Bancos Centrales, Massa dijo que para la Argentina "un tema central es que los mismos países que en este ámbito reclaman que pongamos en agenda la gravedad del daño de la guerra (ruso-ucraniana) en materia económica, den mandato a sus directores en los organismos multilaterales para que los países que fuimos víctimas económicas seamos escuchados cuando vamos a estos foros".
Para sostener esa argumentación, Massa hizo referencia a un trabajo que, además de estar desactualizado, tiene datos erróneos. "El documento en cuestión, titulado "Impacto de la guerra en Ucrania en Argentina" (sic), asegura que el conflicto bélico en el Mar Negro generó un efecto negativo de 4.940 millones de dólares en la balanza comercial argentina.
El informe, increíblemente, tiene datos actualizados a septiembre de 2022, lo que no resulta razonable, porque ya están disponibles las cifras oficiales de comercio exterior correspondientes a enero de 2023. Adicionalmente, menciona como "proyección actual" (?) un ingreso del complejo agroindustrial por 30.798 millones de dólares, cuando en 2022 las divisas liquidadas por dicho sector -según Ciara-CEC- alcanzaron un récord histórico de 40.438 millones de dólares.
¿Y qué dicen las cifra oficiales del Indec? Que en 2022 Argentina registró una pérdida en los términos de intercambio de apenas 55 millones de dólares. Es decir: la canasta de precios de lo que exportó el país prácticamente se equiparó con el ajuste de los valores de los bienes que importó en el período.
El titular del Indec, Marco Lavagna, quien se encuentra con Massa en India, podría haberle dicho que el informe presentado no es correcto para proporcionarle el documento apropiado. Pero, claro, salir a "manguear" fondos con una pérdida por términos de intercambio de 55 millones de dólares no es lo mismo que con una cifra –mucho más impactante– de casi 5000 millones de dólares.
Pero existe una cuestión clave que informamos oportunamente en Bichos de Campo: el hecho de que la mayor parte de las declaraciones de embarques de productos agroindustriales, a través de las cuales se determina el ingreso de agrodivisas, se hizo el año pasado en el período de menores precios de exportación.
Las distorsiones cambiarias, junto con la administración discrecional del comercio exterior de productos agroindustriales, lograron que la Argentina -es decir, todos los argentinos- perdiese un número colosal de divisas en un escenario, increíblemente, de restricción de divisas.
Mientras que la regla natural en países como Brasil, Uruguay y Paraguay fue exportar la mayor cantidad posible de productos agroindustriales en la fase alcista de precios promovida en los primeros meses del conflicto ruso - ucraniano, Argentina no pudo aprovechar esa oportunidad por los inconvenientes generados por las múltiples intervenciones oficiales.
En cualquier país medianamente serio tal evento sería fuente de una investigación legislativa o judicial. Pero en la Argentina nada de eso sucederá y la agenda pública seguirá focalizada en la campaña electoral, pues nada es más relevante que los intereses de la corporación política.