El Día del Mecánico se estableció en 1947, cuando el entonces secretario General del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (SMATA), Adolfo García, pidió reconocer el día en honor a los trabajadores del sector.
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El Día del Mecánico se estableció en 1947, cuando el entonces secretario General del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (SMATA), Adolfo García, pidió reconocer el día en honor a los trabajadores del sector.
La primera edición de este festejo coincidió con el triunfo en las elecciones presidenciales de Juan Domingo Perón, algo que ayudó a la reivindicación de los obreros en un acuerdo tripartito entre el Gobierno, el sindicato y las empresas automotrices.
Jorge Olleta, reconocido mecánico de Salta, ya jubilado, en diálogo con El Tribuno habló sobre la evolución de una profesión signada por el avance tecnológico. “Cuando comencé con la mecánica, allá por fines de los años sesenta, existían por ejemplo los viejos sistemas de encendido, muy precarios si se los ve en perspectiva. Luego, con el tiempo apareció el encendido electrónico y más adelante la inyección electrónica”, contó.
Olleta recordó que de los primeros vehículos de avanzada que le tocó atender fueron los Volvo, en el que ya se notaba una transformación y la incorporación de la computadora. “Hasta venían con su propio escáner para chequearlos”, explicó.
El gran cambio -puso de relieve- se dio cuando los inyectores comenzaron a reemplazar a los carburadores. “Primero eran monopunto y luego multipuntos. La innovación fue en paralelo tanto en motores nafteros como en los diesel, con el paso de las bombas lineales a las rotativas”, detalló.
Hoy los mecánicos deben actualizarse año a año. El avance tecnológico no da licencias. “Cuando tenía mi taller, también prestaba servicios al Estado provincial, lo que me obligó en cierta manera y me posibilitó actualizarme constantemente. Compré así los escáner y las computadoras. Por aquellos años eran muy pocos los que accedían a esta tecnología, porque era muy cara”, relató.
Olleta puso el acento en que hubo muchos mecánicos en el periodo de transición que no quisieron o bien no pudieron acoplarse al cambio y quedaron en el camino.
“Los cambios son muy acelerados”
Jorge Olleta aclaró que los cambios no solo se dieron en materia de motores, sino también tuvieron fuerte impacto en las transmisiones. De un momento a otro se pasó al mundo de las cajas automáticas.
Primero - señaló - comenzaron a usarse las que se acoplaban a los motores Nissan o Toyota que llegaban a Salta desde afuera, principalmente vía Bolivia y Chile. “Muchos salteños reemplazaron así los motores nacionales V8 y V6 de fábrica con los motores y cajas japonesas que les brindaban excelentes prestaciones y, sobre todo, economía. Vale la pena recordar que en aquel tiempo el gasoil era muy barato, costaba centavos”, explicó.
Pero los avances tecnológicos no cesan. Hoy van ganando terreno los vehículos híbridos y los enteramente eléctricos. “Desde ya hay que pensar que, para prestar servicios a este tipo de tecnología habrá que tener una alta especialización y será necesaria la intervención de ingenieros electromecánicos, entre otros profesionales”, anticipó Olleta. En este camino, dijo que la provincia necesita cada vez más de instituciones que aborden estas capacitaciones a nivel terciario y universitario, y que tengan la capacidad de acompañar el avance de la electrónica, de mecánica y de la informática.
“Los motores a combustión van a ser inevitablemente reemplazados por los de energía eléctrica, que hoy ya brindan importantes autonomías a velocidades interesantes. Esto va a significar también el uso en el mercado local de baterías de litio, lo que se traduce en una gran oportunidad para Salta. No hay que tener miedo. Hay que capacitarse y prepararse para el futuro, que metafóricamente ya es hoy”, concluyó Olleta.