¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
1 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Los cortes de ruta agotan la paciencia y cunde la violencia

Los únicos que parecen no advertir el peligro latente, la efervescencia que va en aumento, son la Justicia y las fuerzas de seguridad nacionales.
Martes, 07 de noviembre de 2023 02:32

El hartazgo, la bronca y la indignación son tales, que a nadie en el norte de la provincia sorprendería que en cualquier momento un camionero o un automovilista impedido de su derecho de circular provoque una tragedia. Los únicos que no advierten el peligro latente, la efervescencia que va en aumento con este tipo de medidas, son quienes deberían impedirla, dialogar con las partes, apelar al sentido común como son los funcionarios judiciales con el acompañamiento de las fuerzas de seguridad nacionales.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El hartazgo, la bronca y la indignación son tales, que a nadie en el norte de la provincia sorprendería que en cualquier momento un camionero o un automovilista impedido de su derecho de circular provoque una tragedia. Los únicos que no advierten el peligro latente, la efervescencia que va en aumento con este tipo de medidas, son quienes deberían impedirla, dialogar con las partes, apelar al sentido común como son los funcionarios judiciales con el acompañamiento de las fuerzas de seguridad nacionales.

Pero así como en el norte lo que sobran son cortes en la ruta nacional 34 por los motivos que sea, protagonizados por criollos u originarios, lo que falta es una intervención seria, una presencia contundente de las fiscalías federales que tienen que velar por la protección de los derechos de miles de personas (la mayoría de ellos residentes en los pueblos del norte provincial, pero también de quienes por razones laborales llegan al departamento San Martín como choferes de camiones, de ómnibus de larga distancia o de quienes realizan el transporte internacional). Por las más diversas razones, bajo un sol impiadoso, con temperaturas que superan los 45 grados, en el medio de la ruta deben esperar por horas hasta que los que manifiestan deciden liberar el tránsito por unos 15 o 20 minutos, solo "para descomprimir".

Esa actitud de jugar con fuego es de todo el año, de todos los meses y de todas las semanas, de manera que una tragedia sería nada más que la crónica de una muerte anunciada, pero al parecer nadie quiere anticiparse para evitarla. El viernes, en Mosconi, transcurrió el cuarto día consecutivo de un corte de ruta y la ofuscación de los conductores se hizo notar.

En Embarcación, los automovilistas casi llegan a las manos con un grupo de vecinos -la mayoría mujeres- de algunas comunidades, quienes exigían la perforación de un pozo de agua. A este corte le siguió el que realizaron los originarios de General Mosconi en protesta contra el Ippis, el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas que los representa, reclamando viviendas.

En ninguno de los cortes se vio la intervención y mucho menos la presencia de las autoridades judiciales federales con jurisdicción en la región. Como siempre sucede, los que cortaban la ruta dejando a cientos de automovilistas sin poder transitar eran grupos minúsculos que no superan las 30 o 40 personas, pero que aun así mantienen por horas cortada la única vía de comunicación de San Martín con el resto del país.

"¿Dónde están los fiscales federales Lamas y Romero que deberían intervenir para que esta gente no nos tenga horas esperando para poder transitar?", se preguntó un poblador de Salvador Mazza, porque llegar a esa localidad de frontera es un verdadero padecimiento, como le sucede a los que residen en General Mosconi, Vespucio, Tartagal y Aguaray o los que transitan hacia el Chaco salteño.

"Estamos cansados de que los gendarmes solo se acerquen para mirar que nadie les reclame a los que nos impiden transitar y trabajar; yo no tengo nada que ver con las casas que el Ippis no les construye", expresó indignada una mujer que como el resto debió esperar horas en el corte de Mosconi para poder seguir viaje, luego que los originarios accedieran a "flexibilizar" la medida de protesta.

Provocación y violencia

Los incidentes más serios se produjeron en Embarcación cuando un camionero y un automovilista intentaron retirar las ramas que había colocado un grupo de mujeres que decían protestar por la falta de perforación de un pozo de agua. Enojadas por la lógica indignación del trabajador que les recriminaba que no era justo que le impidieran circular, la respuesta de las mujeres fue de una innecesaria y torpe provocación: "Ahora sí que no los vamos a dejar pasar ni mierda", le dijeron.

Otra de las mujeres que miraba cómo el trabajador se indignaba por no poder transitar, lo increpaba con agravios: "Maricón, ya íbamos a liberar, faltaban 5 minutos pero ahora se van a quedar ahí". Los comentarios generaban más bronca e impotencia en quienes pretendían ejercer su derecho a transitar. Las mujeres que estando sobre la ruta se sentían equivocadamente empoderadas frente a una gran mayoría de automovilistas que preferían esperar pacientemente antes que enfrentarlas, no tomaban en cuenta el riesgo al que se exponen, paradas sobre la cinta asfáltica con un palo, frente a un camión de gran porte cuyo chofer estaba al límite de su estado emocional.

El cobro de peajes

Un trabajador que había permanecido toda la noche en vela para cargar combustible en una estación de servicios de Embarcación y que debía llegar con mercadería a Salvador Mazza, le relató a este medio la odisea que debe vivir cada vez que quiere regresar a su pueblo. "En Mosconi estaban los padres cortando la ruta y los hijos en los caminos alternativos. Para dejar pasar a los vehículos de menor porte, porque los grandes tienen que aguantar sobre la ruta, hay que repartirles plata a todos porque se colocan cada 50 metros. Yo voy con sencillo en el bolsillo repartiendo pero me da bronca y a la vez pena porque los chicos tienen un estado lamentable, borrachos y drogados", expresó. Agregó que meses atrás "llegué justo a Coronel Cornejo cuando comenzaban a poner ramas y cubiertas para quemar. Hice una maniobra y logré esquivarlos cuando escuché una piedra que me rompió el parabrisas. Todavía circulo con el parabrisas roto porque no me da la plata para cambiarlo".

AGENCIA TARTAGAL

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD