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Un agitado amanecer entre sirenas, bombas y temblores

Hace medio siglo, los salteños vivieron una jornada que comenzó con sustos y terminó con misa y procesión. 
Domingo, 19 de noviembre de 2023 02:37

Desde muy temprano, el 19 de noviembre de 1973, es decir hace cincuenta años cabales, se presentó difícil e inquietante. Pese a ello, nada hacía sospechar que horas después el pánico se apoderaría de la ciudad y gran parte de la provincia.

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Desde muy temprano, el 19 de noviembre de 1973, es decir hace cincuenta años cabales, se presentó difícil e inquietante. Pese a ello, nada hacía sospechar que horas después el pánico se apoderaría de la ciudad y gran parte de la provincia.

Ya casi al alba chica, a las 5.30, una bomba de estruendo despertó a la barriada del sudeste de nuestra ciudad. La explosión de inmediato alertó a la Policía, que a poco la ubicó al frente de la Cerámica del Norte. La primera impresión hizo pensar que se trataba de un adelantado bromista de fin de año, pero cuando los policías revisaban el lugar se dieron con un poderoso artefacto explosivo con un dispositivo que estaba en pleno funcionamiento. De inmediato, personal especializado se abocó a desactivar el explosivo y, cuando en eso estaba otra bomba de estruendo estalló al oeste de la ciudad, en Alvarado al 2047. Esta vez había sido frente al establecimiento Mar-Hel. Cuando la Policía llegó, de nuevo se dio con un artefacto similar al anterior, que de inmediato fue desactivado. Pero el asunto parecía de nunca acabar, pues cuando los expertos desarmaban el nuevo explosivo, un tercer estruendo se escuchó al norte de la ciudad, más precisamente en Zuviría al 2500. Por suerte los operativos resultaron exitosos, ya que los tres artefactos caseros fueron desactivados sin haber causado daños ni desgracias personales. De más está decir que ante la serie de explosiones la Policía quedó oreja parada, pues como dice el refrán: "No hay dos sin tres", y en este caso esperando el "tres sin cuatro".

Sin dudas aquella mañana se había presentado agitada con estruendos, corridas y el ulular de las sirenas policiales, que a toda velocidad recorrían la ciudad de un lado para el otro buscando afanosamente y sin éxito algún sospechoso.

Cimbronazo

A la siete de la mañana y con el sol ya asomado por sobre el San Bernardo, la ciudad comenzaba de a poco a cobrar movimiento, tanto por quienes salían a trabajar como por los estudiantes. El día avanzaba aún fresco cuando a las 8.19 un fuerte cimbronazo sacudió el suelo, en tanto se escuchaban ruidos sordos y un viento sibilante que acentuó el dramatismo del momento. Los estruendos eran subterráneos, como si cientos de camiones estuviesen descargando piedras bajo nuestros pies. Y, junto a ello, los vidrios de los edificios o de algunas vidrieras comenzaron a rajarse y a caer con gran estrépito sobre las veredas. No cabía dudas: era un temblor que duró una eternidad pero que, según los instrumentos, solo había durado entre 8 y 10 segundos.

Desde muy temprano el 19 de noviembre de 1973, es decir hace 50 años, se presentó difícil e inquietante.

Y mientras la tierra temblaba los edificios altos cimbreaban, las puertas y ventanas crujían y rechinaban, las farolas se mecían y los adornos y botellas caían de las repisas. El miedo de los animales, que por lo general preceden y acompañan estos fenómenos, también se manifestó en forma medrosa. En la periferia de la ciudad, los cacareos de las aves y los aullidos de los perros se unieron al retumbo de la tierra mientras la gente espantada abandonaba sus casas. En el centro, donde los edificios públicos a esa hora ya estaban repletos de gente que hacía sus trámites, el terror provocó tumultos con saldo de varios heridos. Lo peor fue en el Banco Hipotecario Nacional, cuyas oficinas estaban colmadas con cientos de postulantes a las viviendas del futuro barrio San Remo. Y así fue que cuando el pánico se apoderó de ellos, las corridas y apretujones por salir a la calle causaron desmayos y heridos.

Poca información

Inmediatamente de producido el sismo, periodistas del El Tribuno intentaron reunir información pero la tarea fue casi imposible. Las líneas telefónicas estaban abarrotadas y recién a las 10 el diario logró comunicarse con San Salvador de Jujuy, donde funcionaba un sismógrafo de la Dirección de Arquitectura. Por esa comunicación solo se pudo saber la hora y la intensidad aproximada del sismo, pero sin precisarse el epicentro y duración del fenómeno. Para Radio Jujuy el epicentro estaba en la Quebrada de Humahuaca, pero Gendarmería informó que el temblor "apenas si había sido percibido en Abra Pampa".

A las 8.19 un fuerte cimbronazo sacudió el suelo salteño con ruidos sordos y un viento sibilante.

Recién a las 11 El Tribuno pudo acceder a información fidedigna llegada por los teletipos de NA. La noticia procedía de Capital Federal y precisaba que "el epicentro estaba 1.400 kilómetros al norte, dentro de la zona montañosa de la provincia de Salta". Y una hora después los datos se completaron con un parte del Servicio Meteorológico del aeropuerto "El Aybal". El sismo había sido a las 8.19, su duración había sido de 8 segundos en la ciudad de Salta, 7 en Metán y Rosario de la Frontera, 8 en las ciudades del norte y 3 en Cachi. Agregó que el epicentro estimativamente estaba en estancia El Rey, Anta, y en cuanto a la intensidad había sido de 4 para la escala Mercalli modificada y de 5 para la escala Richter. Días después se confirmó que el epicentro había sido en Las Víboras, paraje ubicado al frente de estancia El Rey.

Daños

Si bien el sismo no causó víctimas fatales, dejó varios heridos, como en Las Pichanas, Jujuy, donde el derrumbe de una casa hirió a sus ocupantes.

En Campo Santo se agrietaron los edificios de la central telefónica de la CAT, las aulas de la escuela N° 339 y las estufas de tabaco de la finca San Antonio, cayéndose una de ellas.

En nuestra ciudad, cuatro naves laterales y la central de la Catedral se agrietaron, además hubo caídas de revoque y rajaduras en el frente. También dejó grietas en las paredes de la Escuela Normal, en los techos del colegio Santa Rosa, paredes de la maternidad "Luisa Bernal de Villar" y muros del Hospital del Milagro. Se derrumbaron las tapias de Ituzaingó al 200, Catamarca 200, Mendoza al 300 y Urquiza al 800. En Cabra Corral, Cafayate y Cachi la Policía informó sobre derrumbes en los cerros. También causó daños en edificios de Mina La Casualidad y, como es de imaginar, la localidad más perjudicada fue Río Piedras, dada su cercanía al epicentro. Su intendenta, Beatriz López de Araiz, informó por radiograma que había grietas en muros de la sede comunal, la iglesia, la escuela, la sala de primeros auxilios y numerosas casas de vecinos. Finalmente en nuestra ciudad, en el inmueble de Mendoza 345, se abrió una pieza al caer una de sus paredes; a la tradicional casa de la esquina de Catamarca y San Martín (foto) se le cayó una cornisa y parte del parapeto, y en Alberdi primera cuadra un poste con cables quedó peligrosamente inclinado sobre la calle. Meses después se supo que el sismo había dañado los pilares del "Puente i' Fierro" en el acceso sur a Salta (RN9) y del puente de Las Víboras, Anta, sobre RP5. Ninguno pudo resistir las crecientes ocurridas meses después.

Misa y procesión

A poco de ocurrido el sismo, la Curia de Salta convocó a los fieles a una misa de acción de gracias y a una posterior procesión. En realidad, a minutos del temblor, la calle España frente a la Catedral se colmó espontáneamente de fieles que oraban para que el fenómeno no se repitiese. Por temor, nadie ingresó al recinto catedralicio, pero afuera los rezos y las plegarias al Señor y la Virgen del Milagro se oían por toda la plaza. Como la misa recién fue convocada para las 19.30, muchos fieles reclamaron a viva voz que fuese lo más pronto posible a los fines de evitar más temblores. Y la petición se reiteró más airada aún cuando a las 12 un nuevo remezón asustó a los pobladores. Pero, como dice el refrán, "el miedo no es como el coraje", la curia no aflojó y misa y procesión se hicieron a la hora indicada, pero afuera.

Los estruendos subterráneos, eran como si cientos de camiones descargaran piedras bajo nuestros pies.

A las 19.30 comenzó la misa en el atrio del templo con las imágenes de la Virgen y el Señor del Milagro ubicadas a los costados y ante miles de fieles. Concluida la ceremonia, los santos patronos fueron llevados en procesión alrededor de la plaza 9 de Julio. Acompañaban el arzobispo Mariano Pérez, el gobernador Miguel Ragone, el intendente Gerardo Bavio, el jefe del Distrito Militar, Cnel. Mario Leal, Corte de Justicia, legisladores y ministros. Ya de noche y después de las 21 horas concluyeron los actos con la ratificación del "pacto de fidelidad". Lamentablemente, cuatro días después dos sismos más sacudieron otra vez a Salta. Fue entonces que más de un salteño pensó que si las cosas seguían así había que dirigirse a Sumalao para pedirle refuerzo al Señor de aquel lugar.

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