En mayo se cumplirán doce años de la estatización del servicio de agua. No hace falta hacer un balance a fondo: la rabia y la indignación de los vecinos por los cortes, sobre todo en días agobiantes, definen todo. No es un problema climático, sino de inversión. El Gobierno está por ejecutar obras, aunque es tradición, como lo refleja la ejecución presupuestaria, hacer la menor cantidad posible. Y en esos recortes sistemáticos caen proyectos de agua y saneamiento.
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En mayo se cumplirán doce años de la estatización del servicio de agua. No hace falta hacer un balance a fondo: la rabia y la indignación de los vecinos por los cortes, sobre todo en días agobiantes, definen todo. No es un problema climático, sino de inversión. El Gobierno está por ejecutar obras, aunque es tradición, como lo refleja la ejecución presupuestaria, hacer la menor cantidad posible. Y en esos recortes sistemáticos caen proyectos de agua y saneamiento.
La gestión de Urtubey empeoró el servicio. Poco se hizo en red y en los sistemas de captación de Aguas del Norte mientras era exponencial el crecimiento demográfico y urbanístico. Los usuarios hoy pagan un servicio muy deficiente. Ni el Ente Regulador de los Servicios Públicos puede controlar en serio y solo anuncia medidas que poco o nada inciden. Es la lógica del Estado controlando al Estado. Los cortes de agua son un problema que exceden a Aguas del Norte. En el fondo hay responsabilidad de la Provincia. La actual gestión provincial recibió una pésima herencia, pero ya pasaron dos años. Es necesaria la ejecución de proyectos del Ministerio de Infraestructura y evitar caer en anuncios que luego no se cumplen. Hay un terrible historial para las obras de agua: Fondo de Reparación Histórica (FRH), Fondo del Bicentenario, Unidad Ejecutora, plan de agua y saneamiento... Muchas deudas y cero resultado. Se habla que los proyectos pueden llevar varios años... No obstante, los salteños demandan soluciones urgentes y serias.