Si bien el herraje de caballos es una de las actividades más antiguas y tradicionales en la zona rural, se trata de un trabajo que requiere de gran experiencia, conocimiento de los animales, destreza y de la aplicación de técnicas apropiadas. Es todo un arte que exige, además, el conocimiento de anatomía, fisiología, biomecánica y de los aplomos (dirección que deben seguir los ejes de los miembros en relación a la línea del suelo, para su correcto desplazamiento).
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Si bien el herraje de caballos es una de las actividades más antiguas y tradicionales en la zona rural, se trata de un trabajo que requiere de gran experiencia, conocimiento de los animales, destreza y de la aplicación de técnicas apropiadas. Es todo un arte que exige, además, el conocimiento de anatomía, fisiología, biomecánica y de los aplomos (dirección que deben seguir los ejes de los miembros en relación a la línea del suelo, para su correcto desplazamiento).
El objetivo es evitar dañar al caballo y obtener la máxima perfomance. Es importante tener en cuenta que la patada de un caballo es muy veloz y por lo tanto difícil de evitar, por lo que manipular sus extremidades es altamente riesgoso que demanda mucha concentración.
Jalil Dib Ashur (18), es un joven salteño que se encuentra terminando el secundario en la Escuela Agrícola y se dedica a herrar equinos desde los 15 años. A pesar de su corta edad, ya cuenta con una trayectoria reconocida en el circuito del Valle de Lerma.
En diálogo con El Tribuno, Jalil contó que con el tiempo fue ganando fuerza y manejando con más eficiencia las herramientas. Resaltó, que trabaja bajo el concepto de Balance F. Este método, según los expertos, revolucionó en los últimos años la podología equina y es la primera técnica medible y reproducible del mundo que permite al caballo recuperar completamente su equilibrio natural. “Esta es la clave para obtener un caballo sano y con alto rendimiento”, señalan.
“Comencé desde muy chico herrando mis propios animales. Luego adquirí las herramientas y decidí brindar servicios a terceros. La gente puede contactarme por mi cuenta de Instagram 'Jalil Dib Ashur'. Me estoy preparando para estudiar veterinaria, una vez que egrese del ciclo medio”, anticipó el salteño.
Al consultársele cuándo y por qué debe herrarse un caballo, Jalil señaló que normalmente se les coloca las primeras herraduras en tiempos en que comienza a montárselo, esto evita el desgaste y los golpes en los cascos, y mejora el balance. Es aconsejable herrarlo cuando se utiliza el animal para trabajar o para actividades deportivas. Las herraduras también lo protegen de lesiones en articulaciones, ligamentos, cartílagos y huesos. Sin embargo, señaló que a los 45 días de nacidos, ya se le realizan los primero cortes correctivos en los cascos, lo que le va dando buenos aplomos.
El cuidado de los cascos
En cuanto a los tiempos de recambio de herraduras, Jalil detalló que “suele realizarse de los 40 a los 60 días. Si el desgaste es parejo, éstas pueden utilizarse dos o tres veces, pero si el caballo pisa mal, una sola vez ya que genera un desbalance”. Luego, explicó: “Existen diversos tipos de herraduras. Están las de trabajo, que nos permiten controlar el crecimiento, para que no desgaste el casco. Las de competición, que varían según la disciplina: traen clips, tacos o plantillas para mejorar el rendimiento; y luego tenemos las ortopédicas, que están destinadas a animales que sufren algún tipo de patología en el casco”.
El joven salteño se lamentó que en muchas ocasiones se nota mucho descuido de parte de los propietarios. Y que dejan pasar hasta 6 meses antes de realizar un cambio de herraduras. Se lamentó que se den situaciones como estas, que son muy perjudiciales para el animal ya que genera la aparición de hongos, produce dolores de articulaciones y deformaciones en los cascos.
Una actividad riesgosa
Manipular las patas (traseras) o las manos (delanteras) de los caballos no es algo que pueda realizar cualquiera. Se trata de una tarea que requiere de muchísimo cuidado. La patada de uno de estos animales puede causar mucho daño. “Esta es una actividad que te tiene que gustar. Cada caballo tiene un temperamento distinto, y hay saber comprenderlos. Fundamentalmente no hay que tener miedo. Tomando los recaudos necesarios, se minimizan los riesgos”, explicó Jalil.
El joven salteño se especializa constantemente en técnicas de herraje, despalmado y aplomado de cascos, atendiendo principalmente las necesidades de los animales y su funcionalidad. “Lo más importante es su bienestar, que el caballo se encuentre saludable y prevenir cualquier tipo de lesión”, concluyó Jalil.