El campo de juego del estadio Olímpico Atahualpa de Quito, Ecuador, luce en muy buen estado, sin pozos y con un verde reluciente, de cara al partido de mañana entre el local y Argentina, en el marco de la última fecha de la Eliminatoria Sudamericana del Mundial de Rusia 2018.
El césped de la cancha ubicada a 2.850 kilómetros de altura sobre el nivel del mar reflejó un brillante trabajo de los encargados del mantenimiento, tal como comentó el entrenador argentino de Ecuador, Jorge Célico, en una conferencia de prensa.
"Venimos trabajando desde hace un mes para este partido, sabemos que es importante recibir a Lionel Messi y a un seleccionado tan importante", le comentó un empleado a Télam.
"La idea es que el césped esté corto y, como pueden ver, absorbió bien la lluvia fuerte de los últimos días. El profesor nos pidió que esté rápido para que la pelota circule con fluidez", aseguró.
De esta manera, Ecuador buscará en la velocidad del campo a otro socio, que se sumará a la altura, para dejar a Argentina sin competencia mundialista después de 48 años con presencias consecutivas.
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El campo de juego del estadio Olímpico Atahualpa de Quito, Ecuador, luce en muy buen estado, sin pozos y con un verde reluciente, de cara al partido de mañana entre el local y Argentina, en el marco de la última fecha de la Eliminatoria Sudamericana del Mundial de Rusia 2018.
El césped de la cancha ubicada a 2.850 kilómetros de altura sobre el nivel del mar reflejó un brillante trabajo de los encargados del mantenimiento, tal como comentó el entrenador argentino de Ecuador, Jorge Célico, en una conferencia de prensa.
"Venimos trabajando desde hace un mes para este partido, sabemos que es importante recibir a Lionel Messi y a un seleccionado tan importante", le comentó un empleado a Télam.
"La idea es que el césped esté corto y, como pueden ver, absorbió bien la lluvia fuerte de los últimos días. El profesor nos pidió que esté rápido para que la pelota circule con fluidez", aseguró.
De esta manera, Ecuador buscará en la velocidad del campo a otro socio, que se sumará a la altura, para dejar a Argentina sin competencia mundialista después de 48 años con presencias consecutivas.