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Preocupan las mesas vacías en restaurantes

Sabado, 16 de abril de 2016 01:30
<div>Los comercios exponen una crítica situación por estos días. Lucas Alascio</div><div>
Los restaurantes, bares y comedores de la ciudad comenzaron a sentir los efectos de la recesión económica. Hay más mesas vacías y mostradores con menor actividad, admiten los comerciantes.
"Estamos trabajando con bajas desde diciembre. Aquellas familias que salían dos o tres fines de semana al mes, de pronto ya no salen más porque todo aumentó", dijo Mario Almada, desde la caja de la tradicional confitería de la esquina de Caseros y Mitre.
Sostiene, a su vez, que las ventas disminuyeron un 40 por ciento en los últimos tres meses y que todos los insumos le aumentaron un 50 por ciento de promedio. Como en casi todos los negocios vinculados a la gastronomía, el aumento de los costos del servicio fue absorbido por los propietarios.
"Si nosotros aumentáramos un 50 por ciento los precios acá no los paga nadie", concluyó Mario.
Un plato de locro cuesta 80 pesos; un menú turista, 90 pesos; un combo de hamburguesa y gaseosa, 130 pesos o una cazuela de cabrito, a 150 pesos. Estos son los precios que se ven en los locales gastronómicos salteños.
Los comerciantes señalaron que se están volviendo a poner de moda las promociones. Están pensando en cómo abaratar los precios. Lo mismo dijeron en un local de la Balcarce que ahora reabrió con el nombre de uno de los Tres Chiflados. "La gente ya no ve las cartas sino los carteles de las promociones. La de muzza más cerveza, a 120 pesos, es lo que más se consume", dijo Ricardo detrás de la barra.
El hombre advirtió que también le subieron las tarifas de servicios públicos y que se volvieron "insoportables".
Efectos del tarifazo
"La última boleta de luz vino a 8.500 pesos; eso es casi como un sueldo", lamentó el encargado.
El panorama futuro no parece ilusionar a Porfirio Aucachi, propietario de un tradicional bar frente a la iglesia San Francisco. El bar del "Porfi", que aparece en las guías turísticas Lonely Plantet y Petit Fute, se mantiene actualmente con los pocos turistas extranjeros que llegan a buscar sus reconocidas empanadas.
"El precio del alquiler subió 40 por ciento a principio de año, los servicios aumentaron un 50 por ciento. Al sobaco antes lo compraba a 60 hoy lo pagué a 100, sin embargo yo aumenté sólo 10 pesos el valor de la docena de empanadas. Pasé de 90 pesos en diciembre a 100 pesos en la actualidad. Yo tuve desde enero 5 aumentos en mis proveedores, por lo que estoy trabajando para resistir", dijo "Porfi".
El hombre estima que la docena debería costar unos 140 pesos, pero que si pone esos precios, sostiene, se le acaba la bohemia al lugar.
Los comerciantes consultados coinciden en que el turista extranjero mantiene parte del consumo, mientras que los visitantes nacionales están más "gasoleros" y el salteño dejó de salir.
Sin cierres
"En Salta no cerró ningún local gastronómico hasta ahora. Lo que sucede es que comenzaron a quejarse porque se vienen las negociaciones paritarias de mayo", dijo el secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina, delegación Salta, Pablo Alejandro López al ser consultado sobre la situación actual de los comercios en la ciudad.
El sindicalista, que además es el secretario de Turismo de la Municipalidad de la Ciudad de Salta, aseguró que el sector de su cartera anda con muy buenos números.
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Los restaurantes, bares y comedores de la ciudad comenzaron a sentir los efectos de la recesión económica. Hay más mesas vacías y mostradores con menor actividad, admiten los comerciantes.
"Estamos trabajando con bajas desde diciembre. Aquellas familias que salían dos o tres fines de semana al mes, de pronto ya no salen más porque todo aumentó", dijo Mario Almada, desde la caja de la tradicional confitería de la esquina de Caseros y Mitre.
Sostiene, a su vez, que las ventas disminuyeron un 40 por ciento en los últimos tres meses y que todos los insumos le aumentaron un 50 por ciento de promedio. Como en casi todos los negocios vinculados a la gastronomía, el aumento de los costos del servicio fue absorbido por los propietarios.
"Si nosotros aumentáramos un 50 por ciento los precios acá no los paga nadie", concluyó Mario.
Un plato de locro cuesta 80 pesos; un menú turista, 90 pesos; un combo de hamburguesa y gaseosa, 130 pesos o una cazuela de cabrito, a 150 pesos. Estos son los precios que se ven en los locales gastronómicos salteños.
Los comerciantes señalaron que se están volviendo a poner de moda las promociones. Están pensando en cómo abaratar los precios. Lo mismo dijeron en un local de la Balcarce que ahora reabrió con el nombre de uno de los Tres Chiflados. "La gente ya no ve las cartas sino los carteles de las promociones. La de muzza más cerveza, a 120 pesos, es lo que más se consume", dijo Ricardo detrás de la barra.
El hombre advirtió que también le subieron las tarifas de servicios públicos y que se volvieron "insoportables".
Efectos del tarifazo
"La última boleta de luz vino a 8.500 pesos; eso es casi como un sueldo", lamentó el encargado.
El panorama futuro no parece ilusionar a Porfirio Aucachi, propietario de un tradicional bar frente a la iglesia San Francisco. El bar del "Porfi", que aparece en las guías turísticas Lonely Plantet y Petit Fute, se mantiene actualmente con los pocos turistas extranjeros que llegan a buscar sus reconocidas empanadas.
"El precio del alquiler subió 40 por ciento a principio de año, los servicios aumentaron un 50 por ciento. Al sobaco antes lo compraba a 60 hoy lo pagué a 100, sin embargo yo aumenté sólo 10 pesos el valor de la docena de empanadas. Pasé de 90 pesos en diciembre a 100 pesos en la actualidad. Yo tuve desde enero 5 aumentos en mis proveedores, por lo que estoy trabajando para resistir", dijo "Porfi".
El hombre estima que la docena debería costar unos 140 pesos, pero que si pone esos precios, sostiene, se le acaba la bohemia al lugar.
Los comerciantes consultados coinciden en que el turista extranjero mantiene parte del consumo, mientras que los visitantes nacionales están más "gasoleros" y el salteño dejó de salir.
Sin cierres
"En Salta no cerró ningún local gastronómico hasta ahora. Lo que sucede es que comenzaron a quejarse porque se vienen las negociaciones paritarias de mayo", dijo el secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina, delegación Salta, Pablo Alejandro López al ser consultado sobre la situación actual de los comercios en la ciudad.
El sindicalista, que además es el secretario de Turismo de la Municipalidad de la Ciudad de Salta, aseguró que el sector de su cartera anda con muy buenos números.
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