El proyecto de reemplazar el impuesto a las Ganancias luego de las resonantes protestas en su contra, es un dolor de cabeza para el Gobierno. La pregunta clave: cómo hacerlo. Los técnicos impositivos y laboralistas se arremolinan para asesorar en la materia a dos diputados nacionales del oficialismo: Héctor Recalde del Frente para la Victoria y Carlos Heller, de Nuevo Encuentro. Ellos, según el oficialismo, deberán compatibilizar el proyecto que, en definitiva, reemplace el cobro de Ganancias a los trabajadores por el pago de Ganancias a la renta financiera. El nuevo impuesto abarcará a los plazos fijos, bonos y acciones. Lo que se está discutiendo en el seno del Gobierno es si es posible recaudar $17.000 millones anuales por la iniciativa. Un camino sería -a entender de los asesores- aplicar el porcentaje máximo de Ganancias de 35% a las operaciones financieras. A su vez, otros técnicos, los de los gremios, proponen que el gravamen no supere el 18%.
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El proyecto de reemplazar el impuesto a las Ganancias luego de las resonantes protestas en su contra, es un dolor de cabeza para el Gobierno. La pregunta clave: cómo hacerlo. Los técnicos impositivos y laboralistas se arremolinan para asesorar en la materia a dos diputados nacionales del oficialismo: Héctor Recalde del Frente para la Victoria y Carlos Heller, de Nuevo Encuentro. Ellos, según el oficialismo, deberán compatibilizar el proyecto que, en definitiva, reemplace el cobro de Ganancias a los trabajadores por el pago de Ganancias a la renta financiera. El nuevo impuesto abarcará a los plazos fijos, bonos y acciones. Lo que se está discutiendo en el seno del Gobierno es si es posible recaudar $17.000 millones anuales por la iniciativa. Un camino sería -a entender de los asesores- aplicar el porcentaje máximo de Ganancias de 35% a las operaciones financieras. A su vez, otros técnicos, los de los gremios, proponen que el gravamen no supere el 18%.
Lo que se pierde en un lado, se lo conserva en el otro. Este principio responde a la famosa ley de conservación de la materia del químico Lavoisier del siglo XVII. Algo formulado tan antiguamente puede ocurrir en materia tributaria actual. Los trabajadores con más ingresos pagan una masa tributaria por Ganancias de $20.000 millones anuales y la abonan 30% de los asalariados. Esa cifra, si se modifica el impuesto al salario, no se pierde, se conservaría en manos del Tesoro nacional una vez gravada la renta financiera. De acuerdo a los contadores de la Afip el monto que recaudaría el organismo por operaciones financieras sería, tentativamente, el siguiente: los plazos fijos gravados darían la suma de $8.000 millones, las acciones $6.785 millones y los bonos $6.223. Los que quieren llevar al tope la iniciativa de Recalde y Heller tienen drástica opinión: cobrar 35%, el máximo de Ganancias a la renta financiera. De allí vendría el jugoso ingreso entre $12.000 y $17.000 millones por año. Otros creen que si hay mucha presión tributaria gravando la renta financiera se encontrará rechazo y poca recaudación. El punto medio prefiere contemplar una alícuota entre 7% y 17,5% aunque el resultado final para la Afip sea menor recaudación.
Empezó en la Argentina un debate que si bien es tributarista y técnico, tiene efectos directos en asalariados y operadores del sistema financiero.
Dar la excepción al pequeño ahorrista
El diputado nacional Carlos Heller (Nuevo Encuentro) estudia un proyecto de gravamen a la renta financiera basado en el enfoque distribucionista. El legislador dice: “En la Argentina se necesita una reforma tributaria profunda, porque el país tiene un sistema tributario regresivo que grava más al consumo que a la riqueza, entonces hay que hacer un cambio de concepto y definir un nuevo modelo impositivo”
Por su parte, Héctor Recalde (Frente para la Victoria), sostuvo que “Pronto estaremos terminando el cuadro comparativo (entre Ganancias y el impuesto a la renta financiera). La idea es gravar con equilibrio, sin demagogia, analizando el costo-beneficio para no ser un espanta (inversiones) financiero; pero la timba tiene que ser gravada”, dijo.
Cuando se dio piedra libre a la iniciativa del impuesto a la renta financiera en la Cámara de Diputados de la Nación nació una suerte de consenso indirecto en el cuerpo para exceptuar del nuevo gravamen al ahorro nacional y, fundamentalmente a los pequeños ahorristas con plazos fijos.