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Una multitud despidió al Papa

Miércoles, 27 de febrero de 2013 09:03

Benedicto XVI dijo hoy en su última audiencia que en su pontificado tuvo momentos de alegría, “pero también difíciles”, pero que siempre se sintió protegido por Dios y aseguró que su renuncia no significa volver a
la vida privada.
El Papa añadió que cuando aceptó serlo, “ello significa vivir para siempre para el Señor”.
El pontífice hizo estas manifestaciones durante la audiencia pública de los miércoles, a la que asistieron más de 150.000 personas.
“Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la Cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro”, afirmó.
Sobre sus casi ocho años de pontificado y el balance que hacía, el papa dijo: “El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir”, afirmó el Papa durante su última audiencia como pontífice.
Reiteró que renunció al papado “en plena libertad”, al notar que sus fuerzas han disminuido, y no por su bien particular, “sino por el bien de la Iglesia”.
“He dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno”, dijo.
Benedicto XVI pidió que recen por él y por los cardenales, “llamados -dijo- a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro”.

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Benedicto XVI dijo hoy en su última audiencia que en su pontificado tuvo momentos de alegría, “pero también difíciles”, pero que siempre se sintió protegido por Dios y aseguró que su renuncia no significa volver a
la vida privada.
El Papa añadió que cuando aceptó serlo, “ello significa vivir para siempre para el Señor”.
El pontífice hizo estas manifestaciones durante la audiencia pública de los miércoles, a la que asistieron más de 150.000 personas.
“Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la Cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro”, afirmó.
Sobre sus casi ocho años de pontificado y el balance que hacía, el papa dijo: “El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir”, afirmó el Papa durante su última audiencia como pontífice.
Reiteró que renunció al papado “en plena libertad”, al notar que sus fuerzas han disminuido, y no por su bien particular, “sino por el bien de la Iglesia”.
“He dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno”, dijo.
Benedicto XVI pidió que recen por él y por los cardenales, “llamados -dijo- a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro”.

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