Si el planeta hablara, seguramente estaría pidiendo auxilio a gritos. Igual, aunque no tiene una única voz, respiramos a diario sus urgencias. A Jorge Lanata se le ocurrió salir a buscar a las personas más “capacitadas” para salvar al mundo, o al menos para darle un poco de alivio desde su arte, su saber, su talento o su ciencia. Un cartógrafo con pinta de hippie, un monje budista de sonrisa amable, un violinista que dice curar con la música, un visionario de la web y cientos de jóvenes indignados en Madrid y Nueva York: a todos ellos fue entrevistando el periodista durante la primera temporada de “26 personas para salvar al mundo”, un ciclo que esta noche estrenará su segunda edición, por Canal Infinito, a partir de las 22.
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Si el planeta hablara, seguramente estaría pidiendo auxilio a gritos. Igual, aunque no tiene una única voz, respiramos a diario sus urgencias. A Jorge Lanata se le ocurrió salir a buscar a las personas más “capacitadas” para salvar al mundo, o al menos para darle un poco de alivio desde su arte, su saber, su talento o su ciencia. Un cartógrafo con pinta de hippie, un monje budista de sonrisa amable, un violinista que dice curar con la música, un visionario de la web y cientos de jóvenes indignados en Madrid y Nueva York: a todos ellos fue entrevistando el periodista durante la primera temporada de “26 personas para salvar al mundo”, un ciclo que esta noche estrenará su segunda edición, por Canal Infinito, a partir de las 22.
Durante la presentación de esta segunda temporada -que se hizo días atrás en el Planetario porteño-, Lanata explicó que “será distinta a la primera, que estuvo basada más que nada en personas; ésta, en cambio, girará en torno de temas. Los entrevistados son todos personajes muy interesantes, obviamente, pero aparecen agrupados por temas”.
El ideólogo de “26 personas...” abordó decenas de aviones para entrevistar, en diferentes puntos del planeta, entre otros, a Robin Murphy, creador del grupo Robótica sin fronteras; a Rodolfo Llinás, un neurocientista que cuenta en qué lugar del cerebro se localizan el amor y el odio; a Emmanuel Jal, un ex niño soldado sudanés que ahora, como cantante de fama internacional, usa su música para rescatar a chicos de la guerra con la ayuda de Peter Gabriel y George Clooney; a François Pieenar, ex jugador de rugby, capitán de los Springboks de Sudáfrica, que llevó a su selección a la victoria en la Copa Mundial de Rugby de 1995, un episodio que Nelson Mandela utilizó para lograr la unificación del país; a Howard Gardner, profesor de Harvard y autor de la teoría de las inteligencias múltiples; a Martin Rees, reconocido astrofísico y profesor de Cambridge, que se pregunta si es que nos queda tiempo, y cuánto, para salvar al mundo.
El tema del episodio 13, por ejemplo, es el hambre, y Lanata eligió anclarlo en Argentina, entrevistando al doctor Abel Albino, cabeza de la Fundación Conin, que lucha contra la desnutrición.
Los guiones de cada capítulo llevan la firma del ex propietario de Página 12. Hay en ellos un vuelo poético que Lanata reconoce como parte de su esencia periodística. “Si me preguntás que hago así, en general, en la vida, respondo: yo escribo. Me formé leyendo poesía. Eso hace que cuando vos escribís aparezca una lógica, una métrica interna. No ponés cualquier palabra. Cortázar es jazz. Cada uno tiene una música y yo cuando escribo sigo esa música”, explicó.
Calle arriba, calle abajo
Lanata resumió el trabajo que demandó la realización de las dos temporadas de “26 personas...” (dos tandas de 10 episodios cada una) en una frase: “Hicimos 20 películas en 2 años”. Y apelando a más números para subrayar la envergadura del proyecto, agregó: “En esta segunda temporada recorrimos 28 ciudades, 63 aeropuertos, 42 hoteles, e hicimos más de cien entrevistas”.
La “chapa” de Turner –aclaró- fue fundamental para acceder a ciertos entrevistados que “no nos hubieran dado bola si les decíamos que íbamos de parte de la televisión argentina”.
Pero acotó: “Nos recibieron por eso y porque se engancharon mucho con la idea del programa. Fue como un motor que hizo que todo marchara sobre rieles. Puede sonar ingenuo, pero todos queremos salvar el mundo. Todos, en algún lugar, preferimos que al final de la película el chico bese a la chica. Es así”, sentenció. Y se metió dentro del montón: “Y sí...Si me preguntan ‘sos optimista’ con respecto al futuro, respondo ‘claro, tengo hijas, cómo no voy a ser optimista’”.
El programa se emitirá por Canal Infinito todos los domingos, a las 22, con repeticiones los martes a la medianoche.