Walter Pérez (32) fue condenado a 10 años de prisión al ser hallado autor del delito de homicidio en grado de tentativa en perjuicio de su expareja Rosa Ponce (31). La noche del 16 de abril de 2011, en su domicilio de barrio Castañares, la mujer recibió tres disparos provenientes de un revólver calibre 22 largo Doberman, percutado por su exnovio. Pérez había sido denunciado e imputado también por abuso sexual agravado por el uso de arma. Sin embargo, fue absuelto de ese cargo y deberá realizar un tratamiento psicológico y psiquiátrico. La audiencia se inició a las 10 y culminó a las 13 en la Cámara Segunda en lo Criminal. El Tribunal estuvo integrado por los magistrados Angel Longarte, Bernardo Ruiz y Carlos Pucheta. El acusado vestía zapatillas negras, un pantalón de corderoy gris y una camiseta de Boca Juniors.
inicia sesión o regístrate.
Walter Pérez (32) fue condenado a 10 años de prisión al ser hallado autor del delito de homicidio en grado de tentativa en perjuicio de su expareja Rosa Ponce (31). La noche del 16 de abril de 2011, en su domicilio de barrio Castañares, la mujer recibió tres disparos provenientes de un revólver calibre 22 largo Doberman, percutado por su exnovio. Pérez había sido denunciado e imputado también por abuso sexual agravado por el uso de arma. Sin embargo, fue absuelto de ese cargo y deberá realizar un tratamiento psicológico y psiquiátrico. La audiencia se inició a las 10 y culminó a las 13 en la Cámara Segunda en lo Criminal. El Tribunal estuvo integrado por los magistrados Angel Longarte, Bernardo Ruiz y Carlos Pucheta. El acusado vestía zapatillas negras, un pantalón de corderoy gris y una camiseta de Boca Juniors.
Los alegatos
En los alegatos, el primer turno le correspondió al representante de la familia de la víctima, Carlos Correa, quien pidió 20 años de prisión para el acusado. “Esa noche, a las 3.30, él ingresó a la vivienda. Tenía las llaves. Ella estaba atemorizada. El exhibió el arma y le prometió cambiar. Rosa no quería continuar. El le advirtió: "No grites, no llorés, porque acá tengo un arma y se termina todo'. La relación era sadomasoquista. El incrementaba su nivel de violencia, le apuntó con el arma en la cabeza, la sometió tres veces y le introdujo el caño del arma calibre 22 en sus partes íntimas. Cuando Irma, la madre de Rosa, salió a hacer compras él aprovechó y le dijo "perdoná mi amor' y le dio tres tiros en la cabeza, y luego se disparó él, pero no tiene arrepentimiento. Declaró que: "Fui celoso, lo soy y lo seré' y "ella me amó, me ama y me amará”. El fiscal Eduardo Elías Félix solicitó 12 años de prisión. “Este fue un amor malentendido. La señora Rosa sufrió una tentativa de homicidio por el objeto utilizado, por la forma y es calificado por alevosía por la intención de atrapar al sujeto mientras dormía. Se recomienda tratamiento psicológico y psiquiátrico para que en el futuro vuelva fortalecido a la sociedad, con habilidades”.
A su turno, la defensora oficial de Pérez, Irma Jovanovich de Salim, consideró que no existía ninguna prueba que lo condenara y pidió su absolución. “Descarto que haya habido privación ilegítima de la libertad como planteó la querella, tampoco ensañamiento como dijo el fiscal. Esta defensa entiende que no hubo abuso sexual. Ella no se encontraba en estado de indefensión. Esto debió investigarse como tentativa de homicidio simple”, puntualizó la letrada en su alocución.
Impertérrito y luego desafiante
Al ser consultado por el presidente del Tribunal, Angel Longarte, sobre si deseaba expresar algunas palabras antes de conocer el fallo, Pérez respondió: “No señor”. Y, al conocer el veredicto, se lo observó impertérrito. Pero posteriormente, cuando era retirado del recinto, esposado, por personal penitenciario, miró desafiante hacia un solo lugar: el de la víctima. Los padres de Pérez, domiciliados en la provincia de Buenos Aires y quienes asistieron a las últimas tres audiencias del juicio, manifestaron su enojo por la sentencia y aseguraron: “La prensa condenó de antemano a nuestro hijo”.
Por otra parte, parientes de Rosa Ponce expresaron su disconformidad luego del veredicto. “No es posible que no exista un laboratorio de criminalística con tecnología y personal adecuado para efectuar pericias y que no se hallan tomado las huellas dactilares del arma. Descartaron la privación de libertad y el abuso porque mi hermana no pudo gritar ni hablar, pero ¿cómo iba a hacerlo si estaba en shock? Ella fue operada de un aneurisma a los 15 años y está medicada de por vida. Por qué no tuvieron en cuenta que Walter le disparó a solo un centímetro de donde ella tuvo la operación. ¿Quién nos ayudará a pagar los gastos médicos? Además, él puede salir en 6 años por buena conducta. Es una injusticia”, se lamentó una de las hermanas de Rosa Ponce.