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6 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Un año complicado para príncipe Guillermo, en el camino para ser rey

Los problemas crecen para el príncipe de Gales. A la nula relación con su hermano Harry, evidenciada esta semana con su visita express, y la maltrecha salud de su padre y esposa se suman nuevos inconvenientes.
Sabado, 10 de febrero de 2024 13:20

El príncipe Guillermo está teniendo su propia versión del ya célebre annus horribilis que se adjudicó su abuela Isabel II ante una multitud. Cuando parecía que el hijo mayor de Carlos III comenzaba su nueva y esperada etapa como heredero al trono de la mejor de las maneras, un sinfín de importantes problemas – la preocupación por la salud de su padre y su esposa Kate en primer lugar– parecen estar complicándole la existencia.

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El príncipe Guillermo está teniendo su propia versión del ya célebre annus horribilis que se adjudicó su abuela Isabel II ante una multitud. Cuando parecía que el hijo mayor de Carlos III comenzaba su nueva y esperada etapa como heredero al trono de la mejor de las maneras, un sinfín de importantes problemas – la preocupación por la salud de su padre y su esposa Kate en primer lugar– parecen estar complicándole la existencia.

Fue la desaparecida Isabel II cuando, en 1992 y con motivo del 40 aniversario de su coronación, entonó ese famoso annus horribilis que sorprendió por su sinceridad y gravedad. Lo hizo en su discurso en la sede del consistorio de Londres, ante decenas de asistentes, en un acto no se sabe si de fortaleza o debilidad. Pero confirmando que su vida como monarca y madre se le estaba complicando más de la cuenta.

En el caso de Isabel II su principales problemas eras los divorcios de sus hijos, las infidelidades del entonces heredero Carlos con Camilla Parker-Bowles, la publicación de Diana, su verdadera historia (biografía autorizada escrita por Andrew Morton) y, también, el horrible incendio que asoló a una importante parte de su querido castillo de Windsor.

El príncipe Guillermo y su vida como heredero: una trabajo complicado

En lo que se refiere al príncipe de Gales, los problemas que le están complicando el ejercicio de sus funciones como heredero tienen más que ver con temas muy sensibles como el preocupante estado de salud de su padre, diagnosticado de cáncer, y de su esposa Kate, convaleciente aún de una misteriosa «cirugía abdominal». Además, la reciente visita que su hermano Harry hizo al padre de ambos, el rey Carlos, tras anunciarse que éste padecía cáncer, ha dejado aún más claro algo que no beneficia al heredero.

El príncipe Harry, que junto a su esposa Meghan Markle dejó de ser miembro en activo de la Familia Real en 2020 –perdieron también los títulos de alteza real–, no tiene el menor inconveniente en ir a Londres y no reunirse ni un minuto con su propio hermano. Un desplante público, aunque la visita de Harry fue privada, que confirma la posición de los duques de Sussex: no quieren saber nada ni de Guillermo ni de la convaleciente Kate Middleton.

Por mucho que se especulara con la posibilidad de que el duque de Sussex, que viajó solo a Inglaterra dejando en Los Ángeles a Meghan y a los pequeños Archie y Lilibet, se reuniera con su hermano mayor y, aún mejor, visitara a su cuñada convaleciente, la realidad es que o no pudo o, directamente, no quiso. Ese encuentro no se produjo y la brecha entre ambos, y sus respectivas familias, cada vez es más profunda.

Guillermo y Harry: dos formas diferentes de reaparecer en público

La nula relación entre los hermanos reales ha quedado aún más evidenciada en las primeras apariciones públicas de ambos esta semana. Por un lado, el príncipe Guillermo se volvió a poner el esmoquin –haciendo de tripas corazón, suponemos–, para acudir a la cena de gala organizada por la London Air Ambulance en Londres. Allí estaba también el actor Tom Cruise, con quien Guillermo siempre ha mantenido buena amistad. Y ya hay quien se ha tomado la presencia del célebre actor americano como una señal: la vida de Guillermo como heredero, ¿una Misión Imposible?

El príncipe de Gales intentó en todo momento mostrarse sonriente, pero su rostro le delataba. Está visiblemente más delgado, y la preocupación y el cansancio de las últimas semanas hacen mella en su rictus. Algo en su mirada dice que la tranquilidad sigue siendo una misión imposible, y que los problemas lo son todo ahora. Parecía que su hermano podría haber aprovechado su viaje a Londres para limar asperezas con él, pero la realidad ha sido muy distinta.

En cuanto a Harry, y a pesar del jet lag provocado por su viaje express desde Los Ángeles a Londres, su reaparición pública en Las Vegas, y en el evento deportivo NFL Honors ha dejado sin palabras a todo el mundo. Si la reaparición del duque de Sussex hubiera sido de tipo solidario se habría entendido mejor, pero su presencia en un evento que premia a jugadores de fútbol americano ha tenido más que ver con esa actitud triunfal de una estrella de Hollywood –una performance que tanto él como su esposa Meghan dominan a la perfección–, que con la de un royal afectado por los serios problemas de salud de su familia.

 

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