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La era del chip en el cerebro. . . ha comenzado sin duda

Viernes, 02 de febrero de 2024 01:00

"El primer ser humano recibió un implante ayer y se está recuperando bien; los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales", explicó Elon Musk, propietario de Neuralink, empresa que hace años viene trabajando en el desarrollo de minúsculos artefactos que, conectados al cerebro humano, "permiten controlar tu teléfono o computadora, y a través de ellos casi cualquier dispositivo, con solo pensar".

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"El primer ser humano recibió un implante ayer y se está recuperando bien; los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales", explicó Elon Musk, propietario de Neuralink, empresa que hace años viene trabajando en el desarrollo de minúsculos artefactos que, conectados al cerebro humano, "permiten controlar tu teléfono o computadora, y a través de ellos casi cualquier dispositivo, con solo pensar".

Algo que, aunque muy anhelado, sonaba a fantasía, acaba de concretarse.

Por eso, el 28 de enero de 2024, seguramente, habrá de quedar en la historia de la humanidad como un hito clave, fundante y enigmático. En esa fecha ocurrió algo que había sido anunciado por diferentes autores de ciencia ficción tanto como ciertos investigadores académicos. Nos referimos a la colocación de un chip -de ínfimo tamaño- en una región del cerebro de un humano para que ambos interactúen con información y contenidos.

Afirmamos que se trata de un hito clave, puesto que separa una época de otra. A la vez fundante ya que abre un universo de nuevas perspectivas. ¿Hasta qué punto este hecho no es más importante que el desarrollo de la inteligencia artificial, tema que tanta controvertida prensa viene teniendo? Y, a la vez, se trata de algo enigmático ya que hasta que los implantes no sean más frecuentes -cosa que no tardará en suceder- y pase el tiempo, desconoceremos en verdad de qué manera actúan y cuáles son sus reales conveniencias y que inconvenientes muestran.

Es interesante señalar que esta novedad ocurre a tan sólo nueve meses de que la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos diera su aprobación para que la empresa comenzara a hacer estudios en humanos. Para mayor precisión, apunta el vicepresidente del Consejo Europeo del Cerebro y director del Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CNIC-CSIC), Juan Lerma, explica: "En realidad, lo que ha implantado no es un chip exactamente, sino un `array` de electrodos, comunicados a un sistema inalámbrico, que son capaces de emitir las señales de las neuronas que están registrando".

Hay que tener en cuenta que la mayoría de los desarrollos que distintas empresas e instituciones estuvieron haciendo en implantes cerebrales fueron para utilizar desde el cerebro hacia el exterior; donde -por lo usual- se trataba de una computadora que procesa los datos que va recibiendo. Pero este nuevo emprendimiento de Neuralink va mucho más allá: es la búsqueda de una interconectividad entre la computadora y el cerebro. De manera tal que, por ejemplo, la persona piensa en un tema y, automáticamente, surge la búsqueda no sólo en la computadora sino que puede adentrarse a todo Internet. Lo que ahora hacemos con nuestras manos tecleando, es posible que pronto se haga pensándolo.

Además, corresponde señalar que esta la relación cerebro/computadora no requiere cableado alguno. Es inalámbrica. Esto despierta la imaginación a ideas tales como que la persona podrá ir caminando tranquilamente por un solitario parque y, en tanto su mente busca información, a distancia se conecta con toda la base de datos del ciberespacio.

La operatividad del implante ahora probado incluye la de "entender" la actividad cerebral a efectos de transmitir órdenes que ayuden a restaurar algunas funciones cerebrales gravemente dañadas, por ejemplo, tras haber sucedido un infarto o en una esclerosis lateral amiotrófica, que generan graves daños en la capacidad comunicativa.

Hay otros dos tipos de implantes en los que se trabaja: uno para restaurar la visión "incluso en aquellos que nunca la tuvieron" y otro para restablecer las funciones corporales básicas en personas con parálisis por daños en la médula espinal.

Ha explicado la directora del Laboratorio de Circuitos Neuronales del Instituto Cajal del CSIC, Liset Menéndez de la Prida: "En el caso concreto de este implante que ha utilizado Neuralink, se trata de un dispositivo que permite leer la actividad neuronal gracias a un gran número de canales de registro -a través de 1.024 electrodos-, lo que constituye un dispositivo muy pequeño y prácticamente no invasivo -para que se tenga en bien en claro lo diminuto, téngase en cuenta que es del tamaño de un pelo- y que gracias a una tecnología inalámbrica permite transmitir la señal en tiempo real".

Estos hechos concretos, así como los desarrollos científicos y tecnológicos que están sucediéndose, día a día, nos llevan a pensar que en un futuro no tan lejano será normal incorporar estos chips -o como se los quiera denominar- en el cerebro para extraer información, introducirla, intercambiar datos y dar órdenes. Con todos los beneficios y peligros que esto puede significar. Amplificar al máximo la mente y, con ello, el pensamiento racional, reflexivo y creativo; pero –también- la posibilidad de que, sin buscarlo voluntariamente, ingresen datos provenientes del exterior que confundan o modifiquen las decisiones de vida de cada persona.

(*) Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, magister en Psicoanálisis. "Atrévete a vivir en plenitud", es su más reciente libro. www.antoniolasheras.com.