Habrá decisiones importantes en River. Desde hoy, cuando el grueso del plantel vuelva al trabajo, el cuerpo técnico empezará a diagramar el futuro, a corto y mediano plazo. El escenario más inmediato que necesita pintar Demichelis junto a sus colaboradores y a la dirección de fútbol del club tiene que ver con una reducción necesaria para un plantel que ya era muy largo hace una semana pero que ahora, con una sola competencia por delante hasta el brindis de fin de año, quedó muy fuera de escala: con 36 futbolistas (sin contar al "Pity" Martínez, que se sumará pronto), de un momento a otro se acelerarán las salidas de varios jugadores que no tendrán demasiado lugar.
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Habrá decisiones importantes en River. Desde hoy, cuando el grueso del plantel vuelva al trabajo, el cuerpo técnico empezará a diagramar el futuro, a corto y mediano plazo. El escenario más inmediato que necesita pintar Demichelis junto a sus colaboradores y a la dirección de fútbol del club tiene que ver con una reducción necesaria para un plantel que ya era muy largo hace una semana pero que ahora, con una sola competencia por delante hasta el brindis de fin de año, quedó muy fuera de escala: con 36 futbolistas (sin contar al "Pity" Martínez, que se sumará pronto), de un momento a otro se acelerarán las salidas de varios jugadores que no tendrán demasiado lugar.
Pasado ese dibujo más urgente que deben hacer el cuerpo técnico en concordancia con Francescoli, Ponzio y la Comisión directiva, el segundo plano de análisis hacia adelante es el de 2024. El año que viene presenta para River un signo de preguntas muy grande a varios niveles pero, en términos de grupo, sobre todo a uno: en la siguiente edición de la Libertadores, se proyecta un equipo con varios caciques menos.
Por ejemplo, Enzo Pérez. A los 37 años, el capitán pudo haber jugado contra Inter su último partido de Libertadores con contrato hasta diciembre y la propuesta de renovación sobre la mesa desde hace meses, desde el círculo del mendocino se animan a pronosticar que no será fácil que el 24 ponga la firma. Y en River lo saben: fue elocuente, en ese sentido, la contratación diferida de un volante central como el ítalo-uruguayo Nicolás Fonseca para que se incorpore recién en enero.