Llegó el Día de San Valentín y Jujuy no escapó a la fecha. Es que el sentimiento que mueve al mundo inspiró a muchos y los lanzó a la vorágine consumista casi ineludible para demostrar los sentimientos por la persona amada, que en las calles de la ciudad se reflejó en las ventas callejeras y en las filas de las regalerías.
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Llegó el Día de San Valentín y Jujuy no escapó a la fecha. Es que el sentimiento que mueve al mundo inspiró a muchos y los lanzó a la vorágine consumista casi ineludible para demostrar los sentimientos por la persona amada, que en las calles de la ciudad se reflejó en las ventas callejeras y en las filas de las regalerías.
Aunque la fecha tiene poco que ver con la cultura local, heredada, influenciada o importada, sumó a los jujeños como parte de las efectivas campañas publicitarias que no dejaron producto sin relacionar con la fecha, desde golosinas hasta marcas de ropa. Todo sea por el amor o por motorizar la economía con una venta fuerte, más allá de la historia del sacerdote de ese nombre que perdiera la vida por casar parejas en tiempos en que el emperador de Roma lo prohibiera, en el siglo III.
Pero más allá de la estrategia, la fecha tentó a muchos, sobre todo a quienes tienen pareja, a no olvidar el "detalle" que les asegure una demostración genuina de sus sentimientos, intenciones todas válidas, porque no suelen detenerse en el análisis más que el de la espontaneidad.
Bueno para los comercios, oportunidad para vendedores ambulantes, la fecha vistió las calles de coloridos presentas a la venta. La peatonal Belgrano se colmó de gente, muchos alrededor de vendedoras de bijouterie, otras de modernas carteras de tela, de globos, flores y otros artículos.
A ello se sumó una conocida chocolatería que se colmó de gente, al punto de que la fila para ingresar ocupaba gran parte del ya reducido espacio de la peatonal.
Ejemplo de ello fue el breve testimonio de César, quien cargaba una bolsa de considerable tamaño que dejaba ver el moño del obsequio que acababa de adquirir. Comentó que pensaba celebrar la fecha con su novia Dani. Recordó que llevan un año y tres meses, y confesó con cierto entusiasmo que le compró un peluche, chocolates y una tarjeta
Luis, un vendedor de rosas rojas que aprovechó la fecha para trabajar, aseguró que la venta fue equilibrada, y es que compraron flores tanto hombres como mujeres. Los comercios tuvieron lo suyo, aunque no todos dedicaron sus vidrieras a la fecha, sino que estaban apuntando a la temporada de venta escolar ante el próximo inicio del ciclo lectivo.
Las plazas también se poblaron de parejitas, y es ahí donde se apuntaba llegar por la tarde en una campaña más realista que romántica, tendiente a prevenir la violencia en el noviazgo dirigida especialmente a los adolescentes debido a la cruda realidad a la que las jujeñas no escapan.
Se vislumbraba desde temprano las salidas de parejas, muchas de las cuáles ya habían reservado mesa en algunas confiterías.
Hubo parejas de la mano, de todas las edades el espacio virtual también se colmó de manifestaciones al respecto, y aunque lejos de la tradición yanqui de entregarse tarjetas, las expresiones de amor se multiplicaron en las redes sociales.
Facebook fue uno de ellos, y no era extraño teniendo en cuenta que es uno de los más populares entre los argentinos, sobre todo como lugar de encuentro. Las felicitaciones se sucedieron con fotos que se publicaron en una compulsión que parecía demostrar también una suerte de exhibición de orgullo de la relación.
Pero no faltaron las manifestaciones de quienes no tienen pareja, que incluían posturas desde lo humorístico, a las edulcoradas frases con destinatario tácito, o las que rayaban en el despecho por el amor perdido o no correspondido. Una fiesta para cualquier psicólogo.