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9 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El MAAM, un museo único, para el asombro

Tiene una singular y eficiente tecnología de crioconservación diseñada por salteños.  
Sabado, 23 de marzo de 2024 18:47

El Museo de Arqueológía de Alta Montaña de Salta (MAAM) fue inaugurado el 19 de noviembre del 2004, con el objetivo primario de albergar y exhibir los restos arqueológicos del volcán Llullaillaco. Su primer director, diseñador y realizador de los conceptos que se mantienen en las muestras del patrimonio, fue el bonaerense Gabriel Miremont, máster en museología y doctor en historia de la Universidad del Salvador, quién dirigió el MAAM hasta 2008.  

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El Museo de Arqueológía de Alta Montaña de Salta (MAAM) fue inaugurado el 19 de noviembre del 2004, con el objetivo primario de albergar y exhibir los restos arqueológicos del volcán Llullaillaco. Su primer director, diseñador y realizador de los conceptos que se mantienen en las muestras del patrimonio, fue el bonaerense Gabriel Miremont, máster en museología y doctor en historia de la Universidad del Salvador, quién dirigió el MAAM hasta 2008.  

En una primera etapa los visitantes del museo solo pudieron contemplar cinco de las más de 140 piezas del ajuar de los Niños del LLullaillaco, mientras la empresa tecnológica argentina INVAP construía las cámaras diseñadas por especialistas locales, para exponer los cuerpos, uno a la vez, con una singular y eficiente tecnología de crioconservación.  

Dadas las diferentes metodologías que requiere la conservación del invaluable patrimonio cultural, se hizo indispensable contar con dos laboratorios al momento de concebir el museo: en uno se conservan los niños y en el otro, componentes del fantástico ajuar. 

En el MAAM no sólo se exhibe una magnífica colección, sino que también se creó un ámbito donde es posible acercarse al mundo andino a través de la arqueología de alta montaña y, desde allí, comprender el universo Inca y sus costumbres. Los variados objetos que componen el ajuar de los Niños del Llullaillaco, se destacan por su excepcional estado de conservación natural.

La crioconservación

Los cuerpos de los niños se conservan mediante un complejo sistema de crioconservación que es único en el mundo por sus características tecnológicas. Su diseño y construcción demandó varios años de esfuerzos económicos, científicos y técnicos en los que debieron sortearse diversas complicaciones, ya que las cámaras especiales exigían recrear las condiciones de temperatura, presión atmosférica y nivel de oxígeno de la cumbre del volcán Llullaillaco, ademas de la ausencia de bacterias y la no incidencia de la luz solar, para evitar el deterioro de este patrimonio.

Entre los problemas que debieron resolverse en la etapa de construcción de las cámaras especiales estuvo el del acrílico a utilizar, ya que el material empleado debía soportar una considerable presión, permitir una buena visibilidad y filtrar la radiación UV. Frente a esos requerimientos, se optó por metacrilato de 12 milímetros. Se  había determinado científicamente que no era posible construir las cámaras en una sola pieza, sino en partes, lo que extendió los tiempos de desarrollo, pruebas y ensayos.

Finalmente, en septiembre de 2007 se realizó la presentación de "La Doncella", el primero de los tres cuerpos en ser exhibido con resguardos tecnológicos que marcaron un hito.

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