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Guinea Ecuatorial: del virreinato al regreso de España

Miércoles, 10 de abril de 2024 02:32

La opinión pública internacional posa por un momento su mirada sobre la olvidada Guinea Ecuatorial, el único país africano de habla hispana. La Justicia española dictó orden de captura contra varios altos funcionarios de Guinea Ecuatorial, acusados del secuestro y posterior asesinato de dirigentes opositores exiliados en España. Los imputados, entre los que figura uno de los hijos del presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, no podrán salir del país sin ser apresados por Interpol y no faltan en Madrid quienes plantean la necesidad de ir a capturarlos en su propio territorio.

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La opinión pública internacional posa por un momento su mirada sobre la olvidada Guinea Ecuatorial, el único país africano de habla hispana. La Justicia española dictó orden de captura contra varios altos funcionarios de Guinea Ecuatorial, acusados del secuestro y posterior asesinato de dirigentes opositores exiliados en España. Los imputados, entre los que figura uno de los hijos del presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, no podrán salir del país sin ser apresados por Interpol y no faltan en Madrid quienes plantean la necesidad de ir a capturarlos en su propio territorio.

Obiang, de 81 años, es el dictador más longevo del planeta. En 2024 cumplirá 45 años al frente de este antiguo enclave español en el continente africano que entre 1778 y 1810 llegó a integrar el Virreinato del Río de la Plata. El mandatario asumió el poder en 1979, cuando encabezó un golpe de estado que depuso a su tío, Francisco Macías, primer presidente tras la independencia, lograda en 1968, quien fue juzgado y fusilado luego de su derrocamiento. Obiang fue reelecto seis veces consecutivas. En la última elección, celebrada en 2022, que fue calificada de fraudulenta por sus competidores, obtuvo el 94% de los votos.

El descubrimiento de petróleo en la década del 90 promovió un "boom" económico que convirtió a Guinea Ecuatorial en el país con mayor ingreso por habitante del África negra. Esa prosperidad económica estuvo acompañada por la concentración de la riqueza en la familia gobernante y sus allegados por lo que no implicó una reducción significativa de los elevados índices de pobreza, pero sí posibilitó la realización de obras de infraestructura que mejoraron las condiciones de vida de la población.

En 2016 Obiang, afectado por problemas de salud, delegó tareas administrativas en su hijo Teodoro Nguema Obiang Mangue, popularmente conocido como "Teodorín", quien fue designado vicepresidente. El primogénito presidencial ya era conocido en Occidente por su vida lujosa y había afrontado varias acusaciones judiciales por lavado de dinero en Francia, Suiza y Estado Unidos. "Teodorín" no está solo. Autorizado por las normas islámicas, Obiang tiene cuatro esposas y sus numerosos hijos ocupan cargos en la estructura gubernamental.

Tras ocho años de régimen militar, en 1987 Obiang creó el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), nacido como partido único, aunque en 1991 impulsó una apertura que permitió la aparición de partidos opositores. El PDGE proclamó a Obiang "Hermano Militante". Ese "culto a la personalidad" se manifestó asimismo en la formación de diversas organizaciones paraestatales, entre ellas "Amigos de Obiang" y "Jóvenes de Obiang".

Formalmente, el PDGE compite con la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), adherido a la Internacional Socialista, y una multitud de formaciones menores que el régimen tolera y hasta auspicia para mejorar su imagen internacional. El oficialismo controla la totalidad de las bancas del Parlamento. Recientemente el gobierno disolvió Ciudadanos por la Innovación (CI), una fuerza que cuestionaba la legitimidad del sistema imperante. Su líder y ex candidato presidencial, Gabriel Nsé Obiang (sin vinculación con el clan gubernamental), fue condenado a 29 años de prisión.

La nómina oficial, cuya frondosidad llama la atención en un país con una población de apenas 1.600.000 habitantes, reconoce la existencia de otros doce partidos: Unión Popular (UP), Acción Popular de Guinea Ecuatorial (APGE), Convergencia Liberal Democrática (CLD), Convergencia Social Democrática y Popular (CSPD), Alianza Demócrata Progresista (ADP), Partido Socialista de Guinea Ecuatorial (PSGE), Unión Democrática Social (UDS), Unión Democrática Nacional (Udena), Partido Social Demócrata (PSD), Unión de Centro Derecha (UCD), Congreso Nacional de Guinea Ecuatorial (CNGE), Partido Nacional Democrático (PND) y Unión Nacional por la Democracia de Guinea Ecuatorial (Undge).

Más allá de esa férrea concentración del poder en el clan familiar, la constitución vigente establece una estructura administrativa altamente descentralizada. El país está dividido en ocho provincias, 31 municipios, 65 distritos urbanos y 756 "Consejos de Poblado", a nivel de aldeas. Esa estructura permite conciliar las formalidades constitucionales con las antiguas estructuras tribales.

¿Otra vez España?

Obiang, un pragmático por naturaleza, buscó siempre mantener un cuidadoso equilibrio en las relaciones internacionales. Desde el descubrimiento del petróleo, Estados Unidos es el mayor inversor extranjero pero la cooperación binacional se vio disminuida por las observaciones del Senado norteamericano sobre la violación de los derechos humanos y esas desavenencias llevaron al gobierno guineano a fortalecer sus vínculos amistosos con Rusia y China.

En su diálogo con Moscú, Obiang enfatizó siempre la importancia de coordinar acciones conjuntas contra el terrorismo islámico en el continente africano, una cuestión que en principio no merecería objeciones por parte de Washington que mira empero con recelo que esa cooperación en materia de seguridad abra camino a una presencia militar rusa en territorio guineano.

En cambio, la relación con China es motivo de preocupación para Estados Unidos. El Pentágono sospecha que la intención de Beijing es instalar una base naval en Guinea Ecuatorial, lo que otorgaría a la Armada china una vía de entrada en el océano Atlántico. Si bien Obiang desmintió la existencia de negociaciones en ese sentido, la adhesión guineana a la Iniciativa de la Franja y de la Ruta permite a China la construcción de un puerto sobre el Atlántico.

Pero el punto más crítico de la inserción internacional de Guinea Ecuatorial no reside hoy en su vinculación con Estado Unidos, Rusia o China sino en su relación con España, transformada en asiento de una numerosa comunidad de exiliados políticos. El hecho de que el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) comparta con la opositora Convergencia para la Democracia Social la membrecía en la Internacional Socialista hace que algunos de sus voceros insinúen la posibilidad de promover una intervención internacional para restablecer la vigencia de los derechos humanos.

Los defensores de esa alternativa intervencionista reivindican los lazos históricos entre ambos países. Guinea fue colonia portuguesa desde 1471, cuando el navegante lusitano Fernando Poo, quien buscaba una ruta hacia la India, tropezó con una isla cercana a la costa que después llevó el nombre de su descubridor y la zona se convirtió en un enclave para el tráfico de esclavos. Tres siglos más tarde, en 1777, el Tratado de San Ildefonso, que acordó los límites entre España y Portugal en varios puntos de conflicto, entre ellos el Río de la Plata, traspasó la soberanía del lugar a la Corona hispana.

Por disposición del rey Carlos III Guinea pasó entonces a depender del flamante Virreinato del Río de la Plata. El virrey Pedro de Cevallos envió un contingente para hacerse cargo del territorio. Los acontecimientos de 1810 dejaron en el olvido a esa lejana posesión virreinal, que la Argentina nunca reivindicó como propia. Una vez más convertida en "tierra de nadie", y luego de una breve ocupación británica, Guinea volvió a manos españolas desde 1843 hasta su independencia en 1968.

Sin embargo, tanto el líder independentista Macías como el propio Obiang mantuvieron una cordial relación con el régimen de Francisco Franco, una amistad que no se interrumpió bajo el "postfranquismo". Con el beneplácito del Partido Popular (PP), el PDGE fue admitido como "miembro observador" de la Internacional de Centro, denominación de la antigua internacional democristiana. De allí que la "cuestión guineana" haya pasado a engrosar la agenda política hispana y el PSOE acuse al PP de complicidad con Obiang. La política española, acicateada por la orden judicial que convierte en prófugos a varios de sus altos funcionarios, pone otra vez a Guinea bajo la lupa y la rescata de su ancestral olvido.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

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