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Dos mujeres disputan la presidencia de México

Martes, 27 de febrero de 2024 01:40

Por primera vez en la historia de México, un país con una tradición cultural fuertemente "machista", una mujer será elegida para desempeñar la presidencia de la República. La incógnita es si ese título recaerá sobre la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, o la postulante de la oposición, Xóchtil Gálvez. Esa duda implica otra novedad: también será la primera vez que en un país latinoamericano dos mujeres diriman la puja presidencial.

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Por primera vez en la historia de México, un país con una tradición cultural fuertemente "machista", una mujer será elegida para desempeñar la presidencia de la República. La incógnita es si ese título recaerá sobre la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, o la postulante de la oposición, Xóchtil Gálvez. Esa duda implica otra novedad: también será la primera vez que en un país latinoamericano dos mujeres diriman la puja presidencial.

Pero esta presencia femenina no es la única particularidad de la elección que tendrá lugar el próximo domingo 2 de junio. Esta contienda también parece abrir la posibilidad de modificar una regla no escrita de la historia moderna de México, inaugurada con el reinado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la década del 30 y signada por un régimen híper-presidencialista condicionado por un límite infranqueable: si bien todos los mandatarios del PRI fueron siempre un factor decisivo para la elección de sus sucesores, a través el famoso "dedazo", ningún ex presidente conservó protagonismo político después de dejar el poder.

En esta oportunidad, todo indica que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se propone erigirse en el "poder detrás del trono" de una eventual presidencia de Sheinbaum. Para López Obrador se trata de garantizar el avance de la "Cuarta Transformación", un slogan que lo inscribe en la historia como la continuidad de la epopeya de la guerra de la independencia, de la etapa de la Reforma liderada por Benito Juárez entre 1858 y 1861 y de la revolución mexicana de 1912

Los elevadísimos índices de popularidad de AMLO, quien en su sexto año de gobierno cuenta con una aprobación superior al 60%, constituyen el principal soporte de la candidata oficialista. Esa inocultable paternidad política incentiva las sospechas opositoras sobre las intenciones de AMLO y un posible fraude electoral que originaron la "Marcha de la Democracia", una gigantesca movilización en la Plaza del Zócalo en la que decenas de miles de manifestantes rechazaron el proyecto gubernamental de limitar las atribuciones y reducir la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), una institución creada sobre el final de la hegemonía del PRI que fiscalizó las elecciones del 2000 que llevaron a la presidencia al candidato del PAN, Vicente Fox.

Pero si faltara algún elemento adicional para ratificar el carácter absolutamente inédito de la elección que se avecina cabe precisar que la coalición opositora "Fuerza y Corazón", que postula a Gálvez, está integrada por el PRI y por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que fueron las dos fuerzas que monopolizaron el escenario político azteca entre 1935 y el 2000, y por el Partido Revolucionario Democrático (PRD), nacido en 1988 precisamente como una escisión "de izquierda" del PRI.

En contraposición la alianza oficialista "Sigamos Haciendo Historia", que apoya a Sheinbaum, está encabezada por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), una escisión del PRD registrada en 2011 y liderada por López Obrador y por otras dos agrupaciones menores: el izquierdista Partido del Trabajo y el Verde Ecologista. En otros términos, más allá de las candidaturas, la elección se dirime entre la fuerza de López Obrador y la totalidad del antiguo sistema político mexicano.

Sheinbaum, cofundadora de MORENA, fue la primera mujer alcaldesa de la ciudad de México. Su carrera estuvo siempre a la sombra de López Obrador.

Gálvez, senadora por el PAN, es una ingeniera y empresaria que durante la presidencia de Fox fue Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, una gestión que le imprimió un perfil diferente a la imagen conservadora de su partido. Su acción legislativa la posicionó como una enconada contrincante de López Obrador. Esas dos condiciones hicieron posible su transformación en la "candidata de unidad" de la coalición opositora.

Las encuestas favorecen abrumadoramente a Sheinbaum. Una medición de la consultora Bruman y Asociados le otorga el 54% de los votos contra el 27% de Gálvez. Pero lo más notable es un dato cualitativo: en el análisis de imagen de los partidos políticos, que suele consolidar la intención de voto, MORENA tiene un índice de aprobación del 77%, el PAN una imagen positiva del 36%, el PRI del 25% y el PRD del 24%.

¿Esperando a Trump?

Más allá de las controversias sobre el narcotráfico y la inmigración ilegal a través de la frontera común de 3.169 kilómetros que signan las relaciones entre México y Estados Unidos, y hasta en parte a raíz de ellas mismas, la interdependencia entre ambos supera a cualquier otra interacción que las dos naciones puedan tener con un tercer país. Doce millones de mexicanos viven en territorio estadounidense y 26 millones de ciudadanos estadounidenses son hijos o nietos de mexicanos. La comunidad mexicana en Estados Unidos envía anualmente a sus familiares más de 30.000 millones de dólares, una cifra que representa una contribución más que significativa a la economía azteca. A la inversa, en México residen 1.500.000 estadounidenses, lo que constituye la mayor cantidad de residentes de ese país en el exterior.

La economía azteca está estructuralmente integrada a Estados Unidos. Las exportaciones de México a su vecino del norte alcanzaron en 2023 a 473.000 millones de dólares, lo que significa el 87% de sus ventas externas, que rondan los 550.000 millones de dólares anuales. Desde 2019 esas exportaciones superaron a las ventas de China a Estados Unidos, que el año pasado fueron de 427.000 millones de dólares. En 2024 el comercio bilateral estará por encima del billón de dólares.

El "nuevo NAFTA", suscripto por Donald Trump y López Obrador en 2018, introdujo un cambio cualitativo en la asociación entre ambas economías. Estableció que las empresas automotrices transnacionales radicadas en México podían exportar preferencialmente al mercado estadounidense en la medida de que la remuneración de sus trabajadores adquiriera el nivel de sus vecinos del otro lado de la frontera. El acuerdo aumentó al 75% el contenido local de la producción de las plantas automotrices instaladas en México, un 13% más que lo pactado el NAFTA original de 1993.

Este tratado incentivó fuertemente las inversiones estadounidenses en México. En ese nuevo escenario los sectores empresarios de los dos países asumieron una creciente participación en el fortalecimiento del vínculo bilateral. Larry Fink, el titular de BlackRock, el fondo de inversión más importante del mundo, fue el actor privado más relevante en esa tarea. A tal fin, Fink logró anudar una óptima relación con López Obrador, quien también reveló una notable destreza y aptitud negociadora.

Esta intensificación de la convergencia económica profundizó una tendencia ya insinuada desde la década del 90 pero que adquirió nuevas características en los últimos años: el vigoroso crecimiento económico de las "ciudades transfronterizas", con una parte de su superficie en territorio estadounidense y otra en jurisdicción mexicana, apenas separadas por una calle. Las ocho más importantes de esa categoría son Tijuana-San Diego, Mexicali-Calexico, Nogales-Nogales, Piedras Negras-Eagle Pass, Nuevo Laredo-Laredo, Reynosa-McAllen y Matamoros-Brownsville. El "spanglish" es cada vez más el idioma natural de toda esa región.

Este nivel de integración tiene un inequívoco correlato político. México y Estados Unidos eligen presidente este año. Así como en México las encuestas otorgan una amplia ventaja a Sheinbaum, en Estados Unidos los pronósticos favorecen a Donald Trump. Ambas partes trazan sus planes en función de esta perspectiva. Esta evaluación es otra carta de triunfo en poder de López Obrador, quien no oculta su amistad con el candidato republicano.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

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