Epidemia de dengue con cientos de pacientes con los síntomas, otras personas que necesitaban ingresar a la consulta médica entre tantos trámites o urgencias que se realizan en los hospitales de cabecera de cualquier lugar de la provincia. Pero durante 4 horas la población de Tartagal se vio impedida de poder ingresar al Hospital Juan Domingo Perón por la decisión que adoptó Marcela Calermo, una dirigente de la comunidad La Mora, hija del ex cacique ya fallecido Indalecio Calermo, quien reclamaba por la reincorporación de una facilitadora, otra originaria de la misma comunidad que fue dejada sin trabajo días atrás en el mismo hospital.
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Epidemia de dengue con cientos de pacientes con los síntomas, otras personas que necesitaban ingresar a la consulta médica entre tantos trámites o urgencias que se realizan en los hospitales de cabecera de cualquier lugar de la provincia. Pero durante 4 horas la población de Tartagal se vio impedida de poder ingresar al Hospital Juan Domingo Perón por la decisión que adoptó Marcela Calermo, una dirigente de la comunidad La Mora, hija del ex cacique ya fallecido Indalecio Calermo, quien reclamaba por la reincorporación de una facilitadora, otra originaria de la misma comunidad que fue dejada sin trabajo días atrás en el mismo hospital.
Lo insólito de la situación no fue solo que la mujer impidiera el ingreso de la población que debía buscar la forma de poder ingresar al edificio fuera por algún otro servicio o por la guardia pediátrica, sino la decisión de la gerencia del propio hospital Tartagal de negarse a recibirla a la mujer para destrabar el conflicto que se había suscitado. "Ni el gerente, ni el subgerente, nadie quiere hablar con nosotros, ya nos hemos cansado de insistir" expresó Marcela Calermo en referencia a que el Dr. Enrique Urueña ni ningún otro integrante de la gerencia quiso recibirla lo que provocó la medida que por horas causó los más diversos inconvenientes a decenas de pacientes y sus familiares que no podían ingresar al hospital Perón por el acceso principal.
Pasadas las 10:30 de la mañana y después de varias horas, arribaron al lugar dos efectivos policiales que hablaron con la mujer que accedió a retirarse de la puerta donde se encontraba acompañada por una veintena de originarios. Por la falta de explicaciones de la gerencia tampoco se pudo conocer los motivos por los cuales la facilitadora que se desempeñaba en la sala de partos del hospital quedó sin trabajo.