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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La pesadilla UVA

Sabado, 15 de abril de 2023 01:42

Hay realidades que superan la fantasía, uno de esos son los conocidos créditos UVA, Unidad de Valor Adquisitivo, que promovió el Banco Central de la República Argentina, ajustando diariamente el saldo deudor. Estos créditos fueron destinados especialmente a personas en actividad, con relación de dependencia. Entre los beneficiarios, excombatientes de Malvinas.

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Hay realidades que superan la fantasía, uno de esos son los conocidos créditos UVA, Unidad de Valor Adquisitivo, que promovió el Banco Central de la República Argentina, ajustando diariamente el saldo deudor. Estos créditos fueron destinados especialmente a personas en actividad, con relación de dependencia. Entre los beneficiarios, excombatientes de Malvinas.

El destino de ese crédito era para la compra de una vivienda única de ocupación permanente; también para construcción, ampliación. Un modo de hacerlos propietarios y darle seguridad a su existencia.

Ante la falta de viviendas, este crédito aparecía como una herramienta de crecimiento y la gente adhirió al mismo con mucha esperanza y alegría.

En el año 2012 el gobierno lanzó el programa Procrear, que entre 2012 y 2015 otorgó 150.000 créditos. En 2016, un novedoso sistema de créditos, que se ajusta por Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), creado por el Banco Central de la República Argentina para fomentar el crédito hipotecario y no acelerar la inflación. La tasa queda fija a lo largo del préstamo y fijada en UVA. Mal remedio para la enfermedad. Esto que pretendía dar solución generó mucho descontento, porque los beneficiarios se convirtieron en damnificados.

Hay muchos reclamos y pedidos de reconsideración de estos créditos en todo el país. Un damnificado que solicitó un préstamo de $3.000.000, al cabo de cuatro años, con su cuota al día, tiene un saldo deudor de 19.000.000. En el Congreso de la Nación Argentina se debe trabajar por el salvataje de los hipotecados. El titular de este crédito inició un reclamo ante la Justicia, al igual que otros 200 damnificados fueguinos, pidiendo una medida cautelar.

Las demandas no son en contra de los bancos otorgantes de los préstamos (que en un 73% son bancos públicos) sino al sistema de indexación de los créditos UVA.

En noviembre de 2007 una familia de Salta compró una propiedad de $1.500.000, lo que requirió un anticipo de unos $400.000 más gastos, quedando como saldo a financiar por UVA $1.150.000, lo que se empezó a pagar en cuotas de $6.000 y en la actualidad la cuota es de $60.000, a pesar de estar al día con sus cuotas, el saldo deudor de $9.000.000.

Es menester que aparezca una solución para estos damnificados, por esta irracional escala de intereses, que los constituyen en víctimas de un crédito creado para enaltecer a las familias y que logró esclavizarlos, con saldos imposibles de afrontar. Esto ha roto la dignidad de la familia, ha llenado de incertidumbre su futuro, que baja como una dolorosa lección a sus hijos. La mayoría gente joven, con hijos de edad escolar, por soñar con la casa propia.

No se puede planificar la vida de las personas desde una oficina con una calculadora, como este crédito, se constituyó en un arma que rompe la alegría y el sosiego de una casa. Esos números sin corazón, sin memoria, fueron diseñados con la frialdad del usurero, que busca enriquecerse. Deben trabajar las fuerzas públicas para solucionar este drama económico que atenta contra la seguridad, salud, educación de los miles de argentinos que quedaron atrapados en sus garras. Que aparezca la medicina justa y solidaria para curar esta enfermedad social, que golpea la puerta de muchos hogares argentinos. Los hombres de ley deben aportar saberes para destrabar este conflicto injusto y cruel. Una luz para resolver este conflicto, que llenó de víctimas a lo largo y a lo ancho de la patria. Las razones deben triunfar sobre lo irracional. Se deben admitir los errores y rectificar el rumbo. Será justicia.

 

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