El fallo por el caso Báez Sosa abrió en Salta la esperanza a familiares de casos similares que truncaron las vidas de dos jóvenes; si bien uno logró sobrevivir, aunque con graves secuelas.
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El fallo por el caso Báez Sosa abrió en Salta la esperanza a familiares de casos similares que truncaron las vidas de dos jóvenes; si bien uno logró sobrevivir, aunque con graves secuelas.
Se trata de Kevin Maldonado, un joven de la localidad de El Jardín, quien encontró la muerte el año pasado luego una larga agonía como consecuencia de una feroz golpiza propinada por sujetos que hoy están a la espera del juicio.
Por otro lado, el caso de Martín Torres, un joven abogado de Rosario de Lerma que, tres días después de recibirse fue a festejar un triunfo de la Selección argentina y acabó salvajemente golpeado, luchando por su vida durante semanas. Martín sobrevivió, pero hoy vive un calvario.
Una muerte absurda
Emilse Maldonado es la hermana de Kevin, quien se encontró con una absurda y violenta muerte por violencia inexplicable, al igual que en el caso de Fernando Báez Sosa. En diálogo con El Tribuno, Emilse contó: "Seguimos el caso de Fernando, que tiene algunas similitudes (con el de su hermano Kevin) y esperamos que, a través de este antecedente, nosotros como familias tengamos alguna respuesta rápida como tuvo este caso en cuanto a lo que fue la condena".
"Nosotros también esperamos que estas personas tengan casi las mismas condenas. Peleamos para que el principal implicado, el que le asestó el golpe mortal, reciba cadena perpetua", manifestó.
Movilizada por un torbellino de sentimientos que afloraron con las instancias del juicio y la condena a los rugbiers, Emilse admitió a este diario que "hoy cuando vi la sentencia estallé de alegría, lloré porque sentí mucha emoción y pensé que ojalá nosotros tengamos la dicha de que las personas que mataron a mi hermano paguen y tengan la misma condena".
"Fue un momento lindo y a la vez muy feo porque se remueven sentimientos que una quiere dejar atrás", lamentó.
Emilse repasó las similitudes y diferencias de ambos casos y señaló que "fueron muy parecidos, más allá de que Fernando murió en el acto y mi hermano agonizó por mucho tiempo; fueron momentos muy feos que no se los deseo a nadie y por eso esperamos que, para que mi hermano descanse en paz, estas personas paguen lo que les corresponde".
"Necesitamos justicia", clamó Emilse y remarcó: "Pedimos que, aunque estamos en un pueblo chico, también nos escuchen y nos presten atención como prestaron en el caso de Fernando, porque hay muchas madres pidiendo justicia por sus hijos y hoy no la tienen. Y siguen luchando, al igual que nosotros, día a día por conseguirla".
Vivo de milagro
El caso de Martín Torres también fue muy parecido al de Fernando Báez Sosa y no terminó en muerte por casualidad, o milagro. Pero las consecuencias en el cuerpo y la mente de Martín y los suyos, es desesperante.
Entrevistado por El Tribuno, Héctor Torres, padre de Martín, dijo que "el caso de mi hijo tuvo similitud (con Báez Sosa) con la diferencia de que Martín hoy la puede contar".
Sin embargo, lamentó que "el daño que sufrió Martín es irreparable porque tiene fractura de cráneo".
"Cuando abrió los ojos dijo que siente que le falta la cuarta parte de su cuerpo", recordó para graficar la magnitud del daño en físico y mental del joven abogado, y detalló: "También hay un grave daño psicológico: hoy está atemorizado, desde el alta no sale de la casa, tal vez porque siente vergüenza, humillación y temor".
Todo esto "le cambió la vida a mi hijo y todavía nos quedan seis meses para una recuperación completa y ver si se puede aspirar a una prótesis", explicó e insistió: "Es tremendo lo que pasó, por suerte no perdió la vida pero los daños son gravísimos".
"Espero que a partir del caso de Báez Sosa haya un llamado a la reflexión de toda la sociedad y que todos nos involucremos para prestar más atención a la seguridad. No quiero cargar las tintas en el Estado, porque todos tienen que hacer su parte", dijo Héctor.
Finalmente, reconoció que esta situación "nos cambió la vida. No solo la de mi hijo; porque ver a un hijo en ese estado no lo imaginamos nunca. Cada vez que lo veo a mi hijo con una parte de la cabeza hundida pienso: '¿Con qué necesidad?'. Pienso en todo el esfuerzo y el sacrificio que hizo él cuando se fue a estudiar, durmiendo en un colchón en el piso en los primeros años, comer arroz con salchichas y llegar al título y que después, en cinco minutos, unas personas le arruinen la vida y le destrocen la carrera de esta manera… Podría haber muerto".
"Nosotros estamos destrozados, no tenemos ánimos para nada. Son meses estos que hay muchas actividades sociales y nosotros no tenemos ganas de hacer nada, solo de estar con nuestro hijo y acompañarlo en este momento tan difícil que no ha terminado. No estamos bien", manifestó.
Un caso que sienta jurisprudencia
El Dr. Aníbal Paz, quien lleva adelante la causa como querellante en el caso por la muerte de Kevin Maldonado, manifestó a El Tribuno que el fallo en el caso Báez Sosa "nos genera expectativa porque es un caso que, entiendo, ha marcado jurisprudencia debido a que se ha condenado a la gran cantidad de personas que han actuado en patota".
"Me pareció un caso de un fallo muy interesante y seguramente tendremos los fundamentos antes del juicio de Kevin, por lo que será importante para poder informarme sobre el fallo para aplicarlo en mi alegato como un precedente".
"Vamos a solicitar la pena que corresponda y vamos a ser objetivos al momento de solicitarla", manifestó el abogado de la familia de Kevin.