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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Hombres de Estado en el primer gabinete

José Benjamín Gorostiaga, Juan María Gutiérrez, Santiago Derqui, Mariano Fragueiro y Rudecindo Alvarado fueron los ministros del gabinete designados por el primer presidente constitucional.
Viernes, 29 de diciembre de 2023 21:59

El primer presidente constitucional de la Nación fue Justo José de Urquiza, quien luego de derrotar a Juan Manuel de Rosas se abocó a organizar el país y establecer sus instituciones.

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El primer presidente constitucional de la Nación fue Justo José de Urquiza, quien luego de derrotar a Juan Manuel de Rosas se abocó a organizar el país y establecer sus instituciones.

En esta primera experiencia los ministerios fueron cinco, a saber: Interior, Relaciones Exteriores, Justicia, Culto e Instrucción Pública, Hacienda y Guerra y Marina. A partir de 1854, y durante décadas, las carteras serían ocupadas por destacadas personalidades, con formación académica y compromiso político, quienes fueron piezas fundamentales en la organización nacional..

El santiagueño José Benjamín Gorostiaga, graduado de abogado en Córdoba, desde muy joven se dedicó a la vida política. Fue convencional constituyente por su provincia ante la Convención que sancionó la Constitución de 1853. Formó parte de la Comisión de Negocios Constitucionales, miembro Informante, e iniciador de los debates donde su palabra encendida respondía a las más severas exigencias de la lógica.

En el año 1853 fue designado junto al doctor Salvador María del Carril Ministro Plenipotenciario Especial para concluir los tratados de libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay, con Francia, Inglaterra y Estados Unidos. También se le comisionó para uniformar la moneda con las demás provincias.

Urquiza lo nombró ministro del Interior. Gorostiaga adhirió al mitrismo y fue convencional en 1860 para la reforma constitucional mediante la cual Buenos Aires se integró a la federación argentina y que posibilitó el triunfo electoral que llevó al líder porteño Bartolomé Mitre a la presidencia de la Nación. Concluida su función, abrió un estudio en Buenos Aires, bufete que adquirió gran prestigio. El presidente Sarmiento lo designó en el Ministerio de Hacienda (1868-1870) y posteriormente, en 1871, lo propuso como Ministro de la Corte Suprema de Justicia, a la que presidió entre 1877 y1887

El canciller

Juan María Gutiérrez fue el ministro de Relaciones Exteriores. El hogar de los Gutiérrez era ambiente propicio para el desarrollo de las facultades intelectuales. Estudió en el Colegio de San Carlos, ingeniería en la Universidad de Buenos Aires y, posteriormente obtiene el doctorado en jurisprudencia.

Este joven intelectual se integró al grupo denominado generación de 1837, una de las más notables de la historia argentina por la claridad y firmeza con que se trazó un programa de acción política, social y cultural. El movimiento romántico comienza en el Plata antes que en ninguna nación americana. Ante la situación desoladora de la Patria, motoriza la fundación de la Asociación de la Joven Generación Argentina, lo que le valió su exilio de doce años en Montevideo, Brasil y Chile. En ese período, estuvo en Europa donde se vinculó con Juan Bautista Alberdi. Tras la caída de Rosas, Vicente López lo designó ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires; fue diputado por Entre Ríos al Congreso Constituyente y continuó su carrera política como ministro de Relaciones Exteriores. En Paraná funda el periódico El Nacional Argentino, que publicó sin firma "La Constitución de Marzo, explicada sencillamente por preguntas y respuestas para la instrucción de la juventud". Su gran satisfacción sería la designación como rector de la Universidad de Buenos Aires en la presidencia de Mitre. Allí encontró por fin el ambiente propicio para su obra intelectual y docente.

Santiago Derqui

El ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de Urquiza fue Santiago Derqui, abogado, catedrático y legislador cordobés, presidió la Legislatura durante la gobernación de José Vicente Reinafé. Notable antirrosista, tras el asesinato de Facundo Quiroga en Barranca Yaco, se le hizo sospechoso de complicidad con los hermanos Reinafé por lo que fue enviado a Buenos Aires como prisionero. Más adelante, secundó al general José María Paz y se identificó con el pensamiento de Pedro Ferré, que centraba la cuestión federal en la navegación de los ríos y la cuestión de la Aduana de Buenos Aires. Después de Caseros cumplió una misión diplomática en Paraguay y fue convencional en la asamblea que sancionaría la Carta Magna de 1853.

Urquiza le asignó la cartera de Justicia y, luego, el Ministerio del Interior. Derqui desarrolló una actividad intensa y de corte fuertemente ilustrado promoviendo la creación de colegios, la apertura de la imprenta en la Universidad de Córdoba, reglamentando la enseñanza y la educación de los indígenas, nombrando una comisión encargada de la redacción unificada de los códigos jurídicos nacionales, instituyendo la primera Corte Suprema de Justicia de la Nación y proyectando la construcción de una línea ferroviaria hasta Santiago de Chile. Fue interventor en varias provincias y al finalizar el mandato de Urquiza, fue electo Presidente de la Nación.

Economía

La cartera de Hacienda en ese primer gabinete se asigna a Mariano Fragueiro, comerciante cordobés y, luego, miembro del directorio del Banco de Buenos Aires, fundado por Rivadavia. Fue representante del general Paz ante Buenos Aires y gobernador en Córdoba.

Cercano a la Generación del 37, Fragueiro fue el primer pensador argentino que tuvo en cuenta la diferencia entre la macro y la microeconomía, y defensor de la "verdadera libertad de imprenta".En Chile escribió su gran obra "Cuestiones Argentinas", sobre temas monetarios y de finanzas públicas. Sus iniciativas para la convivencia con los pueblos indígenas se plasmaron en el artículo 67, inciso 15 de la Constitución de 1853. Como ministro de Urquiza, fundó el Banco Nacional y elaboró el Estatuto para la Organización de la Hacienda Pública.

Posteriormente fue gobernador de su provincia. Y una revolución provinciana le ocasionó una breve prisión. Moralmente abatido, renunció a la gobernación. Intervino en la reforma de la Constitución Nacional de 1860, y luego fue elegido senador por Córdoba.

Un salteño brillante

En el Ministerio de Guerra y Marina fue designado el general Rudecindo Alvarado, salteño, hijo del comerciante español Juan Francisco de Alvarado y de Luisa Pastora Toledo y Pimentel. Se educa en sus primeras letras en su ciudad natal, posteriormente se traslada a Córdoba para estudiar derecho, carrera que debió abandonar ante la prematura muerte de su padre, para hacerse cargo del negocio familiar. Cuando se produjo la Revolución de Mayo, se unió al Ejército del Norte. Luego de la derrota de Huaqui, protegió la ciudad de Orán. Se unió a las fuerzas de Belgrano que iniciaron el Éxodo jujeño, combatiendo bajo su mando en Las Piedras, Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Al mando de José Rondeau participó en Puesto del Marqués, Venta y Media y Sipe Sipe.

Cuando José de San Martín inició la formación del Ejército de los Andes, Alvarado se trasladó a Mendoza donde fue ascendido a jefe del Batallón de Cazadores de los Andes. Luchó en Chacabuco, Curapaligüe, Gavilán, Concepción y Talcahuano. Actúa en Cancha Rayada y en la victoria definitiva de Maipú, el 5 de abril de 1818. Ascendido a coronel, San Martín lo comisionó en Mendoza. Siguiendo el proyecto del Libertador se unió a la campaña del Perú como jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo. Participó en las negociaciones con el virrey Pezuela y fue uno de los primeros en entrar a Lima. Se desempeñó como jefe de estado mayor del ejército peruano. En 1822, San Martín renunció al Protectorado del Perú y se retiró, pero antes de su partida designó a Alvarado Gran Mariscal de Perú y Jefe de todas las fuerzas argentinas. Luego fue designado gobernador de la guarnición de El Callao. Este cuerpo se sublevó y se pasó a los realistas. Fue trasladado a La Paz. Luego de la batalla de Ayacucho fue liberado.

Regresó a Buenos Aires y fue nombrado Inspector General de Armas. Se unió al ejército que llevaba la Campaña del Brasil. En 1829 fue nombrado gobernador de Mendoza. De regreso a Salta, el gobernador Juan Ignacio Gorriti lo envió a firmar la adhesión salteña a la Liga del Interior con el general Paz, quien le encargó entablar negociaciones con el gobernador santafesino Estanislao López. Fue gobernador de Salta entre el 2 de febrero y el 19 de noviembre de 1931. La invasión de Facundo Quiroga en el sudeste de la provincia provocó su renuncia en diciembre de ese año. Dos veces exiliado, regresó a Salta en 1848. El presidente Urquiza lo designó ministro de Guerra y Marina, un reconocimiento a su heroica participación en las guerras por la emancipación americana.

Estos hombres fueron los que colaboraron con Urquiza en la titánica tarea de organizar una Nación y sentar su institucionalidad. Esto se hizo con un equipo de notables.

A ciento sesenta y nueve años, 169 años, nos encontramos tratando de superar una devastadora gestión gubernamental que en el transcurso de este siglo ha sepultado a la República en la mayor crisis de su historia; en la necesidad de refundar el Estado y restituir las bases de una organización racional en base a austeridad, trabajo, mérito, justicia y respeto a nuestros valores ancestrales.

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