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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Que la taba salga "suerte"…

Viernes, 29 de diciembre de 2023 00:00

Estamos realmente ante un gran desafío. Habrá que ver si pueden lograrse los acuerdos políticos que serán más que necesarios para construir un Estado más eficiente, que se ocupe de las necesidades de la gente, pero paralelamente reduzca el déficit fiscal, la emisión monetaria y, consecuentemente, la inflación.

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Estamos realmente ante un gran desafío. Habrá que ver si pueden lograrse los acuerdos políticos que serán más que necesarios para construir un Estado más eficiente, que se ocupe de las necesidades de la gente, pero paralelamente reduzca el déficit fiscal, la emisión monetaria y, consecuentemente, la inflación.

Obviamente que para que haya menos inflación y déficit tiene que haber menos egresos. Y ahí entonces deberá existir el necesario consenso en la clase política para bajar los gastos de los gobiernos nacional, provincial y también municipal.

El gobierno tiene la presión social de encontrar rápidamente algunos números que permitan confiar en que el fuerte ajuste está justificado por un futuro más prometedor. Hemos tenido una devaluación más un aumento de impuestos. Eso va contra el bolsillo de la gente que recibe ingresos fijos en pesos. Es dramático pero muy real. Tal vez esos sean los dos mayores desafíos que tiene el presidente Milei ante sí, por un lado, cuidar a los sectores más golpeados por la devaluación y la inflación y, por el otro lado, lograr que la inflación de 2024 no sea un desastre como la que tuvimos en los últimos quince meses. Esto es solo el principio.

El reto es muy complejo y debemos afrontarlo ente todos.

Será necesario cuidar las formas sin dejar de ser responsables y desarticular la maraña burocrática y de regulaciones existentes que trababan todo tipo de acciones con un solo propósito: la recaudación oficial y la paralela.

El país ha efectuado un giro de 180 grados en relación con lo ocurrido en los últimos tiempos, consecuencia del miedo de Macri en dar continuidad a los cambios iniciados y obviamente al reciente "desastre" de la gestión de Alberto Fernández y, claro, de Sergio Massa que en tiempo récord detonó el país.

Tenemos también que liberarnos del miedo. Miedos que yo llamaría "lícitos" como que no nos alcance el sueldo o que podamos quedarnos sin trabajo, pero deberemos dominar nuestra ansiedad porque curiosamente hemos estado dieciséis años de kirchnerismo en absoluto silencio y ahora pretendemos tenerlo todo ya.

Al igual que los popes sindicales, que durmieron la siesta durante cuatro años en que se pulverizó el salario y ahora, somnolientos y rasgándose las vestiduras, están implementando un paro nacional a días de la asunción del nuevo gobierno.

Debemos autogenerarnos un shock de confianza y ser plenamente conscientes de que esto no se arregla de un día para otro. Paralelamente deberemos tener el coraje de asumir nuestra libertad.

Pero esa libertad no es gratis, deberemos también asumir sus costos, con sacrificios y resignaciones de cosas que nos regalaron porque nadie se hacía cargo de los costos y así llegamos adonde nos encontramos, al borde del abismo, la temida hiperinflación.

Y también deberemos festejar nuestra libertad, pero nos encontramos como el pájaro al que le abren la jaula y tiene temores porque desconocía que puede vivir en libertad.

Nuestra Constitución, inspirada por Juan Bautista Alberdi, es de neto corte liberal, aunque con la incorporación del artículo 14 bis con los derechos sociales. En ella toma sustento nuestra libertad.

Nada será fácil de ahora en más; apostemos por un país mejor que tal vez la taba salga "suerte" y esa sea nuestra carta de triunfo.

 

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