La fuga de varios detenidos dejó al descubierto la precariedad edilicia de las comisarías. No están diseñadas para albergar detenidos, el personal a cargo no tiene la idoneidad ni la formación para manejarse con personas privadas de la libertad, están sobrepobladas desde hace años, al punto que algunos detenidos tienen más de 2 años de alojados en esos lugares.
inicia sesión o regístrate.
La fuga de varios detenidos dejó al descubierto la precariedad edilicia de las comisarías. No están diseñadas para albergar detenidos, el personal a cargo no tiene la idoneidad ni la formación para manejarse con personas privadas de la libertad, están sobrepobladas desde hace años, al punto que algunos detenidos tienen más de 2 años de alojados en esos lugares.
El fin de semana, en coincidencia con las fiestas de Año Nuevo, las fugas estuvieron a la orden del día y se produjeron en las comisarías de Tartagal y Salvador Mazza, y si bien algunos de los fugados fueron recapturados, otros alcanzaron a cruzar la frontera, como en el caso de Salvador Mazza; pero, más allá de eso, la situación pone al descubierto la precariedad en la que funciona todo el sistema policial y penitenciario en el norte de la provincia de Salta.
Traslado de personal
La semana pasada, según a la información a la que accedió El Tribuno, se produjo la detención de un efectivo de la Policía de la Provincia que prestaba servicios en el destacamento de la localidad de Coronel Cornejo luego de que se descubriera que el hombre, con el grado de cabo, permitía el ingreso de teléfonos celulares para 4 personas que se encontraban alojadas en una celda de ese destacamento. Pero, además de celulares, la investigación determinó que el uniformado permitía el ingreso de todo tipo de elementos como sustancias prohibidas, "servicio" por el que les cobraba.
"Los cuatro detenidos estaban en esa situación porque son dealers y es sabido que esta gente maneja buen dinero", precisó un investigador del caso. Pero, más allá del delito de cohecho y falta a los deberes de funcionario público, la investigación había logrado determinar que el cabo ya había planificado la fuga de los cuatro sujetos. El uniformado no solo fue apartado de su cargo, sino que se encuentra detenido y además otros compañeros que prestaban servicios en el mismo destacamento fueron trasladados preventivamente hasta determinar si conocían el accionar del policía ahora detenido y si actuaban en complicidad.
Fugas recientes
En Salvador Mazza fueron tres los hombres que aprovechando la distracción de los pocos efectivos que prestaban servicio se fugaron de la Comisaría 40. Limaron los precarios barrotes de la celda y se fugaron por los techos del edificio. De los tres sujetos solo uno logró ser recapturado en las últimas horas del domingo. Las otras dos fugas se produjeron en la Comisaría 45 de Tartagal. Personal de varias dependencias se abocó a la búsqueda y ambos fueron recapturados. En ese caso los detenidos rompieron el candado de la celda.
Si bien el trabajo de la policía resultó eficiente, la situación da cuenta de un problema que se conoce hace años pero que en la práctica se sigue dando: que las comisarías no están diseñadas para albergar detenidos, pero la falta de espacio físico en dependencias del Servicio Penitenciario provincial hace que deban estar alojados en un número muy superior a la capacidad de cada una de las dependencias policiales.
AGENCIA TARTAGAL - Corresponsalía