La prevención de accidentes domésticos cobra una importancia clave durante los meses de verano, cuando los chicos pasan más tiempo en casa mientras no hay clases. También se realizan más actividades al aire libre y no hay tantas rutinas ni compromisos.
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La prevención de accidentes domésticos cobra una importancia clave durante los meses de verano, cuando los chicos pasan más tiempo en casa mientras no hay clases. También se realizan más actividades al aire libre y no hay tantas rutinas ni compromisos.
Desde el Hospital Público Materno Infantil, la pediatra María Cristina Sorrentino brindó consejos para cuidar a los niños en esta época en particular y el resto del año en general.
Explicó que en el verano hay que tener mucho cuidado con las piletas. Aclaró que la supervisión de un adulto es fundamental, incluso con aquellos niños que saben nadar, flotar y moverse dentro del agua. Los juegos que hacen los ponen en riesgo y el saber nadar hace que tomen más confianza y se expongan a situaciones peligrosas.
Sorrentino recomendó usar los flotadores recomendados por la Sociedad Argentina de Pediatría, que son unos chalequitos que se prenden adelante y tienen un cuello grueso que les mantiene la cabeza arriba. Además, se sujetan por abajo, para que no se salgan.
La médica pidió evitar elementos como bracitos, círculos y/o formas de animales inflables porque son peligrosos. Los palitos de "flota flota", también.
Las piletas que hay en las casas a la altura del suelo deben estar rodeadas por una valla de al menos un metro de alto, con barrotes a no más de 10 centímetros de distancia.
Comentó que no se recomienda utilizar cobertores, ni rígidos ni de lona.
Es peligroso que corran alrededor de esta porque se pueden caer y golpear.
Observó que en las reuniones grandes es más fácil que el adulto se distraiga y que es justo en estos momentos cuando suceden los accidentes. "Siempre tiene que haber alguien que mire al niño", indicó.
Comentó que un nivel de 20 centímetros de agua en un balde o fuentón es suficiente para que un nene se ahogue. Por eso es importante que todos los tachos queden dados vueltas y que no haya agua estancada en pozos u otros sitios.
El ahogamiento también puede darse en la bañera. Por eso dijo que "nunca hay que dejar solo al niño en el baño".
La experta pidió estar atentos a la exposición al sol, pues la piel de los niños es delicada.
Los menores de seis meses no deben exponerse.
A partir de los seis meses pueden usar una crema con factor de protección solar mayor a 50 en todas las partes del cuerpo a la vista, con la precaución de no estar al sol cuando este es más intenso, entre las 10 y las 16. Se debe renovar cada dos horas.
Señaló que la ropa con protección solar es "muy útil y efectiva".
Picaduras de alacrán
Sorrentino observó que en esta época es bastante frecuente ver alacranes en las casas. La médica contó que este insecto vive en las alcantarillas y sale al exterior a buscar comida. Explicó que hay dos tipos: uno es venenoso y el otro, no.
La profesional recomendó sacudir el calzado antes de ponérselo o de colocárselo a un niño. Se deben sacudir las sábanas antes de acostarlo y las toallas antes de usarlas. Cuidar que las sábanas no toquen el piso y que la cama no esté contra la pared.
"Si encuentran un alacrán y lo pueden atrapar, necesitamos que lo traigan vivo porque a partir de ellos se puede hacer un antídoto", señaló la médica.
Otro tema a prevenir son las picaduras de mosquitos. A partir de los tres meses, los bebés pueden usar repelentes y hay que fijarse cada cuánto se repone. No hay que colocarlo sobre las manos, porque se lo llevan a la boca y no ponérselo para irse a dormir. Para eso, se pueden usar otras medidas, como el tul sobre el coche o la cuna o el repelente de ambiente.
Caídas y otros
Las caídas representan uno de los accidentes domésticos más frecuentes.
La pediatra dijo que "el andador está completamente desaconsejado" y que "no se debería vender". Explicó que este objeto expone al niño a riesgos para los que no está preparado. Además le genera deformidad en el desarrollo de sus piernas y de los pies porque todavía no está listo para caminar.
Cuando hay escaleras en las casas estas tienen que tener barreras abajo y arriba, que se pueden hacer de diferentes formas. Hay que enseñarles a los chicos que en la escalera no se juega.
"Siempre hacemos hincapié en la supervisión del adulto", insistió. En la cocina se deben utilizar las hornallas que están cerca de la pared para freír o poner agua y no las que están al alcance del niño.
Si el adulto manipula una taza de té, mate o pava, no debe tener al chico en brazos porque puede manotearla. Tampoco hay que dejarlas al borde de la mesa porque va a querer tomarlas.