En la edición del pasado 13 de enero El Tribuno publicó una información que fuentes del propio hospital Juan Domingo Perón hicieron conocer a este medio y que se refería a la preocupación del personal por la presencia detectada de Acinetobacter, Klebsiella y Pseudomona blee, tres superbacterias, en el servicio de Terapia Intensiva.
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En la edición del pasado 13 de enero El Tribuno publicó una información que fuentes del propio hospital Juan Domingo Perón hicieron conocer a este medio y que se refería a la preocupación del personal por la presencia detectada de Acinetobacter, Klebsiella y Pseudomona blee, tres superbacterias, en el servicio de Terapia Intensiva.
Las mismas fuentes expresaron su temor por el hecho que se había dispuesto desde la gerencia del hospital ubicar en el mismo sector a los pacientes de PAMI y de COVID y el riesgo potencial que esto significaba para los propios enfermos, pero también para el personal.
En relación al hecho denunciado, el gerente sanitario del hospital Perón y especialista en infectología, Rodrigo Acevedo, pidió aclarar la situación que por lógica ha generado preocupación, no solo entre el personal, sino en toda la población que asiste al hospital cabecera del departamento San Martín.
Acevedo precisó: "En todas las terapias intensivas de todo el mundo existen bacterias, porque los que están en esos servicios son los pacientes más invadidos, intubados por ejemplo, quienes están medicados con antibióticos y en algunas oportunidades se generan bacterias resistentes a esos antibióticos. Al ser un hospital de tercera complejidad, en el Juan Domingo Perón tenemos 4 o 5 pacientes intubados que están en el mismo servicio de Terapia, otros con sondas y, obviamente, presentan inmunodepresión".
Acevedo precisó, además, que "no solo en las terapias hay bacterias, sino también en otros servicios donde hay muchas intervenciones, como pueden ser las salas de cirugía, pero dentro del hospital contamos con un comité de control de infecciones que realiza la vigilancia activa de este tipo de bacterias y que integramos el bacteriólogo, dos enfermeras y yo personalmente. Este equipo está encargado también de disponer las medidas de bioseguridad adecuadas. Para nosotros, el problema sería por ejemplo si un paciente intubado tiene una bacteria y detectamos que otro paciente de terapia tiene la misma. En ese caso ya tenemos que considerar que estamos frente a un brote, pero si uno solo tiene determinada bacteria, no podemos decir que sea lo normal, pero en todo caso es una situación esperable".
El infectólogo y epidemiólogo agregó: "Nosotros tomamos en cuenta una tasa de infecciones asociada al cuidado de salud que está dentro de los valores normales, pero si detectamos que dos o tres pacientes tienen la misma bacteria, tenemos que considerar que estamos ante un brote y eso representa un problema muy serio. La situación no se ha dado y si bien una de las bacterias mencionadas en el artículo periodístico la detectamos en el mes de noviembre y a las otras en el mes de diciembre, todas fueron detectadas en diferentes pacientes y nunca se trató de un brote", enfatizó el profesional.
Acevedo recordó que "hace tres años tuvimos un brote en el sector de Pediatría, por lo que acorde a los procedimientos y protocolos, cerramos la sala para hacer la desinfección necesaria y adoptar todas las medidas del caso en prevención de los niños. Pero eso se detectó precisamente porque tenemos esa vigilancia activa, tanto reducida como ampliada que les comenté anteriormente".
Pacientes que llegan
El infectólogo advirtió, por otra parte, cómo es el procedimiento para con los pacientes que llegan desde otros hospitales al Perón. "Además, a todo paciente que recibimos desde otro hospital lo aislamos y lo hisopamos para buscar bacterias resistentes y recién cuando dan negativos ingresan a sala. Esa medida la adoptamos porque recibimos pacientes que han sido sometidos a procedimientos quirúrgicos que vienen del hospital San Bernardo o del Materno infantil y si los ponemos con el resto nos pueden traer una bacteria mucho más resistente que los que tenemos en una flora habitual. Y eso sucede porque en cualquier otro hospital también hay bacterias, al igual que sucede en Tartagal", explicó.
"PAMI y Covid no están juntos"
En relación con la preocupación del personal por haberse dispuesto que en el mismo sector se ponga a los beneficiarios PAMI y enfermos de COVID, expresó: "Todos recordamos los protocolos estrictos que se adoptaron en la pandemia, al punto que la gente no podía ni velar a sus muertos. Ahora la situación ha cambiado porque se conoce mucho más sobre esta enfermedad y en el hospital lo que tenemos es una terapia intermedia y no sala COVID. Además del servicio de cuidados intensivos tenemos esta otra, para descongestionar la UTI, porque allí hay solo 8 camas a pesar de ser hospital de referencia. Esa terapia intermedia no comparte ni enfermera ni elementos de trabajo con el sector PAMI. Cada uno está en habitaciones separadas y con puertas cerradas. Actualmente no tenemos internados por COVID, pero lo principal son los cuidados como lavado de manos, aislamiento, capacitación al personal, porque el solo hecho de tocar a un paciente para ayudar a cambiarlo ya es un riesgo".
Acevedo explicó además que "un gran inconveniente que tenemos en Tartagal es que los familiares de los pacientes de terapia quieren a toda costa ingresar a verlos. Nos cuesta mucho hacerlos entender que en ese servicio las visitas son reducidas a un solo familiar y solo por una hora. La gente se enoja, se queja, nos amenaza y hasta se ponen muy violentos. Ante tanto enojo y tanta insistencia el personal lo deja ingresar, lo que es muy riesgoso para todos los pacientes que tenemos en terapia, en especial para el familiar al que van a visitar ya que se deben tomar todas las medidas de precaución porque están inmunodeprimidos y son un cristal desde el punto de vista de sus defensas, pero los familiares no lo entienden", precisó.
Por Agencia Tartagal