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La peregrinación más larga del Milagro pasó por Tilcara

Unos 50 peregrinos de Santa Victoria Oeste almorzaron ayer en la localidad jujeña. La solidaridad de la familia Aramayo y del sanguchero Jorge David volvió luego de dos años de pandemia.
Viernes, 09 de septiembre de 2022 09:23

La peregrinación más larga del Milagro pasó ayer por Tilcara. Los fieles de los Santos Patronos de Salta salieron el 1 de septiembre de Santa Victoria Oeste y luego de 8 días estuvieron en la ciudad jujeña. Para hoy estarán justo a mitad de camino de los 540 kilómetros de lo que es una de las peregrinaciones más largas del mundo católico.

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La peregrinación más larga del Milagro pasó ayer por Tilcara. Los fieles de los Santos Patronos de Salta salieron el 1 de septiembre de Santa Victoria Oeste y luego de 8 días estuvieron en la ciudad jujeña. Para hoy estarán justo a mitad de camino de los 540 kilómetros de lo que es una de las peregrinaciones más largas del mundo católico.

Unos 50 fieles del Milagro llegaron pasado el mediodía e hicieron un alto para un almuerzo que les dio una de las tantas familias solidarias que se encuentran en las rutas. Allí El Tribuno fue testigo de una las más hermosas historias que se van trazando en los caminos de la fe.

Allí, en el centro de la Quebrada de Humahuaca hay tres historias que se cruzan gracias al Milagro salteño. Una es la de los caminantes que cruzan con sus imágenes a cuestas por el paso de Casillas a más de 5 mil metros sobre el nivel del mar y que luego bajan a la Quebrada de Humahuaca para continuar por el Camino de la Cornisa e ingresar a Salta por Vaqueros. La otra es de Jorge David, el sanguchero más famoso de Salta que, sabiendo del sacrificio de los victoreños, hace más de 20 salió a la ruta para recibirlos con agua, bandejas de comida y un abrazo inmenso. La tercera es de la familia tilcareña Aramayo, que vive sobre la ruta, que vio ese fenómeno de fe de los salteños y que decidió también hace más de 20 años comenzar a brindar un almuerzo, en su casa, para los peregrinos. Es un encuentro de pequeños milagros, una cofradía de historias que se mueven por la fe, un prodigio de la capacidad humana sobre la inmensidad de la geografía.

El encuentro fue más efusivo porque se dio tras dos años de ausencias por las restricciones que impuso la pandemia.

 

 

 

David encontró a los peregrinos, antes del mediodía, entre Juella y Huacalera, a unos 20 kilómetros al norte de Tilcara. Allí repartió abrazos, sanguches y agua. El gastronómico lleva más de 23 años realizando esta obra solidaria y ya se lo nota cansado porque es un trabajo intenso preparar todas las bandejas de comida, salir temprano cada 8 de septiembre, caminar en la ruta y volver a Salta el mismo día porque al otro tiene que salir a recibir a los peregrinos del sur de la provincia que vienen desde Rosario de la Frontera, Metán y Anta. No se sabe nunca hasta cuándo seguirá, pero en su entorno ya dicen que este podría ser el último año que salga David a las rutas del Milagro.

Hasta ahora lo único que lo mueve son esas imágenes de sacrificio, de pies rotos, del cansancio que se soporta por la fe y de las personas que marchan convencidas de su amor por los Santos Patronos. "Muchos me preguntan cómo pueden colaborar y esto es hago que yo hago solo. Solo unas cuantas personas me ayudan. Por eso quiero agradecer a Ariana Sanguedolce, a Angelita y Nora Ramírez que brindaron su solidaridad. Pero lo mismo yo ando cansado porque ya estoy grande, lo único que me mueve es que nuestra Virgen y Señor del Milagro me siguen dando fuerzas para seguir", dijo David.

Jorge David abraza a los peregrinos de Santa Victoria Oeste, cerca de Juella.

"Contrato invisible"

Con mucho tiempo de anticipación Sila Vera y Presentación Aramayo preparan todo en el patio de su casa para recibir a 50 personas. Junto a su hija Patricia y Hugo Calisaya (el "histrión de Tilcara") prepararon un picante de panza, con una fortalecida sopa de arroz y naranjas para hidratar de postre. "Hace unos 22 años ya. Yo no recuerdo bien, pero vimos con mi amiga Elsa Moya a los peregrinos muy cansados pidiendo el baño de la YPF (de Tilcara) y les preguntamos de dónde venía y hacia dónde iba. Nos conmovieron. Elsa les brindó un espacio de su casa, un taller mecánico, para calentar agua y preparar mate cocido y en ese momento firmamos un contrato invisible. Al otro año preparamos comida y luego no paramos más, salvo estos dos años de pandemia que nos sentimos vacíos sin los peregrinos. En los almuerzos que brindamos un año apareció Jorge David. Él se sumó automáticamente a este pequeño milagro de compañerismo y solidaridad", dijo Sila, la dueña de casa.

Sila y Presentación reciben a los peregrinos de Santa Victoria Oeste.

Los peregrinos llegan cantando y saltando a su casa, agradeciendo ese "contrato invisible". Sila y Presentación los reciben con sahumerios y con palabras que conmueven. Están todos invitados, sólo hay que recordar la fecha (8 de septiembre). El ritual de común unión se repite ya por más de dos décadas.

Sila brinda el discurso de bienvenida.

En el descanso del peregrino, en la casa de los Aramayo, las historias se van tramando como ponchos que cuidan al caminante.

Historias de fe

Patricio Pérez vino desde San Justo, partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires. Salió con la gente de Santa Victoria Oeste en lo que será su tercera peregrinación del Milagro. El hombre de 50 años dice: "estoy convencido de que Dios me acompaña en este camino maravilloso del peregrinaje del Milagro. Este caminar es un encuentro con uno mismo, es un viaje espiritual, un examen de conciencia y un sacrificio para realizar mis intenciones", dijo Patricio extenuado esperando su plato de picante de panza con mote. 

Contó que desde muy chico realizó las peregrinaciones a la Virgen de Luján, a la del Rosario de San Nicolás, la de Itatí, entre otras. Pero confiesa que la peregrinación  del Milagro de Santa Victoria Oeste "es la que más alimenta la fe".

Patricio Pérez.

Noemí Maidana tiene tan sólo 17 años, pero peregrina desde los 10 años junto a su mamá Damasia Arias. "Son muchas las intenciones las que pido por eso peregrino. También es una alegría marchan con esta que es mi gente, pero lo más emocionante es cuando estamos llegando a Salta y a la Catedral. Yo creo que es el único motor que tenemos para poder caminar tanto, atravesar los caminos que pasamos y seguir tantos días es la fe que tenemos", dijo la joven. Más atrás viene su hermanita Hermelinda que ya comenzó a peregrinar con tan solo 9 años. Es muy evidente que son mujeres de la fe salteña.

´Damasia y Noemí.

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