Una de las obras más urgentes y necesarias en la zona se vincula al mantenimiento de los "anillos" de contención que se construyeron para afrontar las crecidas del río Pilcomayo.
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Una de las obras más urgentes y necesarias en la zona se vincula al mantenimiento de los "anillos" de contención que se construyeron para afrontar las crecidas del río Pilcomayo.
La diferencia de política con respecto a la mitigación de las crecidas en temporadas de lluvia, entre Argentina y Bolivia, se puede evidenciar en el pueblo de Hito 1, en donde el anillo atraviesa la frontera en el resguardo de los asentamientos urbanos ubicados sobre la margen del río trinacional.
Los anillos fueron construidos en 2019 y tuvieron resultados positivos, ya que impidieron inundaciones a pesar de las crecidas que se registraron ese año. Desde que fueron diseñados por Recursos Hídricos soportaron el embate de las crecidas de varios años y preservaron el lugar en donde habitan aproximadamente 22 comunidades ribereñas.
Luego, la Secretaría de Recursos Hídricos se ocupó de los mantenimientos, pero en la zona comentan que este año hasta no se hizo ese trabajo; al menos en La Puntana.
El antecedente más próximo ocurrió a fines de enero de este año, cuando el Pilcomayo rompió el anillo a la altura de Monte Carmelo y dejó aisladas a unas 20 familias.
"Así como necesitamos el enripiado del camino también pedimos que realicen el mantenimiento de los anillos antes de que llegue la crecida del río. Actualmente está todo agrietado y en muy malas condiciones. Si los anillos ceden, ponemos en peligro a muchas familias en toda la zona de La Puntana", dijo el cacique Pablo Solís.
En ese territorio entre Hito 1 y La Puntana, el Pilcomayo ingresa al territorio argentino porque, según los conocedores del Chaco, el "río tiene memoria y siempre pecha para los viejos cauces por donde pasaba", que en este caso están del lado salteño. El Pilcomayo tiene muy poco terraplén y sus aguas ingresan de lleno por un terreno llano que no tiene defensa natural.