La inflación no da tregua al precio de los alimentos. Los restaurantes y confiterías del centro salteño han encarecido su menús del día unos 500 pesos, en poco tiempo. A principio de junio, antes de la escalada del dólar blue, un menú costaba entre 600 y 900 pesos, pero ahora cuesta 1.100 y 1.400, según la materia prima con la que se elaboren. Y el dato más alarmante es que cada vez la gente paga más con tarjeta.
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La inflación no da tregua al precio de los alimentos. Los restaurantes y confiterías del centro salteño han encarecido su menús del día unos 500 pesos, en poco tiempo. A principio de junio, antes de la escalada del dólar blue, un menú costaba entre 600 y 900 pesos, pero ahora cuesta 1.100 y 1.400, según la materia prima con la que se elaboren. Y el dato más alarmante es que cada vez la gente paga más con tarjeta.
Desde un conocido local de pizzas y comida rápida ubicado en la peatonal Alberdi, una encargada contó que a principio de junio un menú que incluye plato principal, postre y un vaso de limonada salía 600 pesos, pero ahora sale mil pesos.
El precio de la pizza, la especialidad de la casa, se fue por las nubes. "Antes una pizza costaba 600 pesos, pero ahora sale 1.100, la de cuatro porciones. Subió un 30 o 40 por ciento y es lo que más vendemos", dijo.
Contó que hacen variedades de platos, pese a que la carne es muy cara. Con frecuencia elaboran vacío al horno, pollo con papas doradas y pastas. Todo depende del clima del día.
Las bebidas también subieron. Una reconocida marca cola anunció que el próximo lunes hay un incremento. "Antes la gaseosa subía dos o cinco pesos como mucho pero ahora aplican aumentos de 10 o 15 pesos", señalan.
En el local, las ventas se mantienen. "La gente igual viene cuando tiene un break en el trabajo, se sienta y gasta. La mayoría paga con tarjeta", finalizó la trabajadora.
En un restaurante ubicado en inmediaciones de la galería El Palacio, un menú cuesta 1.500 pesos. Hace dos meses costaba 900. Incluye entrada, plato principal, postre, bebida, pan y salsa de apio. Estos dos últimos no se cobran extra. Tampoco cobran por la vajilla utilizada.
En el lugar se elaboran pastas caseras, lomos elaborados, pollos salseados, empanadas, pizzas, sándwiches y pescados.
"Nuestros clientes son más de cafetería. El café también subió bastante. Antes de la crisis del dólar estaba a 180 y ahora está a 230", comentó la encargada del lugar y añadió que los comensales abonan en efectivo, generalmente a principio de mes, pero a fin de mes optan por pagar con tarjeta.
Desde otra confitería situada en cercanías a la plaza 9 de Julio, sobre calle Mitre, un asesor contó que en junio el menú costaba 950 pesos pero hoy sale 1.300. Incluye entrada, plato principal, postre y una gaseosa.
La entrada consiste generalmente en sopa, mientras que el plato fuerte puede variar entre ñoquis, lasagna, guiso, locro. De postre se ofrece ensalada de frutas, flan, budín o panqueque con dulce de leche.
Indicó que es difícil llegar a cubrir los costos porque los precios varían mucho. "Lo que más impacta son los precios de la carne y los fiambres porque hay carnicerías que aplican dos subas al mes, pero otras mantienen los valores entonces es difícil la situación", señalaron.
Y agregó que "hay que ser cuidadosos porque si subís el precio del menú repercute en las ventas. Nosotros tenemos un equipo que evalúa las subas. No lo hacemos a ojo. Tenemos controlados los costos para evaluar si aumentar o no".
La parrillada
La parrillada para tres personas aumentó considerablemente: de 3.100 pesos se fue a 3.900 en la actualidad.
Los locales consultados coincidieron en que para las temporadas turísticas, los sitios explotan de concurrencia, pero en temporada baja se complica el panorama. Generalmente los clientes abonan el 40 por ciento en efectivo y el 60 por ciento con tarjeta. "De los turistas que vienen, la mitad paga con tarjetas", indicaron desde el restaurante.
En una cafetería-restó ubicada en inmediaciones de un museo céntrico hay menús de 1.200 y 1.300 pesos. Antes de la crisis del dólar costaban 700 y 800 pesos. "Tuvimos que subir por los costos. La carne está cada vez más cara", explicó el propietario del lugar.
Se venden matambres, pollo grillado y comida regional. Antes una docena de empanadas estaba a 600 pesos. Ahora está a 1.300. Las gaseosas también están más caras. Hace un par de meses, una botella de 500 ml. costaba 70 pesos y ahora sale 150 pesos.
Las ventas son variables. "Ahora se me llenaron las mesas de golpe por un contingente que llego a la Catedral. A veces hay dos o tres mesas ocupadas, pero a veces no hay nadie", explicó. Un 70 por ciento de los comensales abonan con tarjeta y el 30 restante con efectivo.
Los encargados y propietarios de los locales relevados expresaron que necesitan estabilidad económica urgente. "No se puede proyectar. Todos los días es una lucha constante para cubrir sueldos, servicios, impuestos", dijeron.