En tiempos de violencia en el fútbol, de dramatización y exitismo constante, de presiones agobiantes y de una “espuma” pasional que muchas veces actúa de manera negativa contra los protagonistas del deporte más lindo del mundo, un pequeño niño, aquel que irrumpió en un campo de juego de un estadio de Primera División para asombrar a espectadores de todo el mundo, nos dejó a todos un oportuno, conscientizador y noble mensaje, regalándonos, paradójicamente en su día, el Día de la Niñez del último domingo, una enseñanza.
inicia sesión o regístrate.
En tiempos de violencia en el fútbol, de dramatización y exitismo constante, de presiones agobiantes y de una “espuma” pasional que muchas veces actúa de manera negativa contra los protagonistas del deporte más lindo del mundo, un pequeño niño, aquel que irrumpió en un campo de juego de un estadio de Primera División para asombrar a espectadores de todo el mundo, nos dejó a todos un oportuno, conscientizador y noble mensaje, regalándonos, paradójicamente en su día, el Día de la Niñez del último domingo, una enseñanza.
El niño protagonizó la imagen emotiva del fin de semana al ingresar a la cancha tras la derrota de Defensa y Justicia con Boca y consolar a Ezequiel Unsain, mientras que horas más tardes contó qué fue lo que le dijo al arquero del conjunto de Florencio Varela.
El video del abrazo del pequeño hincha a Unsain luego de la caída agónica del halcón ante el xeneize se hizo viral a pocos minutos de finalizar el partido.
En las imágenes se ve que el niño entró al campo de juego y, al ver que el arquero se encontraba de rodillas lamentándose por el resultado, se acercó y lo abrazó para consolarlo.
“Amigos de Twitter, nos ayudan a encontrar a este nene que nos emocionó a todos con este abrazo que le dio a Ezequiel Unsain”, publicó la cuenta oficial de Defensa y Justicia en la red social para dar con su paradero.
Horas más tarde, el protagonista de la historia dominical, llamado Tiziano Carrizo, habló con D Sports Radio y relató: “Le dije que no llore, que en el fútbol se gana y se pierde”.
Su padre, en tanto, agregó, orgulloso: “Desde el minuto cero Tiziano me decía que se iba a meter a la cancha y yo no le creía. Su ídolo es Unsain y quiso cumplir su sueño”.
“Le dije que quería ser como él cuando sea grande y él me explicó que debo esforzarme mucho en la escuela, para subir siempre y nunca retroceder”, cerró el pequeño Tiziano.