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16 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Vino de Córdoba para sacar a su hija de una supuesta red de trata

Denuncia que a pesar de las pruebas, la Justicia entregó a la joven al supuesto captor. Tiene 20 años, su novio la droga y al parecer la obliga a prostituirse.
Domingo, 17 de abril de 2022 02:01

Faviola Alonzo viajó desde la ciudad de Córdoba para rescatar a su hija de las garras de una supuesta red de trata de personas, que desde hace al menos dos meses, coptó en un boliche de Apolinario Saravia (en el departamento de Anta) a su hija Antonella, de 20 años.

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Faviola Alonzo viajó desde la ciudad de Córdoba para rescatar a su hija de las garras de una supuesta red de trata de personas, que desde hace al menos dos meses, coptó en un boliche de Apolinario Saravia (en el departamento de Anta) a su hija Antonella, de 20 años.

La mujer denunció que la chica permanece en poder de un tal Vladimir A., un joven adicto a las drogas, quien desde hace un tiempo mantiene a la joven drogada -según las palabras de la mamá- y al parecer la ofrece a sus amigos y personas mayores que frecuentan un negocio, cercano a las vías del ferrocarril de ese pueblo anteño.

En diálogo con El Tribuno relató que su hija vino a pasar el Año Nuevo a Apolinario Saravia, a casa de un familiar, allí conoció a un tal Vladimir y él la sumergió en pocos días en las drogas, denunció.

La mujer señaló que su hija ya no quiso volver a Córdoba y que por esa razón intentó comunicarse con el supuesto novio, quien en teleconferencia se presentó como un hombre normal y trabajador.

Sin embargo, su hija después comenzó a pedir ayuda a su madre, siempre a horas de la madrugada y en esas llamadas le contó el calvario que vivía, relatándole siempre -casi dopada- lo que le hacían hacer y los vejámenes a los que era sometida.

Allí le relató -según Alonzo- que su novio luego de hacerla beber droga les mostraba sus partes íntimas a sus amigos y que uno de éstos -recuerda la joven- la abusó sexualmente.

Con todas esas confesiones la mujer dijo que le envió al menos dos veces los pasajes para que volviera a Córdoba, asegurando que en una de esas conversaciones su hija le pidió que le consiga, incluso, un psicólogo.

Dijo que hace unas semanas logró que la joven regresara a Córdoba, pero que a las pocas horas o días dijo que debía volver porque "Vladimir se iba a quitar la vida si no lo hacía".

"Nadie me quiere escuchar, mi hija está manipulada por este sujeto, su padre y otras personas más de Apolinario Saravia, sin contar con la valiosa colaboración de una oficial de la policía, familiar de Vladimir, quien se encargó de camuflar todo el caso", dijo.

Y agregó: "Mi hija volvió a Salta y de nuevo comenzaron las llamadas a la madrugada contándome las inconfesables cosas que padecía. No aguanté más y decidí venir con mi esposo directamente a Apolinario Saravia".

Contó que al llegar fueron a buscarla y no la hallaron y que tampoco les recibieron la queja penal. Dijo que tuvo que llevar capturas de pantalla y audios para que la escucharan y tomaran una denuncia en contra de ese sujeto y su padre.

"Busqué apoyo en la Policía Federal para recuperar a mi hija, pero alguien delató los movimientos y al llegar el allanamiento ella no estaba en ese domicilio, sino que la enviaron a casa de un familiar en la localidad de General Pizarro", se lamentó la mujer.

Sola

Por otro lado, dijo que "busqué apoyo en la Fiscalía provincial y me dijeron que la fiscal no estaba y así fue pasando el tiempo hasta que finalmente hice que buscaran a mi hija y la llevaran hasta la fiscalía para que cuente lo que nos había relatado a mí y a otros amigos".

La mamá relató también que su hija le dijo una noche que estaba preocupada por una plantación de marihuana que se hallaba cerca de una aguadita y que un primo de Vladimir había cosechado sin consentimiento de este. 
 

Y siguió el relato: "Allí la confronté delante de la fiscal, ella no quería mirarme y al recordarle todo lo que me había contado le dije "hice 1.000 kilómetros porque te violaron'. Solo balbuceó temblando y diciendo "me lo merezco'. Esto no lo asentaron en su declaración".

En ese momento -recordó-que los sacaron de allí y le tomaron declaración a solas.

"Luego nos dijeron que la iban a mandar a Metán o a Joaquín V. González para protegerla. La policía de civil que la acompañó a declarar es hermana del acusado. Supuestamente debía conducirla a esas sedes judiciales, pero la llevó unas cuadras y se la entregó a Vladimir en persona, cuando éste la esperaba en una moto. Nunca fue asistida", dijo con profunda tristeza.

Luego prosiguió: "Cansada me dirigí a un comedor o bar cerca de las vías y encontré a mi hija rodeada de hombres y su captor. Allí tuve un altercado con un tal Figueroa, que me amenazó de todas las formas posibles".

La mujer afirmó que sin encontrar respuestas provinciales ni federales fue a buscarla a casa de los hombres que la tienen retenida y salió uno de ellos armado con un palo y nos corrió, como si fuera Antonella su propiedad.

"Tengo audios y captura de pantalla del horror que está viviendo Antonella", concluyó.

 

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