A principios de los 2000, Rodrigo era el cantante más popular de la movida tropical. Por esa época compartió una producción de fotos para la revista Gente con Graciela Alfano. Beto Casella reveló que, luego de la sesión, la actriz y el cantante tuvieron un momento de romance y él fue testigo.
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A principios de los 2000, Rodrigo era el cantante más popular de la movida tropical. Por esa época compartió una producción de fotos para la revista Gente con Graciela Alfano. Beto Casella reveló que, luego de la sesión, la actriz y el cantante tuvieron un momento de romance y él fue testigo.
En “Socios del Espectáculo”, Beto Casella contó que, en su época de editor en la revista se le ocurrió hacer una tapa con Graciela y Rodrigo. “Yo caí ahí con mi grabadorcito, joda, champagne, Rodrigo en calzoncillo, Grace en topless, bombacha. Medio que habíamos hecho tres horas de fotos, la entrevista”, relató el periodista. A partir de eso, la situación empezó a levantar temperatura.
El conductor de “Bendita” reveló que empezó un juego entre ellos y de los masajes, pasaron a algo mucho más íntimo. “Cuando empiezo a ver que las manos ya estaban en lugares genitales, dije: Chau. me voy. Me acuerdo que yo tiré algo como ‘esto pasó a mayores’ y ni me respondieron”, siguió contando. Graciela Alfano estaba en el estudio y no paraba de reír, sin desmentir la situación.
“Me tuve que ir porque ellos estaban a cinco metros haciendo una cosa muy linda, plástica y cuidada”, finalizó la anécdota Beto Casella. Graciela Alfano nunca se negó a que lo contara, ella siempre contó orgullosa que tuvo un affaire con Rodrigo Bueno. En alguna otra oportunidad el periodista ya había contado esta historia, pero esta vez lo hizo con lujos de detalle.
Alfano reveló que salió con el ídolo cuartetero durante tres meses. Fue un romance breve del que había muchos rumores pero pocas confirmaciones. En ese entonces él tenía aproximadamente 27 años y ella 47.
Carlos Monti recordó que Rodrigo estaba casado en ese momento, pero Graciela respondió que no recordaba si ya estaba separado. Entonces, Alfano se defendió tanto a ella como a las mujeres que tildan de “roba maridos”: “Ninguna mujer que va con un hombre tiene por qué hacerse cargo de lo que el hombre le prometió a otra mujer”. Uno de los encuentros sexuales que tuvieron fue en un cuarto de la casa de Jorge Ibáñez, que los encubría para evitar que la prensa los descubriera. Si bien nunca dieron un paso más en el vínculo, se consideraban muy buenos amigos con derecho a roce.