Con una muestra coreográfica de primer nivel, la academia de danzas San Antonio cerró el ciclo de actividades 2022, en Tartagal. El espectáculo artístico tuvo este año una finalidad solidaria: colaborar con los comedores y merenderos de la localidad norteña.
En la oportunidad se presentó la obra Romeo y Julieta. La propuesta superó todas las expectativas. El lleno fue total en la sala del Centro Cultural. Lamentablemente, muchísima gente no pudo ingresar por falta de espacio debido a la enorme convocatoria.
inicia sesión o regístrate.
Con una muestra coreográfica de primer nivel, la academia de danzas San Antonio cerró el ciclo de actividades 2022, en Tartagal. El espectáculo artístico tuvo este año una finalidad solidaria: colaborar con los comedores y merenderos de la localidad norteña.
En la oportunidad se presentó la obra Romeo y Julieta. La propuesta superó todas las expectativas. El lleno fue total en la sala del Centro Cultural. Lamentablemente, muchísima gente no pudo ingresar por falta de espacio debido a la enorme convocatoria.
A la clásica tragedia de William Shakespeare, le siguieron una serie de números basados en diferentes danzas que los alumnos aprendieron durante el año, entre ellas, españolas, árabes, ritmos latinos y tango. Como no podía ser de otra manera, el folclore ocupó un lugar relevante y no faltaron los gatos, escondidos, chacareras, zambas y malambos, ejecutados con gran destreza por grandes y chicos. Fueron 150 bailarines de todas las edades los que estuvieron en escena.
Un dato relevante: no se cobró entrada, sólo se solicitó al público la colaboración de alimentos no perecederos, para ser destinados a entidades sociales.
Las actividades fueron coordinadas por la directora de la academia, Andrea Gasparotto, junto a las profesoras Sol Novillo, Zoe Ruiz, Stefanía Ortiz, Guillermo Sosa, Yenifer Bautista, Ivana Basualdo, Delma Subelza y Paola Durán.
El cuerpo de danzas de la academia, es a la vez el ballet estable de la Sociedad Sirio Libanesa de ciudad de Tartagal. Cuenta, además, con una larga trayectoria. En sus inicios dependía de la Municipalidad local. En esos tiempos, las clases se dictaban en el salón auditorio de la comuna. Luego, a partir de 1993, se trasladó a barrio Los Payos. En 2003 comenzó a funcionar en instalaciones de la Asociación de Padres de Padres y Amigos del Discapacitado (APADI). Y finalmente, se instaló en la Sociedad Sirio LIbanesa.
Durante todos estos años pasaron una gran cantidad de niños, jóvenes y adultos que se incorporaron para formarse. La institución llegó a tener más de 300 alumnos.
Acercar las artes a todos
“La idea es interactuar constantemente con la comunidad. Es por eso que nos presentamos tanto en la ciudad como en el interior, y fuimos invitados a participar de espectáculos a nivel local, departamental, provincial y nacional. Tenemos el orgullo de decir que estuvimos en grandes escenarios de Salta y el país, y obtuvimos una gran cantidad de premios y menciones en más de tres décadas de trayectoria”, explicaron los responsables de la academia.
En el instituto San Antonio se imparten clases de los más variados estilos, pasando por las danzas clásicas, árabes, folclóricas, españolas, tango, salsa, saya y se brindan talleres de pintura, canto, guitarra y bombo.
La idea pasa también por llevar las artes a todos los rincones del departamento, por tal motivo abrieron a lo largo de los años sucursales en Coronel Cornejo, Aguaray, Mosconi y Salvador Mazza.