Convocados por el obispo de Orán, Luis Scozzina, se formó en marzo del 2020 la pastoral de prevención de trata de personas y abusos, para trabajar en todo el territorio de la diócesis en este flagelo silencioso que afecta a toda la sociedad.
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Convocados por el obispo de Orán, Luis Scozzina, se formó en marzo del 2020 la pastoral de prevención de trata de personas y abusos, para trabajar en todo el territorio de la diócesis en este flagelo silencioso que afecta a toda la sociedad.
Esta pastoral diocesana contó con el apoyo incondicional de la licenciada Marcela Villares, integrante de Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, "quien nos acompaña permanentemente de manera incondicional", dijo el obispo.
Ella tuvo la responsabilidad de dictar talleres en el 2021 y a partir de allí se hicieron trabajos de prevención en algunos colegios secundarios, con cartillas didácticas, orientadoras para trabajar en las aulas para primaria y secundaria, siendo los docentes encargados de la parte pedagógica desde las áreas de Lengua, Literatura, Arte, Sociales.
La pastoral llegó con esta tarea a algunos colegios de Orán, Colonia Santa Rosa, Hipólito Yrigoyen, Pichanal, Salvador Mazza, y Tartagal, donde en muchos casos se sumaron a estas actividades los padres locales, con mucho compromiso.
La formación es clave
Este año el trabajo se centró esencialmente en la preparación de los voluntarios sobre una problemática que muchas veces se desconoce o se naturaliza. "Iniciamos el curso llamado 'Formándonos en frente la trata de personas', destinado para los integrantes de la pastoral y también a docentes, gracias a la articulación con la Universidad Nacional de Salta, sede regional Orán y el instituto de formación docente, con especialistas del país y del extranjero, con excelente nivel académico", explicó Scozzina.
Los integrantes de la pastoral remarcaron que el trabajo que llevan adelante es preventivo e informativo, porque no cuentan con la capacidad para hacer el acompañamiento psicológico ni legal.
Como plan piloto de estos dos años se había propuesto trabajar solo en la ciudad de Orán con algunos colegios, aclarando a los alumnos que la trata no siempre tiene fines de explotación sexual, sino también con fines de explotación laboral. "Les estamos dando a los chicos la posibilidad de formar y transformar la mirada sobre ciertos temas y así fortalecemos sus herramientas personales, es abrir otros caminos", explicó el obispo.
La trata de personas es reconocida como delito a partir del caso de Marita Verón, convertida en ley en 2008 y mejorada posteriormente en el 2012, especificando que la generalidad de los casos se produce en zonas con mayoría de varones, en lugares con tareas de campo y en talleres clandestinos en lugares urbanos.
La trata de personas implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países. La trata de persona es un delito, sin importar si hay consentimiento o no de la víctima. Es una de las más graves violaciones a los derechos humanos, ya que su fin es obtener ganancias al considerar a la gente como mercancía.