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Brindan talleres para que adolescentes tomen mejores decisiones

Un médico ofrece charlas para chicos y padres, a partir de los conocimientos que hay desde las neurociencias.
Martes, 04 de octubre de 2022 12:22

Desde hace un año, un médico experto en adicciones brinda talleres para que adolescentes puedan tomar mejores decisiones, a partir de lo que se conoce desde las neurociencias. Asimismo, propone charlas para padres, para que puedan acompañar y cuidar a sus hijos en esta etapa de la vida.

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Desde hace un año, un médico experto en adicciones brinda talleres para que adolescentes puedan tomar mejores decisiones, a partir de lo que se conoce desde las neurociencias. Asimismo, propone charlas para padres, para que puedan acompañar y cuidar a sus hijos en esta etapa de la vida.

Nicolás Flandorffer, jefe de capacitación y docencia del servicio de Medicina Interna del hospital Dr. Arturo Oñativia, comenzó con esta tarea luego del siniestro vial que se produjo el sábado 14 de agosto de 2021, en el que murieron las adolescentes Luján Aguirre y Paula Cadillo, de 16 años de edad, y en el que otra chica, de 13, debió ir a terapia intensiva.

Tras este hecho que sacudió a la provincia, el profesional le consultó a un amigo que trabaja en un colegio secundario sobre qué se hacía en las instituciones educativas de Salta en relación con el abuso de sustancias.

Como supo que este es un tema que no se trabaja de manera específica en los colegios, decidió preparar talleres sobre toma de decisiones conscientes y comenzó por la institución donde trabaja su amigo, donde propuso una acción doble: un taller para chicos y una charla con padres. Su idea siempre fue tratar de llegar a los adultos: "Me parece lo más importante. El gran error lo cometemos nosotros, normalizando el consumo porque 'todo el mundo lo hace', como si no hubiera nada por hacer".

Luego de esas primeras charlas, lo llamaron de varios colegios para dar los talleres, incluso en los últimos grados de la escuela primaria: "Mientras más temprano, mejor. Los chicos tienen muchas preguntas; quieren saber". Desde entonces, dio charlas en clubes y en otros lugares a los que van adultos. "Me interesa llegar a padres y docentes con el mensaje y, en la medida de lo posible, a los chicos", expresó.

Flandorffer aseguró que esta propuesta no pretende ser moralista ni está basada en preceptos religiosos, sino que se fundamenta en las neurociencias y en lo que está demostrado que puede ayudar. La invitación es a preguntar y sacarse dudas. Contó que hay muchos padres preocupados, porque no saben cómo encarar la adolescencia de sus hijos y qué actitud tomar ante ellos.

Para saber más o contactarse con el médico, buscar en Instagram @drflandorffer; en Facebook, "Dr. Nicolás Flandorffer Nallar".

Cómo funciona el cerebro

Durante la charla, el médico muestra lo que pasa en el cerebro durante la adolescencia. Explicó que recién a los 21 años de edad se madura el sistema de la recompensa, aquel que está vinculado con el placer y el displacer. Explicó que la hormona de la dopamina gatilla en tres lugares específicos del cerebro. "Durante la adolescencia, se termina de formar aquello que a la persona le va a dar placer o displacer el resto de su vida: las cosas que va a buscar o desear el resto del viaje".

Señaló que, por ejemplo, un adolescente que sufre mucha violencia y abuso, es probable que durante el resto de su vida tenga problemas por eso y le cueste disfrutar.

"Si en ese período de maduración de esta parte clave del cerebro, me expongo a borracheras y fumo marihuana, el daño que se produce no es solo para esa noche, sino que queda marcada 'la cancha' para todo el viaje", comentó y señaló que es posible que este chico o chica después no sea capaz de disfrutar o de relacionarse sin que medie algún estimulante.

Flandorffer observó que, en general, hay mucha información falsa sobre el consumo de marihuana: "Está muy demostrado que mientras más baja la edad de consumo, el daño que se produce es mucho mayor".

Comentó que, durante la adolescencia, el medio puede ser muy influyente en la persona y suelen tomarse riesgos innecesarios sin medir peligros, porque no está maduro el sistema de recompensa. Si a eso se suma una sustancia química, es muy probable que el chico actúe de una manera que no es la habitual.

Al final de los talleres, el médico brinda algunos consejos a los chicos: "La idea es tener más conocimientos para tomar mejores decisiones".

Flandorffer comentó que durante las charlas con padres menciona tres modelos familiares y muestra en cuál de ellos, según estudios realizados, los chicos empiezan a tomar más tarde y se exponen a menos riesgos. 

Modelos de familia

Señaló que hay dos modelos en los extremos. Por un lado, familias muy rígidas y controladoras, que se basan en la desconfianza y que quizás pueden ser reactivas por alguna mala experiencia con otro hijo.

Por otro, hay familias que aparentan ser muy modernas y abiertas que, más que en la confianza, se basan en la comodidad de los padres. Observó que en la actualidad hay mucho individualismo y que quizás "resulta más cómodo ver series que adentrarse en el mundo de los chicos". Señaló que se trata de "familias ciegas".

Según dijo, en ambos tipos de modelos familiares los chicos empiezan a tomar antes y tienen conductas más irresponsables. "Se necesita presencia en la vida de un hijo y eso lleva energía y tiempo. No se puede empezar a estar presente en la adolescencia. Eso comienza desde que este nace", planteó.

El médico da a conocer a los padres estrategias para comunicarse con sus hijos, que aprendió junto a profesionales de Psicología y Psicopedagogía. Explicó que es importante que la comunicación sea efectiva y que el chico sienta que, cuando necesite, lo van a escuchar. Observó que en la adolescencia el adulto deja de ser un referente. Entonces, si percibe que si dice algo lo van a retar o castigar, irá a buscar contención en otra parte.

"Cuando son chicos, es normal que se rebelen, aun ante cosas mínimas. Eso no significa que todo lo sembrado haya sido en vano. Por eso, es importante trabajar desde las infancias para que, cuando lleguen a esa edad, los padres sigan siendo referentes para sus hijos", remarcó. 

Una etapa clave

Según explicó Flandorffer, la adolescencia se caracteriza por tomar riesgos innecesarios y buscar novedades, rebelarse a las normas establecidas y la relevancia e influenciabilidad de los pares.

Además, en esta etapa de la vida aparecen nuevos gustos sociales, se incorporan nuevos sabores y se vuelve a despertar el gusto sexual.

Señaló que en esta etapa el deseo se enciende muy fuerte y que este se puede educar con el ejemplo. Observó que esto interpela a los padres en relación con lo que incentivan o promueven en sus hijos, sobre las maneras de afrontar el displacer. "Como padres, debemos pensar en si las rutinas que tenemos son saludables, como ejemplos para nuestros hijos", expresó y planteó que esto es "un sacudón a la indiferencia".

Influencia de las pantallas

En las charlas con padres, el médico analiza los grandes cambios que hubo los últimos años, sobre todo con la irrupción de las nuevas tecnologías, y cómo impactó esto en las adolescencias.

Explicó que las pantallas generan predisposición a los trastornos de atención y que los chicos no puedan soportar la frustración o la angustia, porque se hipertrofia el sistema de recompensa. Mencionó que desde edades tempranas los chicos están todo el tiempo con estimulación externa y advirtió que estas tecnologías están diseñadas para generar adicción.

Advirtió que los organismos de salud a nivel nacional e internacional recomiendan nulo contacto con pantallas en los primeros años de vida y poco tiempo durante la infancia y la adolescencia, con supervisión de los padres, sobre todo, con las redes sociales.

Explicó que las pantallas generan vulnerabilidad en los chicos: "Los hace más vulnerables. Son chicos con menos capacidad de percibir la realidad por que se súperconcentran en el mundo virtual. Cuando van al mundo real, no tienen 'entrenamiento'".

La charla que da el médico no está destinada solo a papás de adolescentes sino también a todas las personas que tengan vínculo con niños, niñas o adolescentes: "La idea de estas charlas es aprender a educar en un modo de ser que no predisponga a las adicciones. Reflexionar sobre la educación y sobre cosas que nos parecen normales, que no existían hace un tiempo".

Comentó que el objetivo final de estas intervenciones es que "el diálogo se traslade a la mesa familiar y que en la casa se hable de esto", para que "se terminen el negacionismo y el oscurantismo sobre estos temas".

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