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28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
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Cristina y sus niños necesita la protección integral de Estado

Es la historia de una de las afectadas por la crecida del río Vaqueros del miércoles. Es el relato de una mujer vulnerada en todos los sentidos. 
Viernes, 28 de enero de 2022 15:06
Fotografías: Jan Touzeau.

Entre el miércoles y jueves, de la semana que concluyó, la tranquilidad de Cristina Soria se alteró por completo.
Ella vive con sus 5 niños a cargo en una humilde casa de machimbre que construyó la fundación “Techo” sobre el lecho mismo del río Vaqueros, pero del lado de la ciudad de Salta.
Lo que queda de su casa está ubicada en el último extremo noroeste de la ciudad, a donde termina la calle Parque Nacional Baritú, por una senda de barro y olvido.
“El agua hizo una vuelta y entró por ese camino. Nos inundamos mal y se nos mojó todo. El anafe se nos fue flotando en medio de la oscuridad de la noche”, dijo llorando Cristina.
Es muy difícil dar de comer a 5 niños, en medio de la lluvia, sin tener en dónde calentar los alimentos.
Luego se fueron las lluvias, salió el sol, se fueron los medios, los políticos y el olor a humedad sigue siendo penetrante.
Los funcionarios municipales dejaron entender que mucho no tienen para hacer desde la Ciudad y que es el Gobierno de la Provincia el que debe brindar una solución habitacional a las familias que fueron afectadas por la crecida del río Vaqueros.
“El río se llevó tres casas el miércoles a la noche. No sabemos a dónde están esas familias”, dijo la mujer.

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Entre el miércoles y jueves, de la semana que concluyó, la tranquilidad de Cristina Soria se alteró por completo.
Ella vive con sus 5 niños a cargo en una humilde casa de machimbre que construyó la fundación “Techo” sobre el lecho mismo del río Vaqueros, pero del lado de la ciudad de Salta.
Lo que queda de su casa está ubicada en el último extremo noroeste de la ciudad, a donde termina la calle Parque Nacional Baritú, por una senda de barro y olvido.
“El agua hizo una vuelta y entró por ese camino. Nos inundamos mal y se nos mojó todo. El anafe se nos fue flotando en medio de la oscuridad de la noche”, dijo llorando Cristina.
Es muy difícil dar de comer a 5 niños, en medio de la lluvia, sin tener en dónde calentar los alimentos.
Luego se fueron las lluvias, salió el sol, se fueron los medios, los políticos y el olor a humedad sigue siendo penetrante.
Los funcionarios municipales dejaron entender que mucho no tienen para hacer desde la Ciudad y que es el Gobierno de la Provincia el que debe brindar una solución habitacional a las familias que fueron afectadas por la crecida del río Vaqueros.
“El río se llevó tres casas el miércoles a la noche. No sabemos a dónde están esas familias”, dijo la mujer.

 

A Cristina Soria hay que llamarla al teléfono 03877 15537864. No recibe mensajes de WhatsApp y atiende a cualquier hora.

 


El resto de las viviendas que siguen en pie ayer mostraban esfuerzos para reparar todo lo que el agua había destruido.
En casa de Cristina las cosas son diferentes. Ella es madre sola que no puede hacer mucho. Sólo le quedaron tres camas de una plaza, apoyadas en bloques de cemento, en las que anoche durmieron sin los colchones en una humedad que hace doler las manos. No tienen comida, no tienen agua y ahora recién le devolvieron la clandestinidad de la energía eléctrica. Como Cristina están la mayoría de las familias afectadas en esa zona en donde algunos dicen que son 10 y otros que son 7.
El relato de Cristina es duro por donde se lo mire, es la lucha de una madre que no puede hacer mucho más, porque tiene a todas las variables en contra.
“Yo soy de las Lajitas y cuando me casé me fui a vivir a J.V. González con el papá de mis hijos. Luego me convertí en una víctima de la violencia de género, me separé y realicé más de 20 denuncias contra mi exesposo porque me iba a buscar a donde quiera que me vaya. Así fue que uno de mis hermanos me dijo que me venga a Salta, porque ellos viven en Juan Manuel de Rosas y en el barrio no va a entrar el violento. Nos vinimos con los chicos hace un año y 6 meses y mi hermano y su gente nos armaron un piso en donde pusimos una carpa. Así llegamos a la ciudad y de a poco nos fuimos levantando. La gente de Techo nos dio una mano y la habitación es por un plan que no recuerdo cómo se llama. Nosotros sobrevivimos gracias a la Asignación Universal”, dijo Cristina. Ella es analfabeta, tiene a un nieto a cargo y a un hijo discapacitado. Ya está inscripta en el Instituto Provincia de la Vivienda (IPV) y en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), pero sabe que es muy difícil que acceda. La lluvia tampoco le da tregua y la ropa y la leña no se seca.
“Yo con un lote me conformo. Lo pago como sea. Llevo lo poco que tengo acá y me rearmo la casa. Sabemos que estamos mal ubicados acá, pero no tenemos a dónde y también tenemos la protección del barrio”, dijo entre lágrimas.
El estado de abandono estatal de Cristina es integral. La justicia no le brindó el marco mínimo de seguridad en J.V. González por lo que tuvo que huir con sus niños, no tiene vivienda, el único ingreso de dinero que tiene es la AUH y no tiene escolaridad por lo que tiene un teléfono en donde no puede tener servicio de mensajería porque no sabe leer ni escribir. Es muy dura la vida para Cristina.
“Yo necesito de todo. Pero de manera urgente un anafe para cocinar y dar de comer a los niños, alimentos, leche, pañales, colchones, camas, frazadas, calzados y ropa. No importa en el estado que esté, yo lo necesito porque nos quedamos sin nada”, dijo la mujer.
No tiene heladera y por eso todo lo que hasta ahora le dieron desde la municipalidad lo tuvo que llevar a su hermano. Si alguien solidario le lleva algo de lácteos o carnes no puede refrigerarlo y conservarlo.
Ella pide por cosas puntuales para sus niños, pero le falta que el Estado se haga cargo.

 

 

 

Vulneración de derechos


Desde la organización Techo publicaron el siguiente comunicado en donde informan sobre la situación de la zona y sobre “la falta de respuesta del Estado y la situación de extrema vulnerabilidad de las familias”.
El comunicado es el siguiente: “De forma urgente, desde TECHO solicitamos de inmediato el cumplimiento de la relocalización de las vecinas y vecinos de la manzana 8 del barrio Juan Manuel de Rosas, de la provincia de Salta, que se encuentran en extremo peligro. Se trata de 10 familias afectadas por el desborde del río Vaqueros, que generó graves daños en sus viviendas y pertenencias y causó heridas por electrocución en un habitante del asentamiento.
Las familias que habitan la zona se encuentran en extrema emergencia habitacional y social, en situación de hacinamiento crítico y en viviendas construidas con retazos de basura arrojados al río; afrontando además distintas situaciones de alto riesgo como problemas de salud y amenazas por violencia de género.
Sumado a este contexto, en junio de 2021 las familias fueron notificadas de una “Medida de No Innovar”, que les impedía el mejoramiento de sus viviendas así como continuar con la construcción de las defensas para hacer frente al avance del río, tal como sucedió en las últimas horas.
Ese mismo mes, desde TECHO exigimos la intervención del Estado, realizando presentaciones y participando en audiencias de mediación con funcionarios provinciales, entre ellos el Instituto Provincial de la Vivienda de Salta, la Secretaría de Tierras y Bienes del Estado, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Salta y la Secretaría de Recursos Hídricos de Salta.
Además, nos reunimos con el Fiscal a cargo del expediente de la causa, a quien entregamos un informe social evidenciando la situación de vulneración de derechos humanos en la que se encuentran las y los habitantes del barrio.
Ante la falta de respuesta del Estado y la situación de extrema vulnerabilidad de las familias, en octubre de 2021 avanzamos con la construcción de 4 viviendas de emergencia para dar respuesta a la urgencia, con la voluntad de TECHO y las familias de desarmarlas y construirlas en otro lugar, en el momento en que el Estado asigne un terreno adecuado.
Al día de hoy, luego del desborde del río y las tormentas, las familias no tienen un lugar seguro donde vivir. El río sigue creciendo y el pronóstico de lluvias continúa para los próximos días, por lo cual la respuesta debe ser urgente.
No se trata de un problema aislado. Según datos de RENABAP, en Salta hay 154 asentamientos y el 60% se inunda cada vez que llueve, mientras que el 23% se encuentra emplazado a menos de 10 metros de una ribera o río, lo que incide en mayores probabilidades de inundación y desastres económicos y de vida por la crecida del agua”.

 

 

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